capítulo 8-¿Narcos?

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*Adrian Boss en multimedia *

Estamos todos en la sala, mi padre, madre y Jaden. Mi madre y Jaden ya le habían contado todo. En ese momento mi padre agarró a golpes a Jaden, pero no tardé mucho en separarlos, no quería que le haga daño.

Aunque el estaba en todo su derecho.

-No puedo creerlo, ¿Cómo te pudiste acostar con mi primo, Martina? No me esperé jamás eso de ti.- Mi padre estaba sentado en el sofá de la sala con los codos arrimados en sus rodillas mientras sus manos frotaban su cara cada momento. El estaba destruido.

-No lo sé, Mario. No sabes como me arrepiento y sé que tal vez no me perdones. Pero quiero pedirte perdón de todas formas, es lo menos que mereces.- Los ojos de mi madre estaban rojos de llorar.

-¿Lu, irás con Jaden?- Mi padre me miró con tristeza y sólo pude apartar la vista de él, ya había tomado una decisióny mi maleta estaba lista para irme con mi padre biológico.

-Es mi padre, y aunque estoy molesta por lo que hizo no le puedo negar el derecho que tiene como padre. Pero sabes que al que realmente considero mi padre es a ti, estuviste cuando di mis primero pasos, mis primeras palabras, estuviste siempre dispuesto a levantarme cuando caía, tu eres mi padre y siempre lo serás y aunque últimamente las cosas cambiaron y no me das la misma atención que antes te sigo amando.- Las lagrimas empezaron a salir de mis ojos.

No podía seguir intentando ser fuerte. Tenía que sacar lo que llevaba, sacar el dolor.

-También te amo, Lu. Siempre serás bienvenida en esta casa, aunque te vayas.- su voz estaba cargada de tristeza y dolor.

-Gracias, papá.- Me acerqué y abracé fuertemente al que había cumplido con el rol de padre.

-De nada, hija. ¿Cuándo te vas?- se apartó de mi y miraba mis ojos fijamente.

-Me iré en un rato, pero vamos a seguir aquí en el pueblo un tiempo hasta que termine el año. Así que vendré seguido.

-Está bien, ¿Te ayudo a bajar tus cosas?

-Si, por favor.- Le sonreí amablemente y subí a mi habitación.

(...)

-Me siento culpable de todo el dolor, y la verdad es que soy el culpable. Lo siento, Lu.- Iba en el coche de Jaden camino a mi nueva casa.

-No pasa nada, algún día tenía que pasar.- Dolía haber dejado a mi padre, sólo espero que las cosas entre el y mi madre no empeoren, a él no le hará bien estar sólo.

Llegamos a la casa, efa realmente hermosa. Muy moderna y elegante, ¿Qué trabaja Jaden? Está casa debe haber costado mucho dinero.

-¿Te gusta?- Preguntó con una sonrisa.

-Me encanta.- Afirmé.

-Eso es bueno, ven. Te ayudaré con tus cosas.

Luego de un rato de meter las cosas a la casa subí a la que sería mi habitación. Había una enorme cama en medio con sábanas grises y rosadas. Una televisión plasma en frente, las paredes y el suelo blanco. Un tocador con cajones para poner maquillaje. A un lado de la habitación había un espejo de cuerpo entero con luces al rededor de él. El cuarto tenía baño privado y otro cuarto que era el closet. Era más de lo que imaginé, un lado del cuarto no tenía pared, eran ventanas de vidrio y una puerta en medio que daba al balcón, en él había un pequeño living con una mesa de madera en medio.

-Joder.- Era lo único que pude decir, estaba asombrada. Mi habitación era hermosa, toda la casa era hermosa.

-Creo que te ha gustado, deja tus cosas aquí, le diré a Clarissa que ordene tus cosas.- El estaba contento de saber que me gustó la habitación. Estaba más que encantada, pero el sentimiento de culpa por haber dejado a mi padre no me hacía sentir mejor.

Reinando en la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora