Realmente

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Ella realmente amaba aquella niña de pelo cobrizo, desde el primer día que chocó con los ojos lavanda había caído perdida ante sus pies, pero lamentablemente no era la única que había quedado loca por su presencia, la mitad del instituto estaba tras ella...

-¿Que tan mala suerte puedo tener? -sus pies lentamente subían los escalones junto con aquel peso que siempre llevaba consigo, su preciada guitarra, su compañera más fiel, la que le ayudaba a desahogarse de todos aquellos sentimiento que no lograba decir, su confidente.

Al llegar a lo más alto del edificio no dudó en sentarse en uno de los pocos asientos que existían, el área no estaba restringida, pero raramente llegaban personas ahí, sus borgoños solo estaban interesados en aquel cielo en donde volaban los pájaros sin ninguna preocupación.

-¿Se sentirá bien volar? -al hacer la pregunta rápidamente se la llevó el viento moviendo con brusquedad su cabello dorado, sus ojos se cerraron y ahí los pudo ver nuevamente, una sonrisa radiante, un color lavanda junto a un color cobrizo. Su guitarra lentamente fue despojada de su funda y luego apoyada en sus piernas, deslizó sus dedos por las cuerdas y afinó el instrumento -¿algún día escucharás esta canción? -fue la pregunta que tanto deseaba hacerle a la niña de sus sueños

Realmente, realmente, realmente, realmente

Oh, wah

Realmente, realmente, realmente, realmente

Su voz salía suavemente al compás de su guitarra mientras que imágenes rodaban por su cabeza, recordaba como siempre pasaba por fuera de la cafetería que llevaba la familia de la niña, aquel día su madre le había pedido que comprara un par de cosas cuando volviera a su casa, cosa que hizo sin ninguna protesta, su paso era tan lento que muchas personas pasaban a un lado de ella, los estudiantes ya casi no se veían, la mayoría ya se había cambiado el uniforme mientras que ella seguía caminando a un paso desesperante, toda la culpa la tenía ese hermoso ángel, la rubia siempre se preguntó ¿en qué momento había caído en los encantos de aquella cobriza?

-Esto se ve realmente bien -a unos 5 minutos de su casa su atención fue tomada por unos pasteles, estaban en una vitrina que suponía ella era una cafetería- ¿serán tan deliciosos como se ven? -La duda se había adueñado de su cuerpo- pero se ven tan ricos... Le diré a mamá si la próxima vez puedo comprar algo

-¿Te puedo ayudar? -Los ojos de la rubia se abrieron como platos al sentir esa voz, la podría reconocer en cualquier parte, movió un poco su cabeza para ver la figura que estaba a su lado, sus sospechas estaban confirmadas, su amor platónico estaba mirándola con una gran sonrisa junto con unas pinceladas de rosa en sus mejillas -Adentro hay más postres si quieres ver - la niña llevaba un delantal que en una lindas letras tenía bordado "Midoriya"... Ella trabajaba en ese lugar

-Hija, me podrias ayudar -Había salido una mujer bastante parecida a su enamorada en busca de ayuda-

-Claro -le respondió antes de mirarla nuevamente- si quieres algo, por favor entra -y sin más siguió a la que suponía era su madre.... ¿O su hermana?

Con un sonrojo la rubia quedó mirando fijamente los dulces, hasta que después de un minuto trató de caminar lo más tranquila que podía, aun que no estaba funcionando, todos la estaban mirando extrañados, después de todo, si alguien ve a una estudiante rubia con un gran rojo esparcido por su cara.... ¿¡Quien malditamente no se daría cuenta!?

¿Dónde estás? ¿en casa?

Si no estas ocupada vente

REALLY I LOVE YOU (Nanofate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora