Los tacones del demonio.

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Los ruidos de los tacones resonaban por el piso pulido de los pasillos del instituto.

Casia Norman contoneaba sus caderas al caminar haciendo que su mini falda rosada se levantara de vez en cuando y con su top crema parecía que traía una segunda piel, los ruidos de sus altos tacones de 10 cm atraían la mirada de algunas chicas, unas miraban con celo otras con asombro, al ser lo nuevo de Chanel era comprensible. "no es mi culpa que sus padres sean tan muertos de hambre como para no comprarles unos tacones a sus pobres hijas, al menos pueden soñar ellas con estas bellezas" decía Casia riendo cada vez que le sacaban el tema.

Es considerada como la reina del instituto Mashford, al ser las más inteligente, bonita por su cuerpo de modelo y su pelo negro azabache, y además de que tenía a un importante abogado como padre, la creían perfecta entre los alumnos y los docentes. Ella se encontraba en la cafetería riéndose con su mejor amiga caminando hacia su mesa cuando de pronto Elizabeth Quintero una chica de 3ser año tropezó con ella haciendo que toda la bandeja de Elizabeth callera en sima de Casia, la chica nerviosa pidió disculpas torpemente y trato de limpiar con una servilleta el desastre de salsa de tomate, pero lo que hizo fue empeorarlo dejando una gran mancha roja.

Todos estaban pendientes de que Casia explotara y empezara a pelear, pero a todos les sorprendió al verla con una sonrisa amable agarro la mano de la chica parando la torpe ayuda de la joven de 13 años y le pidió que la acompañara al baño, Elizabeth con sus ojos grandes y marrones a punto de llorar de los nervios acepto sin dudarlo creyendo que así podría ayudar con el desastre que hizo.

- Por cierto me encanta esa camisa -comento Casia señalando la camisa de botones negra de Elizabeth.

Al salir Casia y Elizabeth por las puertas del comedor todo el mundo volvió a lo suyo, dejando atrás en el pasado el incidente de Casia, excepto una persona, una que vigilaba desconfiadamente desde lejos.

Camino hacia la puerta del comedor y miro por la pequeña ventana que tenía este, no vio a nadie en el pasillo y se atrevió a salir, caminaba cuidadosamente por los pasillos tratando de no hacer ruido, cruzo hacia la derecha y rápidamente se escondió atrás de un casillero. Casia acaba de salir del baño de mujeres con una sonrisa misteriosa y traía puesto la camisa de Elizabeth. Eso despertó más su curiosidad, espero unos cuantos segundos antes de salir de su escondite, saco su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón y puso la cámara. Entro de golpe al baño al mismo tiempo que le daba al botón para tomar la foto, se decepciono al ver que no había nada extraño en el baño, abrió cada puerta de los baños y nada, estaban limpios. No había nada sospechoso.

Suspirando salió del baño, caminando de regreso al comedor, escucho un susurro cerca de su oreja.

- No trates de buscarle la quinta pata al gato -comento una voz gélida haciendo que se le pusieran los pelos de punta.

Volteo rápidamente su cuerpo para encontrar el pasillo vacío, pero podía escuchar a lo lejos el sonido frio y vacío de unos tacones.

Los días pasaron y corrió el rumor de que Elizabeth Quintero estaba desaparecida desde el día del incidente en el comedor, los estudiantes se informaban gracias al periódico escolar administrado por la joven de último año Jane Mendoza.

- ¿Cuántas desapariciones más va a ser presenciado Mashford? -comento una joven de 2do año mientras leía el periódico escolar a su amiga. -Hoy 5 de Noviembre la policía visito nuestro querido instituto para informar la desaparición de Elizabeth Quintero estudiante de 3ser año. Ya con esta se suman 21 personas desaparecidas desde el 1 de Marzo, el día que empezó todas estas desapariciones inexplicables. Elizabeth Quintero fue vista por última vez por Casia Norman quien fue interrogada por las autoridades. Norman admitió haber mantenido conversación con la desaparecida, añadiendo que Elizabeth le había comentado que no se sentía muy bien y prefirió retirarse a su casa a descansar. Queridos lectores les comento que esto no es una casualidad, estamos presenciando un posible homici...

De pronto una mano con uñas negras y puntiagudas agarra el periódico y empieza a romperlo en mil pedazos dejando a las dos jóvenes de 2do año impresionadas. Casia les regalo una sonrisa capciosa, sonrisa que asusto a las jóvenes. Sin decir ninguna palabra se fue como si nada.

Las desapariciones saltaban de boca en boca de cada estudiante, haciendo que algunos de ellos se quedaran en sus casas con el miedo de ser el próximo en la lista de desaparecidos. Los días pasaban y las autoridades no conseguían pistas, el director del instituto Mashford, el Sr. Espinoza no soportaba la presión de los representantes pidiendo respuestas y tampoco soportaba la prensa nacional queriendo saber que les paso a los 21 estudiantes desaparecidos.

El 15 de noviembre el conserje encontró al director Espinoza colgado en su oficina.

Desde ese momento el Instituto Marsford se volvió la comidilla del pueblo. Ya no asistían casi estudiantes y los que lo hacían se mantenían alertas por cualquier movimiento o sonido. Jane Mendoza sospechaba de Casia Norman misteriosamente se encontraba cada día de mejor humor y eso intrigaba a la joven periodista.

Un día Jane revisaba los historiales del periódico escolar desde que empezaron las desapariciones, de pronto recibió un mensaje de un número privado: "no metas tu asquerosa nariz en estos asuntos", fue lo único que decía en el mensaje. No le dio importancia y siguió investigando.

De pronto encontró un periódico registrado el 12 de septiembre del 1977, unos años después de haberse fundado el Instituto. La abrió y se encontró con una foto de todos los estudiantes de último año. La foto no se ve bien por su antigüedad, soltó un suspiro cansado iba a cerrar el periódico cuando reconoce a una persona de la foto, una chica en la fila de adelante se parecía a Casia Norman. Jane confundida empezó a leer la lista de estudiantes y como se quedó más confundida de lo que estaba, el último nombre de la lista era Casia Norman.

Jane decidida a buscar respuestas fue a la biblioteca del pueblo. Al entrar empezó buscando los registros del pueblo y en definitiva en 1960 nació Casia Norman hija del señor Carlos Norman Abogado importante. Esto no respondía a las preguntas que se formulaba Jane. Por alguna razón empezó a investigar en la área paranormal, no encontró nada que le sirviera ya por darse por vencida desidia leer el último libro que hablaba sobre personas que sospechosamente no envejecían, mientras leía el libro se encontró con algo que le llamo la atención.

- SCHUMNIOS: hadas maléficas. Se alimentan de sangre humana y a veces toman la forma de mujeres hermosas, pero con aire muy siniestro y mirar pérfido. Cuatro colmillos de jabalí salen por lo común de sus bocas, que se prolongan como trompa de elefante. ¿colmillos de jabalí? -se preguntó en voz alta Jane, suspiro y dejo el libro donde estaba.

Jane se dio cuenta de la hora que era y salió de la biblioteca para encontrarse la calle sola y silenciosa, empezó a caminar hacia su casa. De vez en cuando sentía unos pasos detrás de ella. Empezó a caminar más rápido cuando vio pasar una sombra entre los carros estacionados de la calle. Miro para atrás y cuando volvió su vista al frente se encontró cara a cara con una Casia sonriente, Jane se tocó el pecho del susto y dio unos cuantos pasos hacia atrás desconfiada.

Casia sin dejar de sonreír rasguño la cara de Jane dejando a esta en sorprendida y un poco aterrorizada, Jane la miro buscando una respuesta en su cara, pero lo que vio si la asusto, las pupilas de Casia estaban dilatadas a tal punto que sus ojos azules parecían negros, y su sonrisa llegaba a una anchura nada natural, de su misma boca empezaron a crecerle cuatros colmillos. A una velocidad nada natural Casia se encontraba lamiendo la sangre que goteaba la herida de Jane.

- Sabe delicioso, quiero más -dijo la misma voz gélida que jane había escuchado hace días.

Ahora todo encajaba; Las desapariciones, el misterioso buen humor de Casia Norman, la foto del periódico... Todo había sido culpa de ella, era la asesina, ella era un demonio.

- Tú... -señalo Jane horrorizada tapándose la boca mientras sus lágrimas caían.

No le dio tiempo de reaccionar ni prevenirlo cuando Casia ya se encontraba absorbiendo la vida de Jane. Cuando Casia termino dejando el cuerpo drenado en medio de la calle, este se hizo polvo, polvo que desapareció con el viento de la noche fria llevándose lo que fue de Jane Mendoza, con el sonido de los tacones del demonio.

Fin.

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