Fuera de contrato - EN FÍSICO A PARTIR DEL 18 DE AGOSTO

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SE MEJOR DE LO QUE YO FUI

ADAM

*Uranus - Sleeping at last

Han pasado dos semanas.

Hannah ya está en casa, aunque debe visitar el hospital con frecuencia para sus curaciones y controles médicos. Hemos rogado a los doctores para que le den el alta un día antes de su cumpleaños, que es hoy. Han aceptado, pero nos han condicionado bastante.

No importa, la verdad. No importa nada con tal de poder verla como está ahora.

—No te levantes —escucho decir a Jane. Volteo y está de pie frente a la silla de Hannah, con uno de sus dedos en dirección a ella, en señal de acusación —¡Hannah quiere levantarse!

—¡Que va! Estoy bien —contesta ella y le lanza una pelota de papel a su amiga.

—Vamos, vamos, muestrame otra vez tu cicatriz en el pecho —le sigue Haru que está jugando basquetbol con Jeremy, el amigo de Hannah, el chico es un inmaduro, pero me he reído harto con él. James le ha instalado un aro en el patio a su hijo menor y éste no ha dejado de saltar y entrenar ahí. Parece que de verdad le gusta el baloncesto.

—No seas estúpido, Haru.

—¡Vamos! —insiste mientras encesta.

—Extrañaba esto —escucho decir a Jeremy, a mi lado. Estamos con unas tenazas volteando la carne de la parrilla. Ladeo el rostro y lo observo. Mantiene una sonrisa tranquila —. Cuando falleció su madre, fue caótico. Fueron años de luto y, cuando creí que ya estaba sanado, llegó la noticia de la enfermedad de Hannah. En fin, es reconfortante saber que ya ha pasado todo.

—Tienes una hermosa familia, James. Hannah es una chica increíble y Haru es un niño feliz.

Con un movimiento de mano rápido, aparto de mi cara el humo que sale cuando damos vuelta la carne, otra vez.

—Sí. Es una lástima que Hannah se vaya a ir tan lejos.

Levanto la cabeza, asaltado por su indirecta.

—¿Te lo ha dicho? Pensé que iba a esperar a...

Lo habíamos conversado hace tres noches atrás, en el hospital. Hannah me había dicho que se quería ir conmigo a Nueva York, pero una vez que se graduara. Le dije que no, que yo podría buscar un empleo aquí en Stanford, pero ella se rehusó. «Cuando pasas tanto tiempo encerrado en una jaula, solo quieres volar. Yo quiero más. Quiero una aventura, quiero comenzar en otro lugar», fueron sus palabras. Le tomé la mano y le besé el dorso de ella.

—No es necesario que lo diga. También fui joven, también estuve enamorado.

Abrí la boca para añadir algo más, pero la voz de Hannah, gritando, nos robó la atención.

—¡Que no te mostraré la cicatriz, deja ya eso, baka!

—Yo creo que deberías.

—Cierra la boca, Jeremy. Eres un bizarro. Adam está ahí —me señala.

—Sí. Lo escuché a la perfección —grité desde mi lugar.

—Eres como mi hermana.

—Hannah no tiene senos, si muestras tu cicatriz, será como ver una tabla con una grieta ¿de qué te afliges?

Jane carcajea y a Jeremy se le sale la bebida por la nariz.

Observo a Hannah que me observa con cara de culo.