❝ Glory es el lugar perfecto para perderte,
y en algunos casos, para pensar que eres
un buen samaritano. Al final, todos
pagan por sus pecados. ❞
ᴡᴀʀɴɪɴɢ﹕
» Temática: giros inesperados.
» Aborda temas relacionados con la religión.
» Contenido se...
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Glory es un establecimiento muy bien escondido, en medio de las frías calles de un pueblo ya olvidado por el hombre, incluso por Dios. Se abre principalmente a las nueve de la noche, y perdura hasta el amanecer, cuando la luz del sol comienza a señalar la mala vida de los habitantes, volviéndose un frío edificio, sin gracia, y sin algún signo que le destaque.
Lo cierto es que no necesita de ello. Muchas cosas se dicen de Glory y su propósito. Puede simplemente tratarse de un fino burdel que sirve alcohol y piedra como cuerpo de salvación, y padece de pecado. Sí, en Glory lo que menos puedes hacer es pecar, porque, definitivamente, el bien y el mal no existen entre sus paredes.
La primera vez que Hoseok entró en Glory, vio una sala pulcra y sin engaños. Totalmente diferente a lo que imaginó. La recepción y el bar no fueron una grotesca vista que resaltaran su actividad por excelencia. Una joven lo recibió de inmediato, sosteniendo su brazo antes de guiarlo hacia una mesa donde le sirvió un trago. No pudo negarse, a fin de cuentas lo invitaba la casa, pero Hoseok,un digno hombre con una extraña fortuna producto de la herencia de su fallecido padre, no pintaba nada dentro de ese lugar. Todos sabían quién era, y por ello, la intriga creció entre la multitud mientras los frenéticos susurros llenos de conjeturas llegaban a sus oídos. Pobre. Era un cuadro digno de ver.
¿Qué buscaba él en Glory? ¿Acaso era a una de sus musas? ¡Por favor! ¡Ese hombre se entregaba a la Gracia del Señor todos los días en la misa de las ocho en punto!
—En Glory nos sentimos dichosos de tenerlo aquí, mi Señor —El tono, claramente irónico, hizo que Hoseok frunciera el entrecejo—. Pero es cuestionable que un hombre como usted lo visite.
—No vengo como cliente. Lo que realmente me interesa son las actividades que rigen este lugar tan falto de luz.
Y con eso dicho, dio un largo y detallado vistazo al recinto por décima vez. Era demasiado obvio que su propósito, desde un principio, no era el de disfrutar del espectáculo.
—Padre Jung, su iluminación es de las mejores en todo el pueblo.
No. No era un sacerdote, pero era tan casto como ellos. Un hombre que nunca llegó a tocar otrocuerpo sin tela de por medio, y que toda su vida se la dedicó a Dios.
—Creo suponer que usted me entiende —le respondió al sujeto que con familiaridad se sentó a acompañarlo. Su adversario tenía como nombre Namjoon, y era el dueño de la casa. Era unhombre con pensamientos cristalinos, nada se le escapaba de vista y todo lo dejaba a la exhibición. Era un buen tipo, pero con uno que otro defecto que lo dejaban mal ante los ojos de Dios.
—Todos saben lo que aquí se práctica. Usted no es idiota. ¿Tiene algún gusto en específico? Por allá tenemos el catálogo, por si lo quiere ver.
