Capítulo único

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Cualquiera que conociera a Kim Namjoon diría que es un hombre atractivo, calculador e inteligente.

Su responsabilidad era tal que sus amigos lo molestaban diciendo que era un "relojito", pero la verdad era que todos admiraban su puntualidad.

Podía resultar un poco tonto a veces, pero nunca había algo que le retrasara cuando de juntas se trataba.

El Señor Kim, a sus 30 años de edad, ocupaba un alto puesto en una de las empresas financieras más famosas de Corea del Sur.

En un comienzo, cuando ingresó a la empresa, todos los empleados allí creyeron que era el típico niño mimado que había conseguido un lugar gracias a los contactos de sus padres. Pero verlo ascender de puesto en puesto, desde lo más bajo, hasta superarlos a ellos mismos, había provocado un sentimiento de respeto y admiración hacia él.

Resumiendo, Kim Namjoon estaba dotado de un cerebro brillante, aspecto reluciente y una actitud refrescante. Siempre caminando erguido, con lentes de lectura en la oficina y lentes de sol al aire libre, con simpatía y elegancia al saludar, aún siendo una simple reverencia acompañada por pequeñas sonrisas.

El hombre soñado, según el personal de la empresa. Y que quede claro que no solo las mujeres le veían así. Los tenía a todos completamente cautivados.

Sin embargo, el tan ansiado hombre por el que todas y todos suspiraban, el día de hoy ingresaba a la empresa con cara de bobo, tenía una enorme sonrisa babosa en su rostro mientras caminaba distraído con su celular. Ese día no saludó a nadie, pues toda su atención la tenía el chico rubio de anchos hombros, con quién hablaba por whatsapp. Más específicamente, Kim Seokjin.

El rubio de 32 años, era uno de los fundadores de Haute Couture, una asociación que había nacido entre él y un par de compañeros más, durante sus clases de diseño.

Entre los tres habían logrado llevar a cabo su más grande sueño, y ahora lideraban en ventas de alta costura. La gente adinerada, ya no compraba cualquier ropa, y se habían ganado una buena clientela, viéndose obligados a adoptar un sistema de reservas, ya que no daban abasto.

Seokjin, Taehyung y Hoseok, eran excepcionales en su trabajo, sus creaciones eran innovadoras y de tan buena calidad, que sus clientes se peleaban entre ellos para ver quién conseguía primero su último diseño.

Sin embargo, existía un pequeño cliente que adoraba hacer enojar a Seokjin, por lo que siempre se quejaba de algo en el traje o le pedía que realice un cambio. Por supuesto que aquello era una ofensa para el rubio, y se negaba rotundamente alegando que si no le gustaba no haga la reservación. El problema era que a fin de cuentas, el cliente si lo quería.

Esa era la razón por la que Kim Seokjin había terminado solo en un bar. Había invitado a sus amigos pero Tae y Hobi eran pareja y debían asistir a una reunión familiar.

No recordaba mucho lo sucedido esa noche pero una conversación llegó a su mente.

* Flashback *

Después del quinto whisky, se sentía el mejor amigo del tipo guapo con quién hablaba.

- ¡¡¡Y entonces él dijo "solo haz el diseño original"!!! -exclamó exaltado- Es lo que iba a hacer desde el principio, ese idiota, ojalá se caiga sentado y su enorme culo explote. -maldijo enojado y golpeó la barra, casi tirando los vasos que habían cerca.

- Oye oye tranquilo, creo que no habrá más de esto para tí -dijo alejando el vaso de su alcance- ¿Me trae la cuenta por favor? -pidió al barman.

- Pero es que siempre me hace lo mismo... -murmuró molesto con un puchero- Creo que no le aceptaré más reservaciones -hipó.

- Tal vez si debas hacer algo al respecto...

Gloves [Namjin OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora