Día 26: Luto || Escocia x NyoRumania

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Ella también amó.

Allistor no es capaz de negarlo. Lo amó como a nada ni a nadie podría amar jamás. Amó su inocencia, su juventud, su mirada de genuino significado.

Murron siempre lo trató como un diamante en bruto.

Una preciosa joya, un talismán verde, al que moldeó como un artista esculpe a su obra maestra.

Lo amó de una y mil formas. Lo amó tanto que lo redujo, lo enajenó, le enseñó el placer más nefasto a tal grado que nunca más encontró belleza en otra cosa.

Pero lo que más amaba Murron, eran sus ojos. Los adoraba. Los veneraba porque era la puerta inmediata a la pureza de su alma. Jugó con lo genuino, con lo obsceno, con el simbolismo, hasta que Allistor bebió todas y cada una de sus palabras. Las hizo dogma.

Y cuando lo dejó, Allistor quedó en el limbo para siempre. Nadie volvería a amar sus ojos como ella lo hacía. Murió abrasada por el cáncer, rogándole perdón por envenenarlo, sin que él lo entendiera.

Lo hizo, cuando notó que su vida entera comenzaba a vaciarse, tal como ella lo vació.

¿Cómo encontrar placer en lo normal si nada de lo que Murron hacía obedecía a ninguna regla?

Y eso, Viorica lo sabía. La mejor amiga de Murron, la que conocía todos sus pecados, incluso más que él mismo.

La visitó. La llamó por teléfono antes y le exigió estar disponible cuando llegara. La artista rumana le preguntó el porqué, Allistor fue claro:

—La extraño... la extraño demasiado... —dijo. Viorica notó que la voz le temblaba.

Abrió la puerta y lo hizo pasar. Vio en sus ojos verdes, vacíos, aquellos que tanto habían hecho enloquecer a Murron, el luto mal llevado hace ya tres años. Aceptó otra vez porque, sentía ella misma, que esa era la única forma en la que Allistor podía tener un falso segundo de paz.

—¿Quieres...?

—Sí —Farfulló él, sentándose en el sofá y cerrando los ojos. Estaba desesperado por sentir algo. Cualquier cosa, un toque de una pluma, unos labios en sus párpados. Esa única forma en la que sentía que lo amaban de verdad.

Evocar el recuerdo de ella amándolo, adueñándose de todo cuanto le pertenecía.

Viorica lo mira, se acerca, tantea su rostro con los dedos. Sube a horcajadas, de inmediato nota que Allistor se agita. Parece querer llorar, gritar, salir corriendo.

La unión la concreta Viorica de inmediato, sin esperar. No hay motivo para ser sutiles.

Y el placer le llega cuando esos labios similares, no iguales, no los de ella, rozan sus ojos, su alma, su vacío mismo.

Lo manchan, lo ultrajan, lo reducen a nada.

Ella ya se ha ido para siempre, hace tres años.

Más él. Sí, él.

¿Hasta cuándo sentiría ese luto eterno envenenarlo, ese vacío miserable, sin permitirle avanzar?

—468 palabras—

Nota final:

¡Hola! Después del alboroto de mi cumpleaños vuelvo a la contienda (?) pese a la caña y todo.

Este drabble en estricto rigor es de ayer, pero me doy la licencia de recordar a mi OC porque yolo.

Paso, también, para agradecer a quienes me saludaron por facebook y por todos sus buenos deseos. Significa mucho :')

APH: Fictober 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora