El día de ayer...

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Una tarde desperté con el cuerpo adolorido entre mantas y trapos sucios, al asomarme por la ventana que estaba al lado de la cama veo solo un triste pueblo gris. Se formaban pequeños ríos de gotas de agua en las baldosas del suelo, salí de la casa para seguir el río de gotas mientras cientos de ellas desaparecían en su contacto con el suelo. No conseguía ver bien  de donde salían cada una de las gotas,  solo veía una profunda masa gris, quise salir a ver como era este pueblo y veía uno  los balcones que veían desde la calle, era un hombre mayor con un traje elegante y con una  mirada perdida... el señor empezó a tocar una nota en su violín, el era la única persona que se veía en todo el pueblo, la nota siguió sonando hasta formar una melodía grave y profunda. me imaginé a un hombre mayor. Tenía barba de color gris, vivía solo y frecuentaba la cafetería de la esquina de nuestra calle. Pero seguía sin aparecer nadie en ese balcón, y no pude saber si esa persona era o no como me la imaginaba. Mientras me alejaba de el balcón se empezaba a ver una carretera solitaria para poder ver mejor ese tal pueblo, Tan solo cuatro notas eran suficientes para romper el silencio que envolvía el pueblo triste y desolado...

No había nadie mas paseando por las calles de ''el ojo seco'' 

-Siento la tardanza, estaba buscando mi impermeable con capucha. me dice un chico.

Hice un gesto con mis manos para que bajara la voz, pues yo quería seguir escuchando aquel violín e intentar  ver de quien se trataba... Ahí fue donde recordé, el era un viejo amigo que hace mucho tiempo se fue de intercambio con una familia Estadounidense , me puse a llorar y lo abrase lo mas fuerte que pude y le dije entre lagrimas:

.- Q-que haces aquí Joseph! . El se quedo mudo...

-Somos vecinos, vives aquí! ¿Nunca habías visto a ese señor tocando el violín? Dijo.

-Nunca había visto a nadie, para mi tu eres mi único vecino Joseph. 

-Ellos no me interesan, me interesa la música que estaba sonando.

 -Todas mis expectativas, rotas. No había ningún hombre mayor viviendo en esa casa.'

-Q-que...?

Joseph no era sólo mi vecino, era mi mejor amigo, como un hermano para mí. Él era un chico de lo más normal , algo exótico al ser sus padres Alemanes, pero sin demasiadas rarezas. Era agradable, atento, alegre. Era todo lo contrario a mí. Él me consideraba una persona peculiar, muy diferente al resto. Otra de las cosas que me diferenciaban era mi afición por coleccionar fotografías tomadas por mí. Yo siempre llevaba mi cámara a todas partes, Y aprovechaba cada momento para tomar fotos y pegarlas en una pared de mi habitación. Joseph salía en la mayoría, porque aunque él lo negaba, era muy fotogénico. Aunque nunca se lo había dicho, me parecía un chico guapísimo. Llevaba ropa muy común, el pelo despeinado y tenía unos ojos verdes que hacían de mis fotografías algo más.

Esa misma tarde nos dispusimos a ir al bosque de las afueras de komalnskop, quería capturar una imagen en la que se reflejara cada gota de agua de aquel balcón, cada detalle de un día frío y gris. Algo que destacaba de esta pueblo es que era la zona mas fría de toda Alemania y era muy raro ver un día de sol en invierno u otoño.

Mientras yo caminaba sin pausa, el corría detrás de mi saltando entre los charcos. El seguía repitiendo que hubiésemos traído las botas de agua, seguíamos adentrándonos en el bosque para ver que cosas interesantes nos encontrábamos.

El manto de la noche empezó a cubrirnos, empapado bajo la lluvia y rodeado de árboles sin hojas, no dudé ni un segundo en sacarle la foto. Abrí disimuladamente la mochila donde guardaba mi cámara, con la esperanza de que no se diese cuenta y que no parase de saltar y de dar patadas en el suelo. Quité la tapa del objetivo, medí adecuadamente la poca luz que me ofrecía el día, comprobé el encuadre y el enfoque y me dispuse a darle al botón.

El camino hacia la locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora