Debido al tiempo que ya llevaban juntos como pareja, tomaron la gran decisión de vivir juntos, específicamente, Dazai se iría a vivir con Chuuya y le dejaría la casa a Kyouka y Atsushi.
A pesar de estar en organizaciones diferentes, no era una molestia para ellos compartir hogar, bueno, no del todo, porque si habían peleas de por medio, aunque es normal, si no las hubieran, no serían ellos.
Tal vez la clave de que funcione su relación, es que ninguno cambió su forma de ser por el otro, ambos se enamoraron de la otra persona por como es.
Lo que si, podían vivir juntos pero no compartir cama, ya lo habían intentado y Dazai terminaba en el suelo, porque Chuuya era muy inquieto por la noche.
¡Dazai solo quería abrazarlo y el otro le terminaba pegando una patada!
Por eso, ambos tenían su propia habitación, mientras que en los quehaceres del hogar se dividían las tareas.
Competían para ver quien hace cada cosa.
Ese día, le tocaba cocinar a Chuuya, mientras que Dazai pondría los servicios y lavaría los platos.
Pero, Dazai estaba aburrido, no le gustaba que justo cuando podían pasar tiempo juntos se la tuvieran que pasar separados.
—Oye, enano~—Le dijo, abrazándolo por la espalda.
—¿¡Qué quieres, Dazai!? Estoy cocinando.
—No seas tan agresivo, amor, solo estoy aburrido....
—Ya te he dicho que no me llames así, me siento como una de tus amantes.
Dazai sonrió ante esto, aunque no se notara, Chuuya tendía a ser un poco celoso, pero era muy inocente para darse cuenta.
—¿Celoso...? Sabes que no tengo a nadie más, si lo tuviera, ya habría cometido suicidio doble.
Puede ser difícil de creer, pero esa era la forma en la que Dazai le expresaba su amor a Chuuya.
—Hm... Dejame cocinar.
Se retiró de la cocina, pues, no era por egocéntrico, pero, sabía que Chuuya se había sonrojado ante sus palabras, solo que era muy testarudo y orgulloso para admitirlo.
Durante la tarde, habían estado pasando tiempo juntos, estirados en el sillón viendo películas, Chuuya recostado en el pecho de Dazai, aprovechando que ninguno de los dos tenía trabajo.
En eso, se siente un ruido proveniente del piso de arriba, donde estaban las habitaciones.
—Chuuya... Hay algo arriba.
—Ve tú, haz algo productivo.
—¡Todo lo que hago es productivo! Y no quiero ir, enano.
—Ve, después en la noche te recompenso, ahora estoy cansado. —Soltó un bostezo.
Dazai sabía a lo que se refería, asi que, solo por eso se levantó a ver qué era aquello que perturbó su hermoso momento.
Revisó habitación por habitación en busca de algo y no había nada, cada vez se convencía más de que fue la caída de alguna cosa o el simple viento, aunque siguió buscando, porque, bueno, Chuuya le dará una buena recompensa.
El ruido se sintió nuevamente en la última habitación que le faltaba por buscar, la de él. Estaba extrañado, pero seguro de que no habría nada, pues, no hace mucho que había entrado.
Abrió la puerta y casi se desmaya ahí mismo.
Era un perro.
Un perro en su habitación.
Una bola de pelos, muy esponjosa, pequeña y blanca.
—¡Enano!—Gritó a todo pulmón.
Tanto fue su espanto, que no terminó de gritar y Chuuya ya estaba al lado de él.
—¿¡Qué ocurre!? -Preguntó exaltado.
—¡Entró una bestia!
Chuuya dirigió la mirada hacia donde apuntaba Dazai, encontrándose con un adorable cachorro.
—¡Qué ternura!—Dijo, acercándose al animalito y tomándolo en brazos, cosa que casi le da un infarto a Dazai.
—¿¡Cómo tomas a esa bestia!?
Chuuya iba a responder, pero debido al grito de Dazai, el perrito se asustó, así que le mordió el brazo a Chuuya, lo que hizo que lo soltara y saliera corriendo.
—¡Dazai atrapalo!
—¡Chuuya tu mano!
No tenía nada, solo la marca de una pequeña mordida, pero como Dazai no le gustan los perros, exageró todo.
Ahora tenían que atrapar al perrito que está en algún lugar de la casa.
Buscaron por todos lados al cachorro, bueno, Chuuya lo buscó, porque Dazai se encerró en su habitación y no quería salir.
—¡Ayudame a buscar, desperdicio de vendajes!
—¡No buscaré a esa bestia!
Chuuya ya se estaba hartando, hasta pestillo le había puesto a la puerta y no quería romperla, aparte ni rastro había del perro, tendría que seguir buscando.
Entonces otro grito provino de la habitación, obviamente de Dazai.
—¡Abre la puerta! ¿¡Qué te sucede!?
—¡¡La bestia está conmigo!! ¡Me quiere comer!
—¡Abre la puerta para entrar!
—¡No puedo, si lo hago me matará!
Ya no aguantaba, a veces Dazai le sacaba de quisio.
Por lo que, sacó todo su estrés interior y si, rompió la puerta.
Encontrándose con Dazai sobre la cama, poniendo como escudo unas almohadas y el perrito estaba feliz de la vida intentando subir.
En eso tocaron el timbre, tomando al cachorro para que Dazai dejara de chillar y bajó a abrir, seguido por Dazai quien aún tenía una almohada para defenderse.
Abrió y ahí estaba Atsushi y Akutagawa.
—¡Samy! —Gritó Atsushi tendiendo sus brazos, a lo que el perrito se empezó a mover terminando por ser tomado por Atsushi, quien había empezado a soltar lágrimas. —¡Te extrañé tanto! No te vuelvas a escapar así, estuvimos buscandote por todos lados.
La pareja no entendía nada, algo que notó Akutagawa y decidió hablar.
—Ese es el cachorro que adoptamos porque "alguien" me insistía demasiado en tener una mascota, hoy se escapó de casa, intentamos atraparlo pero no lo alcanzamos, por lo que veníamos a pedirles ayuda, aunque no sabíamos que ustedes lo tendrían. —Trató de sonar amable, aunque de todas formas sonó algo muy cortante, no podía evitarlo.
Chuuya resignado, los invitó a cenar con ellos, Dazai no quería ni ver al cachorro, así que series una pequeña venganza, aunque de todas formas, no había problema, Atsushi parecía no querer soltarlo, Akutagawa se puso a jugar en su celular, mientras que él, se fue a preparar la cena lamentándose por su puerta.
Todo por culpa del cachorro que no sabe ni como se metió a su casa y los gritos de Dazai.
Especialmente por Dazai, pero ya se vengaría, es chiquitito pero peligroso.
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࿐𝐢𝐦𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥s࿐ 𝐒𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮/𝐒𝐡𝐢𝐧 𝐬𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮 |𝐅𝐢𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫2019
FanfictionReto de 31 días, 31 historias diferentes sobre estas hermosas parejas.