Las sábanas son ásperas y huelen a suciedad, y cuando el orgasmo de Yoongi lo alcanza es realmente patético y demora demasiado en llegar. El tipo cuyo nombre escuchó en la madrugada incipiente, se deja caer de espaldas sobre un colchón duro de motel lúgubre jadeando como si hubiera corrida una puta maratón y Yoongi quiere poner los ojos en blanco y comentar ácidamente cómo realmente no es tan bueno como el desconocido lo quiere hacer ver. Toda esa pantomima ridícula e innecesaria al final de la noche hace que quiera desvanecerse de ahí, porque está borracho y si aún no vomita es porque no quiere humillar al pobre tipo. En cambio balancea sus piernas sobre el borde de la cama y encorva la espalda para agarrar sus bóxers esparcidos en algún lugar entre el suelo y su desespero. El cuarto da vueltas, hay un velo cubriendo el lugar con aroma a humo rancio, sudor y shampoo barato, y Yoongi intenta disipar la niebla de rostros artificiales y gemidos mezquinos aferrándose a reminiscencias expiradas que se entremezclan aún cuando sus ojos están abiertos. Todo hace que su cabeza palpite.
''¿Ya te vas?'' El tono señala confusión y cuando Yoongi gira el rostro mientras sus piernas vuelven a cubrirse con sus jeans, recuerda que no está solo. No es el primer error que comete y no será el último, las huidas nocturnas con destino incierto para quitarse de encima la pesada jornada de trabajo y buscar satisfacción en cuerpos anónimos sobrevuelan a su soledad como buitres hambrientos a la carroña. Porque, al final, eso es lo que es el corazón de Yoongi, carne descompuesta.
Cuando no responde, la voz monocorde del desconocido hace eco entre las cuatro paredes una vez más. ''Pensé que podríamos segu—'' pero Yoongi lo interrumpe en silencio, un gesto breve y conciso como negar con la cabeza mientras resguarda su teléfono en el bolsillo. Su voz demora en llegar, pero finalmente lo hace, camisa y chaqueta en la mano mientras se dirige hacia la puerta del lugar ''lo siento, amigo, no va a pasar.'' Ni siquiera se molesta en mirarlo por última vez, hacerlo avivaría la ira hacia sí mismo y lo que Yoongi realmente busca es adormecer su desenfreno etílico y moral.
Detrás de él se escucha la exclamación del tipo llamándolo imbécil y la puerta se cierra, está a salvo otra vez. La soledad lo espera a la vuelta de la esquina, cuando se detiene para vomitar todas las esquirlas de una noche agonizante, escupir todas las cosas que no dijo, y observarlo sin vilipendio, con el consuelo de sus brazos en el cuello.
Tiene veintiséis años y se siente cansado, sin tiempo, con los nudillos demasiado blancos y los dedos demasiado gastados. Se recuerda que aquello no es nada mientras busca un cigarrillo y encuentra el paquete maltrecho, aunque en un atisbo de lucidez mental sabe que se equivoca, que sus intentos vanos por borrar rastros indelebles lo perseguirán por la mañana cuando Yoongi vuelva a ser el afamado productor que vive sus sueños dentro de una paz imaginaria.
Yoongi se dice un montón de cosas. Quizás algún día las crea.
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afraid | min yoongi
Fanfictionbeing me can only mean feeling scared to breathe. one shot (really really short)