♥️ Trishei Week ♥️

1: Una misión para Sheila

Esta historia sigue el hilo de "Dulce sueños Pannacotta Fugo" pero no es necesario leerla para entender este relato.

Dia 1 : Primera impresión.

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Le habían mentido y ella ni lo sabía... o quizás sí sabía, pero se hacía de la vista gorda.

Sheila odiaba esta clase de cosas, los eventos sociales no eran lo suyo. Semanas atrás, había dejado en claro que ella podía ayudar en todo lo que necesiten, pero que no le pidan que asista a la fiesta porque respondería con un rotundo "NO"

Y a pesar de todas sus palabras, ella estaba aquí, con una imagen extraña de sí misma. Portaba un hermoso vestido de noche color negro, unos tacones que resultaban bastante incómodos y sus trenzas sueltas, formando ahora una media cola.

Ni ella misma entiende como sucedió, pues hace unas horas, cuando Fugo y Murolo le preguntaron qué haría, lo único que pudo responder es que se quedaría en su departamento mirando la tv, haría cualquier cosa menos asistir a la fiesta.

-Oigan, ustedes saben que odio esa clase de cosas, no son lo mío.

-¡Si niña, pero es TU jefe! - Regañó Murolo

-¿Y? Le he ayudado en todo lo que pude, desde un principio le dije que no me considere y punto.

-Sheila no lo entiendo ¿qué es lo que te duele? simplemente velo como una cena, ya has asistido a esta clase de eventos antes - Respondió Fugo

-Era trabajo, lo hice solo por trabajo.

El contraste entre Sheila y sus amigos era opuesto, ella estaba vestida con sus ropas normales mientras que los dos, estaban de blanco y negro, listos para el distinguido evento.

-¡TIENES QUE IR! -Murolo levantó la voz de mas

-No, no y no - Se cruzó de brazos

Ambos voltearon la mirada, vaya que la morena podía ser bastante terca, se había encasillado con la idea y aún si quisiera, ya era demasiado tarde para vestirse y arreglarse. Una vez más, Sheila la había librado y eso les molestaba.

La discusión iba a continuar, los tres estaban listos para ello, hasta que alguien interrumpió sus intentos.

-Sheila, el jefe quiere verte.

Murolo y Fugo sonrieron para sí mismos mientras que la morena tragó con fuerza, no estaba asustada, sólo que en esta situación, si él se lo pedía, le costaría negarse.

-Ya voy...

Se paró delante de la puerta, respiro profundamente y tocó, él había permanecido dentro casi todo el día.

-Pasa.

Sheila entró, no había un caos como el resto de la casa, estaba parado en medio de la habitación, acomodando su corbata con la mirada en el espejo.

-Jefe ¿que necesitas? - quizás era la única de sus subordinados que podía referirse a el de manera informal.

-Sheila ¿porque no estás lista?

-Jefe Mista, te había dicho que no me consideres, odio los eventos sociales.

-Me estoy casando ¿lo sabías?

-Lo sé, pensaba felicitarlos antes de partir, es más, saliendo de aquí pensaba felicitar al Don y...

-Si vas de esa forma, te preguntara lo mismo que yo, pues él también espera que vayas.