Capítulo XIII

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Tony POV

El fin de semana luego de los dos días que me ausenté en la oficina pasó muy tranquilo. Pepper me llamó algunas veces el primer día, dejando mucho mensajes molesta y preocupada por mi situación; luego cedió y dejó de intentarlo los días siguientes. Agradecía profundamente que en estos cuatro días el mundo haya podido olvidarse de Tony Stark, pude relajarme, quitarme el estrés y meditar mejor las cosas. Ya con la cabeza fría, con los pies bien puestos en la tierra me di cuenta de lo mal que habia terminado todo. Ambos habíamos sido unos completos idiotas y definitivamente necesitamos aclarar muchas cosas.

Crucé la puerta de vidrio de mi edificio para saludar con una sonrisa y un rostro renovado a todo el personal, la mayoría me devolvía el gesto un poco sorprendidos por mi presencia ese día. Por mi ausensia, tenía varios pendientes que resolver pero primero tenía que presentarme a la oficina de Pepper para responder a sus preguntas y más que todo, darle una buena excusa para mi comportamiento últimamente.

— ¿Pepper? ¿Se puede?

Abrí lentamente la puerta de su oficina, tenía que ser cauteloso, existía una gran posibilidad de que me lanzará una carpeta o algo en forma de arma. En cambio, ella me miró totalmente aliviada desde el asiento de su escritorio, sentí como con su suspiro, dejó ir toda intranquilidad que había sido su acompañante en estos días.

— ¡Tony! ¡Por Dios! ¡Qué susto me diste! Ya había perdido la costumbre de verte faltar tanto tiempo por resacas. —sonrió tiernamente.
— Quieras o no, siempre estoy en tu mente, eh.
— Siempre tonto, por una razón u otra.
— Ya bueno, pero ya estoy aquí para que dejes de suspirar tanto por mi ausencia.
— Si, y tienes que contarme absolutamente todo, con detalles incluidos, necesito saber todo para ver de qué bando estoy. —rió.

Sonreí ante su pequeña broma y recordé lo intuitiva que era Pepper, había sido mi confidente ya hace mucho tiempo así que ella conoce varias manías mías y mis formas de desconectarme del mundo para calmar mis ideas. Ella mejor que nadie sabía lo que podía hacer cuando no pensaba con claridad, ya muchas veces lo había presenciado, así que supuse que no se extrañó tanto por cómo desaparecí. Le conté absolutamente todo, incluso con detalles como ella quería, no habían muchos secretos entre nosotros porque tarde o temprano siempre los descubrimos. No sé por qué pero a medida de que le contaba lo que había sucedido y daba algunos detalles o mencionaba algo de Steve, me daba la sensación de que ella sabía perfectamente de lo que estaba hablando, como si ella ya supiera todo.

Habían veces en las que me perdía cuando mencionaba a Steve. Luego de las borracheras, en mis momentos de lucidez, sentía un vacío horrible cuando recordaba a Steve, como si ya lo hubiera perdido. Odiaba demasiado ese sentimiento porque yo intentaba convencerme de que él no estaba totalmente perdido aún, ansiaba con todas mis fuerzas que eso no fuera así, que aún exista una posibilidad de que arreglemos esta terrible situación y volver a lo de antes.

— Oh Tony, después de todo. ¿Por qué te dejaste llevar por lo que viste en el bar? Si ya lo habías seguido, ¿qué perdías con ir a enfrentarlo para pedirle explicaciones?
— No lo sé, no pensaba claramente en ese instante, sólo sé que los celos me invadieron por completo y después ya no actué tan conscientemente.
— Bueno, quieran o no, ambos tienen que trabajar muy duro para que esto funcione. Tú dejarás atrás todos esos impulsos y esa forma de vivir tan ajetreada que tienes y Steve, también tendrá que acomodarse un poco a ti, siendo completamente sincero y correcto... Tal vez siendo un poco más alocado, quién sabe.

Sonreí al escuchar eso. Entendí que yo también había cambiado a mi manera a Steve, lo había vuelto un poco más dispuesto a vivir. Creo que si no hubiera sido por mi, no hubiera bebido tanto y actuado como lo hizo cuando fuimos aquella primera noche al billar. No se hubiera lanzado a mi cuando estábamos en la oficina por temor a que alguien nos viera, aunque el temor seguía ahí, ahora ya actuaba ante él. La felicidad me inundó cuando recordé algunos momentos divertidos que pasé con Steve, especialmente aquella mañana de ensueño en la que despertamos en la misma cama, ¿qué sería yo ahora sin ese rubio?

Empleado del mes (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora