CAPITULO 1

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TABASCO-MÉXICO
11 DE FEBRERO DEL 2110

En la oscuridad de la noche cuando la luz de la luna iluminaba pocas partes de la ciudad. Solo una mujer y su esposo que iban caminando rápido por las calles del olvidado Tabasco.
El hombre llevaba de la mano a la mujer y la regañaba :
- Te dije que que no te demoraras tanto Amelia, sabes que a esta hora es muy peligroso caminar por las calles.
La mujer responde :
- Sabes Roberto que si no era hoy, nunca lo hubiera hecho. Se que parece poco luchar tanto por unos panes, pero este tiempo es lo que hay, la escasez de alimentos es crítica amor.
Roberto para y se da vuelta quedando frente a ella y dice:
- Es cierto amor, perdoname. Pero sabes que me preocupo por nuestro bienestar, estos dias es muy peligroso caminar de noche.
Entonces ella le toma la cara de él
- Lo sé amor, gracias por eso.
Entonces ella lo besa muy lentamente mientras el aire frio de la noche recorria sus mejillas. En eso un ruido raro interrumpe el beso de la pareja.
Sonaban pisadas muy rápidas casi imperceptibles y de apoco se acercaban a ellos. El la tomo de la mano a ella y el le dijo :
No te preocupes amor, no pasara nada.

Entonces frente a ellos aparece un figura oscura, la luz parecía no darle.
Era una figura de un hombre, al cual no se le alcanzaba a divisar el rostro.
Este hombre se acerco a ellos y el esposo tomo fuerte de la mano a su esposa y le dijo:
- No te acerques!!!!
En eso el esposo saca un arma de su bolsillo y le apunta a la figura.
Esta no se inmuta por ser apuntado a tan corta distancia y da un paso mas.
El hombre al ver esto dice con voz autoritaria, pero un poco temblorosa:
-Si das un paso mas disparo!
En eso la figura rie y da otro paso mas acercandose a ellos, entonces el hombre intenta apretar el gatillo del arma, pero antes de presionarlo la figura toma su mano y le dice:
- Muy lento. Se ve que nunca has disparado un arma, tus manos tiemblan, en tú cara se nota miedo. Para ser un asesino no debes dudar.

Entonces saca un cuchillo y le entierra en el abdomen de el esposo. El hombre se queda con el arma, la mujer al ver esto grita muy fuerte, en su cara se le nota el terror que le provocaba este asesino.
El hombre al ver esto apunta el arma a la cabeza de ella y dice:
- Que escandalosa! Callate o disparo!
La mujer se tapa la boca para que no grite, mientras las lágrimas caian de sus ojos al ver a su esposo desangrandose en el piso.
Entonces el asesino ve a la mujer, observa esto y dice con un tono burlesco:
- ¿Piensas que he matado a su esposo?
Pues no miralo mujer!!!, aún respira.
Yo sólo queria el pan que llevaban, pero este estúpido va y me amenaza con el arma. Ya no hay gente civilizada!

La mujer solo puede llorar mientras escucha esto. El asesino la mira y apunta al hombre con el arma y dice:
- Te estoy diciendo que no esta muerto.
En eso aprieta el gatillo del arma, volandole los cesos del pobre hombre agonizante. Entonces el asesino mira esto y dice:
- Bueno ahora si esta muerto. ¿Ves la diferencia?
Mientras dice eso se rie de una manera macabra. La mujer no puede con esto y grita, el asesino al ver esto le apunta con el arma y dice:
- Te dije que no gritaras!!!, que no entiendes mujer!!!!!
La mujer ve esto y se arrodilla y suplica:
- No me mates por favor!!
Ella dice esto mientras llora. El asesino ve esto y baja el arma mientras dice:
- Awwwwww, suplicas por tu vida. Que ternura. Pero ya te dije que si no te callabas te mataria.
La mujer al escuchar esto se arodilla y le sigue suplicando por su vida. El asesino la mira y dice :
- Sabes, hoy ando de buen humor. Si me das la bolsa de pan que llevas, no te disparare.
La mujer al escuchar esto le dice con ojos llorozos:
- ¿Lo dice en serio?
- Pues si mujer, yo no miento. Dame la bolsa y no te disparare.
Entonces ella toma su bolsa con pan y le entrega al asesino.
Este toma la bolsa y tira el arma, pero de su bolsillo saca su cuchillo y le clava en el pecho de la mujer mientras dice:
- Te dije que no dispararia, pero mi cuchillo no te podia dejar viva. Perdoname, pero te habia dicho que te callaras y no me hiciste caso.
El saca el cuchillo del pecho de la mujer, esta saca mucha sangre y cae muerta.
El asesino mira la bolsa y saca un pedazo de pan y se lo come. Dice con el pan entre sus dientes:
- Mmmmmmmmm, que rico . Este es justo el pan que me gusta, me conseguire algo para ponerle a esto.

Entonces mira al hombre muerto que sus ojos no estaban cerrados del todo y apuntaban justo al asesino y este dice:
- ¿Quieres un poco?, te daria pero me apuntaste hombre. Pero alegrate hiciste que hoy comiera bien. Adiós!!!
Entonces camina lentamente hacia un callejón, desapareciendo en la oscuridad.

Minutos después llega una patrulla de policías al lugar e inspeccionan los cuerpos. Un policía dice :
- Que horrible asesinato, este hombre fue apuñalado y luego le dispararon en la cabeza.
El otro policía responde:
- Y la mujer tiene una herida en el pecho. ¿Quién crees que habra sido?

En eso llega un hombre vestido de blanco completo, su atuendo era muy elegante, tenia su cabello blanco y peinado hacia atrás. Este observa los cuerpos y les dice a los policias:
- Esto no lo hizo un asesino normal.

Este sorprende a los dos policías, uno dice:
- ¿Quién eres tú?
Este responde:
- Un gusto mi nombre es Gabriel, estoy encargado de traer el mensaje de Dios a todos ustedes, ya que Dios es mi fortaleza.
Uno de los policías mira indiferente y dice:
-Genial, un fánatico religioso.
El otro policía lo mira y le pregunta :
- ¿ Y tú sabes quién asesino a estas personas?
Gabriel señala la herida de cuchillo en el hombre y dice:
- Miren bien, y preguntense por que un hombre que tiene un disparo en la cabeza, tendria una puñalada en el abdomen. Un asesino normal les hubiera disparado a la pareja y se hubiera llevado sus cosas de valor.
Pero por lo que veo sus cosas de valor todavia los llevan. En el piso se ven migas de pan, eso hace pensar que que solo eso se llevo el asesino.

Entonces uno de los policías rie y dice:
- ¿Quién mataria a estas personas por unos panes?
Gabriel dice:
-Solo hay un hombre que esta tan loco como para hacer esta locura, yaque su pecado es ese. El asesino Belcebú, el pecado de la gula.

-¿Belcebú?- pregúnta admirado un policía- No se supone que el estaba en Panamá hace unos dias.
-Yo igual estaba alli-dijo Gabriel-Estoy persiguiendole desde hace meses, es mi trabajo encomendado por el padre.

Luego de eso llego una ambulancia y se llevaron los cuerpos. Gabriel se despidió de los dos policías y siguió su camino. Buscando alguna pista del asesino.
El caminaba sin miedo a través de los callejones oscuros, su vestidura blanca resplandecía en la oscuridad. Asi camino hasta solo ver un punto de luz que igual desaparecía en la oscuras calles de Tabasco.

CRISISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora