[ 02 ] Cielo amado

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El cielo nocturno estaba cubierto por nubes que impedían ver las estrellas y la luna, pero los faroles puestos a cada lado de las calles iluminaban todo perfectamente, dando un bello paisaje lluvioso, sus pasos eran escuchados cada vez que pisaba un charco de agua, mojando su calzado.

Se detuvo un momento mirando hacia atrás, el humo seguía alzándose hacia el cielo, mientras el fuego ardía con más fuerza que antes, pese a que estaba lloviendo lo suficiente como para sofocar lo, se dio la vuelta siguiendo el camino.

Camino mientras tenía una sonrisa en el rostro, la lluvia seguía cayendo, pero la ilusión de Viper evitaba que se mojara su ropa, en sus brazos, estaban durmiendo unos pequeños que se aferraban a él.

Alguien finalmente lo amaba de manera distinta.

—¿Viper no quiere dormir? — pregunto ladeando su rostro viendo al ilusionista que flotaba cerca de él, sujetando su camisa

—No.

Contestó de inmediato mientras salía un chasquido de su lengua, estaba fastidiado por el hecho de haber sido empujado por los demás, de los brazos de su dulce niño. Esos malditos se la iban a pagar, quizás con unas pesadillas, si, haría que no pudieran dormir por semanas.

Guío al castaño hasta la base que tenían en esa ciudad, era una pequeña casa, con dos niveles y un par de habitaciones que no ocupaban mucho, un baño, una cocina y una pequeña sala. Nada ostentoso, ya que se negó a pagar mucho dinero por una casa que solo usarían algunas veces, pero viendo ahora.

Necesitaban otra casa, no, una mansión, enorme para su cielo, más tarde le preguntaría de cuántas hectáreas la quería, si dentro o fuera del país, o si quería más de una.

—¿Llegamos?

Movió sus brazos despertando a los niños, el primero en abrir sus ojos fue Reborn, quien al tener el sueño ligero le fue fácil, pero eso no significaba que se fuera a separar, pegó su espalda al pecho del menor, dándole una patada a Skull para despertarlo, de mala gana observó cómo el castaño salía corriendo tras él, para saber si estaba bien, tuvo que tragarse sus palabras ante el leve regaño de su cielo, chasqueo la lengua irritando, matando con la mirada al motociclista.

Mammon se había pegado como chicle, mientras esté les preparaba algo de comer, nadie se negó, solo lo observaron moverse de un lado al otro en la cocina, atentos ante cualquier percance que pudiese ocurrir, un par de tropezones aquí, otros allá, nada fuera de lo común. Teniendo a dos de los Arcobaleno, uno de ellos en su cabeza y otro en su hombro, quienes probaban la comida antes que ellos, cada vez que el castaño pedía opinión.

Cuando la comida estuvo servida en la mesa, se dieron cuenta de un detalle, o más bien dos, su mejilla tenía un rasguño, y su camisa tenía gotas de sangre, las miradas rápidamente fueron hacia el sicario quien no se atrevió a verlos, si estuvieran en su forma adulta quizás Colonello hubiese alcanzado a darle una patada bajo la mesa, pero solo movió su cabeza.

—Tsuna — llamo haciendo que el castaño dejará de alimentar a Verde, el científico le dio una mala mirada teniendo tan cerca la cuchara de su boca —. Te voy a curar.

¿Curar? ¿No era lastimar?

—¿Curar? — repitió mientras miraba hacia arriba, hizo una mueca extraña negando una y otra vez con su cabeza, haciendo que su cabello se moviera rozando sus mejillas —. Estoy bien, no estoy lastimado, cuando me curan duele demasiado.

Bajo la mirada hacia sus manos, jugando con sus dedos, la cuchara quedó sobre la mesa y su plato seguía intacto, Reborn subió a la mesa caminando hacia él, Fong se tragó sus palabras “No subas a la mesa, estamos comiendo” esto era importante y por ahora los modales podían perderse. Tsuna subió la mirada encontrándose con unos orbes ónix que se veían molestos.

Save MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora