Son las tres de la mañana de un día normal de acumulación de trabajo. Tenía el cerebro abotargado, y como recurso normal, empecé a buscar videos en Youtube, tropezándome con una investigación donde se explicaba, que el extracto del sudor de la parte axilar de los hombres tranquiliza a las mujeres.
Mi primera reacción normal fue: ¿Quién giró el dinero para esta investigación? poniendo mi mejor cara duditativa.
Eso no fue lo más curioso de mi razonamiento, si no, fue la pregunta que me golpeo de frente: ¿a qué huele una Kryptoniana? Sí, lo dije en voz alta, esa fue la peor parte, el que mi hemisferio izquierdo del cerebro empezará a trabajar a mil por hora.
Debería de invertir un poco de mi fortuna, en hacer mi propia investigación. Si la auditoría me cayera en este momento, esto quedaría reportado como un desvió de dinero, ya que está fuera de la naturaleza de L-Corp.
¿Por qué razón siempre mis impulsos cerebrales terminan girando alrededor de la Casa de El?
De nuevo recordé una investigación del 2012, donde un grupo de investigadores indicaban que con una foto familiar, nuestro cerebro comenzaba a producir impulsos bioeléctricos que pueden ser utilizados como una contraseña, siendo estas más cifrada, más segura. Debería de financiarlos, la verdad que una foto de Kara podría ser la contraseña perfecta para mi negocio y para mi casa.
Es extraño como un simple ser viviente que ni siquiera es de este sistema solar pueda generar tantas ondas cerebrales, ordenando que se inicie toda una dinámica química que arrastran en la generación de endorfinas, la condenada hormona del amor, y no cualquier clase de amor, sino el más caótico, el amor romántico.
No sé cuándo todo empezó a cambiar. Aquí es cuando mi hemisferio izquierdo empieza a activar los recuerdos como un consecutivo de imágenes, como si fueran fotos del pasado sacados de miles de archivos.
Siendo sincera, desde un principio, cuando mis ojos se desviaron a la persona que estaba detrás del afamado reportero Clark Kent, la cual me la presento como su prima. Nada en mí, la leyó como una amenaza, sino más bien llamo mi atención su falta de prepotencia, su timidez; se podría reducir que todo su ente emitía una clase de inocencia y optimismo. Me hizo recordar a los infantes de primaria y eso me hizo sonreír. En un resumen mundano, se me hizo adorable.
No tengo un rango de comparación, de si nuestro desarrollo de amistad es la usual al resto de los humanos, o en este caso, entre entidades intergalácticas. Pero esto, en el avance de los años, dejo de sentirse como un amor fraternal a evolucionar a un amor romántico. Qué como lo sé, por que el balance químico en mí cuerpo cambio. El traicionero de mi cerebro, poco a poco empezó a segregar norepinefrina, dopamina y feniletilamina. Lo que la sociedad lo etiqueta vulgarmente como el enamoramiento.
Sí, actualmente, Lena Luthor flota en la droga del amor. Que vergüenza gritar a los cuatro vientos que soy adicta a la feniletilamina y que todo mi cuerpo no le basta con el infame sustitutoel chocolate. Arghhh, no, no le basta, mi cuerpo quiere todo un fin de semana durmiendo a la para de Kara, mi nariz enterrada entre su cuello y su cabello color oro. Definitivamente su olor me da paz.
Oh Diablos, realmente el olor sudoríparo de nuestra pareja sexual si tranquiliza. Suelto una carcajada en pleno amanecer.
¿Qué es tan gracioso? Una voz a mi espalda me sobresalta, toda mi atención se gira hacia el balcón, es ahí donde la encuentro flotando, sosteniendo tres bolsas.
Perdón por llegar hasta ahora mi lóbulo occipital registra su puchero y lo asocia directamente a una niña consentida.
Te traje el desayuno Sonríe ampliamente y empieza a flotar hacia mi presencia.
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Químicamente hablando
FanfictionLa descripción de Lena Luthor sobre lo que siente por Kara Danvers, químicamente hablando.