【 𝐸𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑎𝑙 】 ❞

𝟎𝟎𝟑

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- Eres un grandisimo idiota, eso es lo que eres - Gran Colombia frunció el ceño mientras observaba al contrario por la pantalla - ¡Aceptar eso solo pone en riesgo a tus niños! ¿En que pensabas?

El tricolor suspiró con pesadez y se recargo en el respaldar de la silla por completo - Francia..

- Francia, nada. ¿Te recuerdo que tu deberías pensar por cinco? ¿Recuerdas en lo que pensabas cuando le quítaste esos niños a España?

«No... Sinceramente, era muy joven para detenerme a pensarlo» - No...

Francia suspiró y sus facciones se relajaron - Mira Gran Colombia... Te aprecio mucho y a esos niños los adoro, pero no siempre estaré allí para ayudarte enmendado cada decisión que tomes o.. Para guiarte.

- Lo sé...

- Entonces espero que hayas pensado bien lo que pactaste con Reich, por que tu legado está en juego.

-×-

- ¿Y como sigues con tu niño? ¿Aun lo quieres dejar abandonado a su suerte?

Gran Colombia se atraganto, dejó su bebida a un lado y miró enojado al del emblema nazi - Concordamos no hablar del tema nunca más Third.

El europeo sonrió sinico - Es una pena que no lo sigas considerando. Entonces dime ¿Piensas aceptar el trato?

El tricolor vaciló por unos momentos - Repite lo de nuevo.

Reich rodó los ojos con fastidio - No pensé que los americanos fueran tan lentos - Gruñó - Tan solo te pido que cuides a mi hijo por unos días, es un chico educado, no te dará problemas.

- × -

Tal vez el francés tenía la razón y se estaba equivocando se sobremarea con él alemán, Reich era conocido por ser alguien peligroso y de muy poco fiar, sin embargo ya era demasiado tarde para retroceder.

Sostuvo su Cabeza con dolor, este tema hacía que constantemente se presentaran migrañas, cuando bajó completamente las escaleras vio a sus tres hijos sentados comiendo unas hamburguesas de queso derretido, de igual manera estaba el pequeño europeo, erguido y sin tocar su alimento.

Llevaba tres días con ese niño, y tal cual le había dicho Reich era muy bien comportado... Casi mecánico, pero de todas formas le daba menos problemas que sus pequeños.

Venezuela comía ferozmente mientras le dirigía una mirada fría al menor, no le agradaba para nada y eso estaba más que claro para todos, no obstante a Alemania no le importaba. No le interesaba relacionarse con nadie... Bueno casi nadie.

- ¿Cómo está la comida? - Preguntó Gran Colombia acercándose a la mesa, una débil sonrisa se dibujó en sus labios mientras colocaba una mano en el borde de una silla desocupada.

- ¡Bien papi! -Exclamó Panamá con alegría, alrededor de su boca tenía todo tipo de aderezos. Colombia rió y trató de limpiar el rostro de su hermanito.

- Está delicioso padre, gracias. - Dijo Colombia, el adulto miró a Venezuela, quien se limitó en tragar y encogerse en hombros.