❝Cada Día❞ [Jaeden Martell.]

Capítulo 14

J A E D E N

Después de haber retirado mis papeles de fútbol sentí como me sacaba un peso de encima.

No más entrenamientos, no más compras innecesarias, no más estrés deportivo.

Luego de haber hecho eso, fui a mi casa para llamar a Hannah, hace 30 minutos que llevo pensando si llamarla ahora o después, no quiero que piense que estoy obsesionado con ella o algo así, eso sería muy creepy.

-Llámala.

Me sobresalto al escuchar su voz en las paredes de mi habitación, me giro hacia ella y frunzo el ceño al instante.

-¿Cómo entraste?

-Tu mamá me dejó entrar estúpido, no me metí por la ventana-me responde la pelirroja con obviedad.

-¿Y qué haces aquí? Es tarde y mañana tenemos clases.

-¿Ahora no se me permite visitarte? ¿Quién eres, mi madre?-me reprocha alzando una ceja.

-Lo siento.

-No te disculpes por ser quien eres.

-¿Y que soy?

-Un idiota, duh.

Niego volteando los ojos.

-¿Qué esperas Jaeden? Llamala, ambos están locos el uno por el otro, deja tus inseguridades a un lado.

-¿Tú crees?

-No lo creo. Es así. Es más que evidente, esperaba que te dieras cuenta tú solo, pero se nota que te falta aprender mucho.

-¿Sobre qué?

-Sobre muchas cosas, Jaeden. Y una de ellas es el amor. Podría darte algún tipo de clase o entrenamiento, pero eso sería muy anticuado y cliché.-dice riendo.

Río con ella y la abrazo, Sophia es muy importante para mí, para todos los chicos en realidad. Como he mencionado antes es la base del grupo, ya que es quien tiene más experiencia en muchas cosas.

Es, definitivamente, muy especial.

-Gracias Sophie, por todo.

-Basta, vas a hacerme llorar.-dice fingiendo un puchero.

Le regalo una sonrisa y marco al celular de Hannah, dos tonos después contesta y escucho su voz al otro lado de la línea.

-¿Ha-Hannah...?-me palmeo mentalmente por tartamudear, últimamente se me ha hecho costumbre hacerlo cuando se trata de ella.

-Hola Jae, ¿qué tal todo?

Me lamo los labios nervioso, hablar por teléfono con ella es más complicado que hacerlo en persona.

-Todo está bien, ¿y tú cómo estás?

-Muy bien.

-Oye...bueno, ya sabes que iba a llamarte para esto.

-Oh, claro que si. Adelante, hablemos sobre la fiesta.

-Hmm...¿Tienes alguna idea para los disfraces?

-Honestamente, no tengo ni la menor idea. No he pensado en eso.

Reí nervioso, no sabía qué decir.

-Hmm...no tengo ideas.

-¿Que tal algo al estilo vintage? Tal vez ropa como la de los 80 o algo así...

-Hey, esa es una muy buena idea.

-He buscado en Internet y hay muchas opciones, pero para hacer algo más moderno podríamos elegir algún estilo rockero o algo así...