Parte VII: Los celos

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Arthit llegó al frente de un alto edificio. Era la tarde del viernes. Ayer había tenido éxito en tomarse el día de hoy libre de trabajo. Quería sorprender a su novio, Kongpob, al venir sin avisarle a su oficina.

Este era el plan: Arthit tenía que evitar a tres personas además de a Kong. Ellos eran M y Tew quienes trabajaban en el mismo departamento que Kong, y May, quien trabajaba en un piso distinto. Arthit sólo se sentaría en el vestíbulo a esperar a que Kong terminara su trabajo a las 4 pm. Ya son las 3, así que... ¡falta una hora!

Mientras el tiempo pasaba, un mensaje llegó al celular de Arthit. Era de Kongpob.

"P'Arthit, ¿ya estás de camino a casa? Llegaré tarde hoy. Por favor descansa cuando llegues".

Arthit se quedó perplejo por un momento. ¿Cómo debería responder?

"Estoy de camino. ¿Entonces a qué hora llegarás a casa?"

Había un motivo por el que a Arthit no le gustaban las sorpresas. Él no la rechazaría si le dieran una en el momento adecuado, pero siempre había una posibilidad de que toda esa sorpresa llegara en un muy mal, pero muy mal momento. Y eso era lo que le había pasado en ese momento.

"Tal vez a las 7. Intentaré apresurarme lo más que pueda".

Eso significaba que Kongpob terminaría alrededor de las 5:30 pm. Bueno... Arthit podía esperar.

Hasta donde sabía, Kongpob no era un adicto al trabajo. Él era inteligente y no necesitaba esforzarse mucho para hacer las cosas. Él siempre empezaba y terminaba su trabajo a tiempo. Aunque había una excepción y era respecto a Arthit.

—¿P'Arthit?

Arthit, el mencionado, giró la cara. Encontró a Tew de pie a lo lejos.

—Oh, Tew.

Su menor se acercó luego de confirmar que era P'Arthit.

—Sawasdee krap, P'Arthit. ¿Por qué estás aquí? ¿No irás al sexto piso?

Arthir sonrió con incomodidad. Ese chico era una de las tres personas que debía evitar hoy.

—Esperaré aquí. Kongpob me dijo que saldría tarde, no quiero distraerlo.

Tew sonrió.

—Ya son pasadas las 4 pm, está bien que lo visites.

—No, él dijo que saldría tarde.

—Cuando bajé él ya había terminado, P'... —explicó Tew. —Mira, ¡allí está!

Arthit miró hacia la dirección donde apuntaba Tew. Podía ver a su novio que apenas salía del elevador. Al principio hubo una sonrisa en el rostro de Arthit, pero esta no duró. Kongpob estaba con May.

—¡Ai'Kong! —Tew gritó el nombre de Kongpob. —¡Aquí, aquí! ¡P'Arthit está aquí! —Claro que Tew lo gritó feliz como un niño. No se dio cuenta de la tensión cuando Kongpob y Arthit cruzaron miradas.

—P'Art...

—Creí que trabajarías horas extras —Arthit no dejó que el hombre dijera nada.

Aunque eso era un poco confuso para May, ella intentó hablar:

—Le pedí a Kongpob que me acompañara a comprar algo en la tienda más cercana. De verdad lo siento.

Arthit se obligó a sí mismo a soltar una ligera risa.

—Para nada. No te disculpes —dijo. Arthit volvió a mirar a Kongpob quien seguía sin palabras. —Me iré a casa primero —con frialdad, Arthit dejó la oficina de Kongpob luego de despedirse.

1. La historia de la pareja que no podía vivir sin el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora