Objetivo: Concientizar que las personas con discapacidades son iguales al resto y la falta de alguna extremidad no debería afectar la forma en la que son tratados.
Público al que va dirigido: jóvenes de preparatoria
Cuento: Soldadito de plomo (Hans Christian Andersen, 1983)
Problemática: Exclusión a personas con capacidades diferentes
Síntesis:
El cuento de El soldadito de plomo narra la historia de un soldado de plomo que forma parte de los muchos juguetes de un niño. Sin embargo, este soldado es diferente al resto de soldados de plomo porque le falta una pierna. El soldadito de plomo está enamorado de una bailarina de papel con una lentejuela en el vestido que también se mueve sobre una sola pierna. Al caer la medianoche, los juguetes cobran vida y es entonces cuando el soldadito y la bailarina pueden estar juntos. Sin embargo, el arlequín de la caja de sorpresa también está enamorado de la bailarina y consigue lanzar al soldadito por la ventana. Éste termina cayendo por una alcantarilla y dando al canal. Entonces, un pez se traga al soldadito. Sin embargo, el destino hace que el pez sea pescado y vendido a la familia de la casa del soldadito. Así el soldadito vuelve a casa con su bailarina. El final, sin embargo, no es feliz.
Versión para el experimento:
Érase una vez un niño que tenía muchísimos juguetes. Uno de sus juegos preferidos era el de hacer la guerra con sus soldaditos de plomo. Cuando se los regalaron, se dio cuenta de que a uno de ellos le faltaba una pierna a causa de un defecto de fábrica. No obstante, mientras jugaba, colocaba siempre al soldado mutilado en primera línea, delante de todos, invitándolo a ser el más valiente.
Pero el niño no sabía que sus juguetes durante la noche cobraban vida y hablaban entre ellos, así fue como un día el soldadito pudo conocer a una gentil bailarina, también de plomo. Entre los dos se estableció una corriente de simpatía y, poco a poco, casi sin darse cuenta, el soldadito se enamoró de ella.
Las miradas insistentes y los suspiros del soldadito no pasaron inadvertidos por el travieso que estaba encerrado en una caja de sorpresas. Finalmente, una noche, el travieso estalló.
-¡Eh, tú, deja de mirar a la bailarina! -el pobre soldadito se ruborizó, pero la bailarina, muy gentil, lo consoló:
-No le hagas caso, es un envidioso. Yo estoy muy contenta de hablar contigo.
Y lo dijo ruborizándose. ¡Pobres estatuillas de plomo, tan tímidas, que no se atrevían a confesarse su mutuo amor!
El travieso al observar que el soldadito ignoraba todas sus peticiones decidió acercarse a la bailarina, quien era más fácil de persuadir.
-Ugh, bailarina, ¿Por qué te gusta ese soldado? Él no te puede ofrecer lo que los demás sí, tan solo míralo, no es suficiente para una dama tan bella como tú- le dijo persuasivamente el travieso.
-¿Por qué dices eso?- preguntó con tono molesto.
-Solo tiene una pierna, no tienes que pasar por todas las adversidades que implica estar con él, ¿en verdad quieres pasar el resto de tu vida amando a alguien incompleto?- exclamó el soldado.
-Entonces...¿Qué debo hacer?
Justificación: Elegimos este público debido a que es la edad en la que están más expuestos a la discriminación por apariencia física y son susceptibles a discriminar a los demás
Resultados: Los resultados fueron satisfactorios ya que la gran mayoría de comentarios fueron a favor del soldadito, por lo que se demuestra que los jóvenes están al tanto de lo que sufren las personas con discapacidad y evitan la discriminación.
Conclusión: Se logró el objetivo porque los jóvenes entendieron el trato injusto que se les da a las personas con discapacidades y opinaron en contra de dicho acto. De igual manera, gracias al cuento, las personas se dieron cuenta que una discapacidad no afecta la esencia y sentimientos de alguien.
