Cap 9

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- Woww esa historia si que fue larga.

El principe hablo apartando la mirada, tratando así de no mostrar un pequeño sonrojo que lo invadia.

- Mm si, nos llevó casi todo el día.

El príncipe miro hacia el exterior, era cierto. Una vez más había pasado todo un día y el ni se había percatado de ello. ¿Cómo era posible? Debía admitir que el mocoso sabía cómo llamar su atención.

- Mm si, pero tengo una duda. Kongpob poso su ojos sobre el a la espera - ¿Porque inicio todo eso?

Kongpob se aclaró la garganta

- En si las leyendas tenías algo de verdad, aunque su nombre dicen que solo son eso, leyendas, estás contienen verdades. No hubo una princesa, ni un rechazo mordaz, pero si hubo un amor, uno que fue destruido por alguien que tenía envidia. En ese tiempo existian dos princesas ambas eran las mejores amigas y con el tiempo descubrieron que esa amistad se había vuelto algo más, pero no siempre todo sale bien ¿no es así? Ambas se amaban, pero había un hombre que codiciaban a la princesa del fuego. Está sabía que el no la amaba, solo deseaba el poder y ella no estaba dispuesta a dárselo. Ariart era su nombre y el de su amada era kinia. Cuando ella declaro su amor por la princesa del agua aquel hombre no pudo soportarlo y lo que hizo fue atros. Una noche logro ingresar al palacio y mato a la princesa del agua. Claro que fue capturado y castigado, pero eso no recompuso el corazón de la princesa por lo que con mares de lágrimas canto una canción llena de dolor antes de beber un frasco completo de veneno. Si su amada no estaba, ella tampoco quería hacerlo.

- Wowww.

- Si, puede que sea triste. Pero Ariat amaba tanto a kinia que no podía estar sin ella. Su padre, el rey había llorado desconsolado preguntando el porque. Entonces ella con su último aliento le susurro

- Ojalá nunca te abracen por última vez....

- Así es, no era una guerra por tierras, en la actualidad de ambos príncipes nadie sabía que había pasado. Pero el padre de Ariat gravó esas palabras y con el tiempo se grabó en la mente de muchos que el amor era peligroso, porque si uno amaba con intencidad incluso la muerte no lo podría parar.

Un pequeño silencio reino el lugar, había una cálida sensación en el pecho del pirncipe al igual que en kongpob.

- Sabes. El principe le dedicó una mirada suave. - Eres bueno contando historias.

- ¿En serio? Yo no lo creo. Kongpob inclino su cabeza tratando de ocultar su sonrisa. Había esperado un cumplido como ese.

- Pues creelo, porque mañana deberás contarme otra.

Sin decir más el príncipe se giró dándole la espalda, mientras kongpob había levantado su cabeza incrédulo. Está vez el principe no estaba echándolo, ni apuntandolo, si no que estaba invitándolo a permanecer en el lugar y eso era simplemente fantastico.

°•°•°•°•°•°•°

En la mañana siguiente.

Kongpob se mordió levemente sus labios y su corazón golpeaba fuertemente en su pecho. La emocion que lo recorría era algo indescriptible, mientras recorría cada pequeño detalle con sus ojos. Sus latidos se aceleraron aún mas cuando decidió posar sus ojos en los rozados y carnosos labios del hombre frente a él. El príncipe estaba durmiendo, claramente era demaciado temprano, pero ese era el único momento en el que él podía observarlo sin su claro seño funcido, o sin la clara molestia en sus ojos.

Luego de la pequeña historia que logro contar el día anterior el joven monarca se había caído rendido y el daba gracias de poder haber relatado algo tan rápidamente y que además el lo haya elogiado.

Kongpob se mantuvo en su lugar, una pequeña sonrisa estaba dibujada en sus labios. Ver al príncipe así lo llenaba de un extraño sentimiento.

Podrían decirle cursi, o incluso tonto, pero a él le gustaba mucho como era el príncipe con dos distintas facetas. El chico malo lo enamoraba y el chico bueno lo encantaba. Haciendo así que él fuera una perfecta combinación que lograba hacer que su corazón se hundiera cada vez más.

— ¿Cursi? ¿Tonto? Masoquista diría yo!

— En momentos como este me preguntó dónde habré dejado la cinta adhesiva.

— Ya entendí la indirecta. Me callo.

Como decía, kongpob se mantuvo observando al príncipe, hasta que un pequeño movimiento lo hizo tomar una distancia prudente de el.

- Bueno días. Kongpob hablo con una pequeña sonrisa.

- ¿Mmm?

El príncipe estiró sus brazos alejando su pereza antes de girarse y mirar los profundos ojos miel que se encontraban frente a él.

- ¿Que hora es? El príncipe preguntó algo adormilado.

La sonrisa en el rostro de kongpob llegó hasta sus ojos. Ver al príncipe despierto y con una expresión tan linda hizo que su corazón volará a millas por segundos y eso le gustaba.

- Medio día. Kongpob hablo suavemente.

- ¿Desayunaste?

Kongpob ahora no podía contener su emoción. Le había preguntado y aúnque eso era algo mínimo lleno su corazón de más alegría. A tal punto que el juraría que pronto explotaría.

- No. kongpob se mordió sus labios - Estaba esperando a que despiertes.

El príncipe blanqueo sus ojos y soltó un pesado suspiro. - Que agh...... Escucha, la próxima no esperes, directamente ve y come. ¿No sabes lo importante que es tener una buena alimentación.? Ash estos niños de ahora!

Kongpob rio por lo bajo - Sabes que nos llevamos solo dos años ¿no?

- Ash cállate! El príncipe chasqueo su lengua. Al mismo tiempo que se levantaba de su cama. - Quédate aquí, iré por comida.

El corazón de kongpob aún se mantenía latiendo, por lo que aprovechando la salida del principe hablo.

- Cálmate. Kongpob golpeó suavemente su pecho - No lo hagas tan obvio. Susurro.

El tenía una misión, una que tenía que cumplir a toda costa y no podía permitir que los fuertes latidos de su corazón arruinaran su plan. Así que tomando inhalaciones profundas, comenzó a controlarse, justo para cuando el principe volvió a parecer por la puerta.

- Traje la comida. Y te traje un café. El príncipe tomo asiento frente al joven. Preparando las cosas.

Y al no haber una respuesta este comenzó a levantar su vista, notando un pequeño brillo en esos ojos que derramaban pura inocencia.

- Ajam. El príncipe se aclaró la garganta - ¿Vas a comer.?

Con esas simples palabras kongpob sacudió su cabeza asintiendo con bastante energía. El príncipe ese día estaba siendo bastante amable y eso lo llenaba de felicidad.

¿Podía ser por la historia del día anterior?

¿Acaso había logrado tocar el corazón del pirncipe como el lo había planeado?

- Gracias. kongpob susurro y el príncipe lo miro algo confundido.

- ¿Por que agradeces?

- Solo gracias.

El príncipe parpadeo un par de veces mostrándose algo nervioso, la voz de kongpob había salido muy suave y eso había echo que algo se moviera dentro de el.

- ¡Solo come! Refunfonio algo nervioso.

- Si.

Kongpob le sonrió y nuevamente esa sensación extraña volvió a hacerse presente en el príncipe.

No, no podía ser.

El niño se estaba metiendo bajo su piel.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2020 ⏰

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Las mil y una noche. Peraya🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora