Una "aventura" en Fire Emblem Heroes

Apoyo de amistad (María/Ylgr)

A pesar de que Phyria les había dado unas semanas de descanso en cuanto regresaron al castillo de Askr para, recuperarse de todo lo que pasaron en la guerra, María aun se sentía bastante inquieta y, de verdad necesitaba hacer algo para gastar esa energía dentro de ella, además ella era la segunda al mando y, debía seguir esforzándose para ser una gran líder cuando Phyria estuviera indispuesta, aunque se aseguraría de que no fuera porque Phyria estaba a punto de morir...

María se dio unas palmaditas en el rostro tratando de apartar esos pensamientos de su mente, ¡No era momento para ponerse pesimista!, debía mejorar como curandera y líder para evitar que algo como eso se volviera a repetir.

Una parte de ella quería ir con Phyria para que le enseñara algunas de sus habilidades que la hacían una gran líder, pero considerando que debía estar cansada por fusionar a las dos Gunnthrá, lo mejor era dejarla descansar... quizás hasta mañana en la tarde o pasado mañana sería mejor ir a visitarle y preguntar si podía darle un entrenamiento especial.

Colocando algunos muñecos de entrenamiento en el área, María comenzó a concentrar la magia de su bastón, tenía que hacerse más fuerte no solo por eso sino también, por los eventos que estaban próximamente a ocurrir en su mundo cuando regresara.

Recordando aquellos sucesos que se entero de su yo del futuro, María soltó un grito molesto antes de liberar su magia, el muñeco de entrenamiento exploto por la fuerza de la poderosa energía y los que se encontraban a su alrededor, sufrieron un destino similar cuando fueron impactados por el efecto de la magia dolor de María.

María observo los restos destrozados de los muñecos mientras apretaba su bastón... no permitiría que eso volviera a pasar... ¡No permitiría que su hermana volviera a sufrir de esa forma!, lo peor de todo era que en ese tiempo, fue secuestrada impidiéndole ayudar a su hermanos y amigos, ¡No permitiría que eso se volviera a repetir sin importar lo que tuviera que hacer para lograrlo!

-¡Increíble!-escucho un grito asombrado que la saco de sus pensamientos, cuando volteo pudo observar a Ylgr que se acercaba a ella emocionada.

-¡Hola Ylgr!-la saludo María en tono alegre, alegrándose que la verdadera princesa Ylgr fuera muy diferente a la versión de Loki.

-¡María eso fue lo más genial que haya visto en mi vida! ¡Eres la princesa más increíble que haya conocido!-dijo Ylgr emocionada, inflando el ego de María.

-Bueno no por nada soy la segunda al mando-dijo María orgullosa, esperando que no se le notara mucho su sonrojo.

-Si tuviera la mitad del poder que tienes, probablemente no me hubieran capturado-dijo Ylgr en tono algo triste, aun se sentía culpable de no haber podido ayudar a sus hermanos en aquellos tiempos de crisis...

María contemplo a Ylgr durante unos momentos... su mirada... le recordaba mucho a la suya cuando la dejaban a un lado en las peleas o simplemente la refugiaban en algún sitio para mantenerla a salvo cuando sucedía algo malo en el reino...

-Estoy segura de que eres más fuerte de lo que crees-dijo María en tono seguro, tratando de animar a Ylgr.

-No lo soy...-dijo Ylgr en tono triste-A veces me pregunto si algún día podre estar a la altura de mis hermanos...-dijo Ylgr en tono triste tomando las dagas que le habían confiado sus hermanos, aun le sorprendía que sus hermanos le hubieran confiado semejante reliquia, cuando ella ni siquiera era capaz de invocar hielo como ellos...

María se acerco a ella para tocar su hombro en señal de apoyo, ella sabía lo que se sentía ser la menor de hermanos que eran increíblemente talentosos y poderosos, quizás no era la mejor en los campos que Ylgr necesitaba entrenar, ¡Pero no pensaba quedarse con los brazos cruzados viendo como Ylgr se sentía inútil!

-Sabes no soy una lanzadora experta, ni tampoco soy buena con la magia elemental, pero conozco entrenamientos que me enseño Phyria para aumentar la resistencia física y, se ejercicios que te ayudaran a aprender a concentrar magia en un objeto-dijo María con una sonrisa segura.

-¿Enserio?-pregunto Ylgr esperanzada.

-Por supuesto que sí, con mi entrenamiento especial estoy segura de que te volverás tan fuerte que, incluso tus hermanos buscaran apoyo en ti siempre que lo necesiten-dijo María sin dejar de sonreír... aunque aún no había logrado ese efecto con sus hermanos... de hecho aun se portaban muy sobreprotectores con ella...

-¿¡De verdad crees que podre lograrlo!?-pregunto Ylgr muy emocionada.

-Claro que si, después de todo estarás bajo la tutela de la segunda al mando de la Orden de los Héroes de Askr-dijo María con una sonrisa.

-¡Genial!-dijo Ylgr en tono alegre, hasta que se dio cuenta de algo-Espera... no sería justo que me ayudaras tanto sin que yo te pueda dar algo a cambio-dijo Ylgr en tono pensativo-¡Lo tengo!, no soy muy buena lanzadora, pero puedo enseñarte lo que se y, quizás podría enseñarte un poco sobre magia de hielo cuando mejore lo suficiente-dijo Ylgr con una sonrisa animada.

-¡Me parece una idea excelente!-dijo María emocionada, ¡Aprender a arrojar cuchillos y usar magia de hielo no sonaba para nada mal!

-Entonces es un trato-dijo Ylgr extendiéndole la mano sin perder su ánimo.

-Un trato de honor entre princesas-dijo María sin dejar de sonreír, sosteniendo la mano de Ylgr.

-Entonces... ¿Cómo comenzamos?-preguntó curiosa Ylgr.

-Con tu resistencia-dijo María en tono seguro-Si incrementas tu resistencia podrás correr por el campo sin cansarte y también evadir más fácilmente-termino de decir María.

-¡Entonces comencemos a entrenar mi resistencia! ¡Seré tan rápida y resistente que le ganare al caballo de Gunnthrá!-dijo Ylgr en tono emocionado.

María no pudo evitar reír contagiada por el enorme entusiasmo de Ylgr, si se esforzaban correctamente y daban lo mejor de sí, le demostrarían a sus hermanos que eran tan fuertes como ellos y, si volvía haber algún problema, podrían defenderlos tal como ellos lo hacían con ellas.

No paso mucho tiempo para que las dos princesas comenzaran a entrenar con una gran determinación y, aunque Ylgr termino realmente cansada luego de horas y horas entrenando, no podía estar más feliz por haber hecho una amiga tan increíble como lo era María.