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Corrimos por varios minutos entre el maizal tratando de no perder a Heath de vista. Me impresionaba saber que el sujeto sabía guiarse entre los altos cultivos. El olor a fuego podía hacerse cada vez más fuerte, pienso que el monstruo estuvo tan ocupado intentando extinguir el fuego que había olvidado hacer que nos desorientáramos, llegamos a lo que parecía ser el hogar del señor McMurdock.

La propiedad era una casa de dos pisos hecha en su totalidad con madera, al lado derecho de la casa había un viejo granero de color rojo que a pesar de los años aún estaba bien conservado. Cerca al granero se alzaba un silo de aluminio de unos cuantos metros, a los pies del silo reposaba un tanque gas.

Heath corrió hasta la puerta de entrada de la casa y empezó a tocar bruscamente mientras llamaba a su abuelo. Sharon se paró sobre los escalones de madera que daban a la puerta de entrada, esperando a que nos acercáramos a la propiedad, a la distancia se veía el brillo emitido por las llamas.

El viejo McMurdock salió de su hogar abriendo bruscamente la puerta de entrada, cargaba en mano un rifle Remington 513, debió pensar que trataban unos intrusos pero al ver que eran su nieto y sus amigos bajo el arma. No hubo tiempo para explicar que estaba pasando, Heath ordeno a su abuelo que nos dejara entrar a la propiedad; el viejo McMurdock vio hacia la lejanía viendo como el incendio poco a poco se iba esparciendo, esto de verdad que lo molesto.

Casi gritando, le pregunto a Heath y a nosotros que fue lo que paso. Intercambiamos miradas ya que no teníamos la menor idea de con que palabras explicar lo que estaba sucediendo. Sharon soltó la sopa y le dijo al viejo que en el maizal había un monstruo suelto, que este empezó a atacar a nuestros amigos durante la fiesta tomando la vida de Matt y Bradly en el proceso.

McMurdock no creyó ni una sola palabra, ordeno a Heath a que entrara a la casa y a nosotros nos ordenó quedarnos afuera, llamaría a las autoridades de inmediato.

El viejo estuvo a nada de cerrar la puerta frente a nuestras narices pero en la lejanía escuchamos el fuerte rugido de la bestia. Los ojos de McMurdock se abrieron como pelotas y en un instante cambio de opinión. Nos ordenó a todos a entrar en su propiedad y cerrar todas las puertas con llave, a bajar las persianas de las ventanas y a apagar las luces de la propiedad. El momento de defenderse había llegado.

McMurdock bajo a su sótano y regreso de este con varios cartuchos para su rifle, linternas eléctricas y unas cuantas botellas llenas de alcohol a las cuales les puso en la boquilla una mecha preparando al instante unas bombas molotov. Se retiró a su cocina para llamar a la policía y a los bomberos a través de uno de esos viejos teléfonos de cable a los cuales debías girar un círculo en medio para marcar el número. El viejo tuvo que inventar una mentira para que la recepcionista al otro lado de la línea telefónica no pensara que la llamada se trataba de una broma.

-Hay uno sujetos cerca de mi propiedad acechándome ¡Acaban de provocar un incendio no muy lejos de aquí el cual se está esparciendo por el maizal! ¡Vengan pronto!-

Colgó el teléfono y volteo a vernos, dijo que todo estaría bien, la ayuda ya venía al camino. Aun así no era el momento de celebrar todavía, ese monstruo seguía rondando por ahí afuera. Nos ponía más nerviosos el no saber con exactitud en donde estaba metido, debíamos mantenernos en alerta si es que el monstruo aparecía.

No pasaron ni cinco minutos cuando unos rasguños se empezaron a escuchar por fuera de las paredes. McMurdock me entrego una lámpara, dijo que si algo salía mal huyéramos por el camino de tierra que había frente a la casa, este nos llevaría hacia la autopista en un santiamén.
  El viejo con rifle en mano se acercó a la ventana de la sala de su casa, alzo un poco la persiana con la boquilla del arma para ver que había afuera. Se quedó en completo silencio vigilando cuidadosamente el entorno en busca de algo que estuviera fuera de lo normal. No vio nada, bajo la persiana lentamente tapando de nuevo la vista hacia el exterior de la vivienda. -Creo que estamos seguros por ahora- dijo McMurdock.

Un golpe que provino del lado exterior de la puerta de entrada nos hizo saltar. McMurdock preparo el arma quitando el seguro del gatillo y apuntando hacia la puerta. Los golpes continuaron hasta que, en un aparente tono de burla, los golpes pasaron a ser un típico toque de puerta que la gente suele hacer al llegar a una casa ajena. "Toc TocToc Toc" se oía.

McMurdock posiciono su dedo sobre el gatillo inseguro sobre si disparar o no pues aun no tenía al objetivo en la mira. Unos pesados pasos eran escuchados afuera sobre la madera de los escalones frente a la entrada, la madera rechinaba con cada uno de esos pasos.

Poco a poco el sonido iba disminuyendo, señal de que aquellos pasos se alejaban lentamente. -Es un alivio- dijo Heath, limpiando el sudor de su frente. McMurdock no decidía si era buena idea bajar el arma o no, opto por mantenerla la boquilla del rifle alzada sobre su cabeza, si era necesario disparar hacia un objetivo lo haría con relativamente mucha rapidez.

-Es mejor que preparen una de esas bombas, tomare el riesgo de incendiar la casa si es que es necesario-. Heath acudió a la cocina, las botellas con alcohol reposaban encima de una barra de madera al frente de la puerta trasera de la casa.

-Necesitaremos el mechero- agrego Heath. -Busca en el cajón bajo la barra- le dijo su abuelo. Heath abrió dicho cajón buscando el mechero, lo encontró en un parpadeo.

La puerta trasera salió volando por toda la cocina. Uno de los alargados brazos con forma de rama entro apuñalando con su dedo índice en forma navaja a Heath. Este jadeo incontrolablemente mientras temblaba, el mechero que tenía en su mano cayó al piso. El brazo salió disparado por el espacio donde estaba la puerta aun manteniendo al chico atravesado, Heath se dio un fuerte golpe en la nuca con el borde superior de la salida.

McMurdock grito con todas sus fuerzas el nombre de su nieto, enojado apunto el arma hacia la salida trasera de su casa, la cabeza en forma de calabaza del monstruo se asomó mirando hacia el interior de la vivienda. Sin previo aviso, McMurdock abrió fuego acertando cuatro tiros en el rostro del monstruo, fragmentos de calabaza acabaron desparramados por el suelo.

El monstruo quedo inmovilizado por un breve momento, de las aberturas que los disparos había dejado en su cabeza broto una sangre oscura y viscosa que dejaba un olor putrefacto por donde fuera que cayera.

McMurdock dio la orden de huir, no podría hacer nada más respecto al monstruo pues las bombas molotov estaban en la cocina. Las aberturas de los disparos comenzaban a cerrarse, la sangre negra dejaba de salir y ahora el monstruo estaba más furiosos que antes. Tal como la boca del estómago, otra hilera de dientes amarillentos y deformados emergió pero esta vez en la boca de la cabeza de calabaza. El rugido del monstruo ahora sonaba como una mezcla entre varios gritos distorsionados de sus muchas víctimas.

El viejo hombre continuo disparando hacia el monstruo, el cual poco a poco entraba a su hogar. Al ser una criatura muy alta, debía mantenerse encorvaba debido a la altura del techo.

Vincent abrió de una patada la puerta delantera de la casa para escapar, Sharon fue detrás de él. Yo me quede dentro de la casa todavía tratando de alentar a McMurdock para que escapara mientras pudiera, en sus propias palabras dijo que nos compraría tiempo para escapar; continuo disparando a diestra y siniestra sobre el cuerpo del monstruo, las balas parecían de goma ya que estas rebotaban al hacer impacto contra su objetivo.

McMurdock no lo volvió a pedir amablemente, exclamo que corriera fuera de ahí inmediatamente. Encendí la linterna y corrí hacia donde Vincent y Sharon se habían ido. Oímos los gritos y balazos de McMurdock intensificarse hasta ser totalmente silenciados, el monstruo emergió de la casa rompiendo la puerta y bordes que delimitaban la entrada.

Apague la linterna inmediatamente, separarse no viene siendo una idea buena cuando te encuentras con un grupo de personas y todos están corriendo peligro pero Vincent, Sharon y yo tuvimos que hacerlo. Ya no íbamos a tomar el riesgo de adentrarnos al maizal otra vez, no más. Al separarnos, cada uno busco por su cuenta un escondite propio. Vincent busco refugio en el interior del granero, Sharon y yo nos ocultamos detrás del silo.

Como un animal cazando, el monstruo nos rastreaba por toda la granja. Sharon se llevó las dos manos a la boca, cerró los ojos presionando con fuerza sus pestañas y rogando por que aquella cosa no nos hallara. Asome la cabeza un poco para ver en donde se metió el monstruo, al parecer estaba detrás de Vincent. Caminaba lentamente por el frente del granero intimidando a mi amigo de todas las maneras posibles.

Le tuve que pedir perdón a Sharon por lo que estaba a punto de hacer, golpee con todas mis fuerzas la superficie del silo; el sonido de los golpes sobre aquella superficie de aluminio fue más que suficiente para atraer al monstruo hacia nosotros. Incite a Sharon a correr por el camino de tierra que McMurdock menciono y largarse de ahí, debía ir por Vincent o se quedaría atrapado en ese granero. Me puse frente al monstruo agitando ambos brazos en el aire para llamar su atención.

Creo que fue más que suficiente. Los brazos en la espalda del monstruo se comenzaron a alargar aún más y la boca en su estómago volvió a abrirse, la bestia soltó el mismo rugido estremecedor con el que intento intimidar al viejo McMurdock. Parecía que mi momento había llegado, estaba listo para morir ahí. Cerré ambas manos formando puños, incline la cabeza y cerré ambos ojos apretándolos con el fin de no mirar a la cosa que me iba a dar muerte.

El monstruo soltó un segundo rugido el cual fue aún más fuerte que el anterior pero, el rugido fue interrumpido por el silbido de una persona a sus espaldas. Esta persona era McMurdock, quien tenía un moretón en el ojo derecho, le faltaba uno de sus brazos y las entrañas se le salían por el estómago. La criatura desvió su atención hacia McMurdock, este con una voz delirante grito que me alejara del silo. En el único brazo que le quedaba llevaba ese rifle, alzo el arma con dificultad apuntando al monstruo que ya se avecinaba hacia él. Tiro del gatillo ensartando nuevamente varios tiros en la cabeza del monstruo.

Aproveche esta breve distracción para correr hasta el granero, aún tenía que sacar a Vincent de ahí. Al abrir las puertas, mi amigo se encontraba sentado en una posición fetal al lado de un abandonado tractor el cual parecía que en años se había usado. Inundado por el miedo, se negó a salir de su escondite, los agarre de ambos hombros sacudiéndolo de adelante hacia atrás para que reaccionara pero este solo se esmeraba en responder con un simple –"NO"-.

Le solté una fuerte bofetada gritando que se pusiera de pie, sin lugar a dudas el golpe lo hizo reaccionar, me vio a los ojos con una mirada de impacto que hasta la fecha no puedo olvidar, fue un momento un tanto gracioso durante una situación de peligro. Vincent corrió fuera del granero, yo iba detrás de él.

Al mirar hacia atrás lo último que vi fue al viejo McMurdock siendo levantado por el monstruo y luchando por no ser aferrado a la boca de su estómago. Sharon no estaba muy lejos de ahí, nos la topamos casi de inmediato mientras huíamos por el camino de tierra. Aceleramos el paso alejándonos de la granja, la cual se perdía de vista por los maizales rodeando la ruta que tomábamos.

Si el incendio en el maizal no era suficiente, el sonido de un disparo del rifle de McMurdock seguido por el de una explosión tuvo que serlo. Talvez era una señal de que la masacre de esa noche termino, una masacre que acabo con una nota alta pues sobre la granja de McMurdock una gran bola de humo y fuego se alzó por los aires, lanzando fragmentos de tierra y ceniza por todos lados. El silo de metal que ahora ardía no tardo en desmoronarse sobre el viejo granero al cual el fuego de la explosión había arrasado también.

La explosión e incendio del maizal eran más que visibles desde el pueblo, todo mundo este atónito ante dichos eventos. La explosión debió hacerse cargo del monstruo pues este no apareció por ningún lado después de huir de la granja, en cuanto al viejo McMurdock, no existe la posibilidad de que haya sobrevivido a eso.

Topamos con el final de aquel camino de tierra en cuyo final interceptaba con la, a comparación de la entrada que tomamos esta no tenía ningún portón. Sharon, Vincent y yo llegamos justo a tiempo para ver como un convoy de patrullas de la policía y camiones de bomberos pasaban a gran velocidad sobre la autopista para hacerse cargo del incendio. Esa noche pasaría a ser histórica en el pueblo y no solo por el incendio o el avistamiento del monstruo, los eventos que vinieron después de ese 31 de octubre fueron devastadores para Hollow.

Una noche de terror en HalloweenWhere stories live. Discover now