Una Celebración Para Dos

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Sábanas fueron removidas con delicadeza y cariño; siendo imperceptibles al oído. Ojos llenos de amor y cálidos latidos en el corazón fueron mostrados con un suspiro. Ya era hora de despertar para el joven de atractivas facciones. Su despertar siempre era temprano debido a su trabajo en la empresa de su tío pero ese día se había excusado. La persona más querida para él estaba pasando por una fecha inusual y no se apartaría de su lado.

Se estiró, tomó su toalla y se dirigió a la ducha para verse presentable. Las gotas de agua cristalina recorrían su cuerpo con rapidez llevándose la olorosa espuma que lo cubría. Su corto pero hermoso cabello fue peinado de manera perfecta.

Ropas hechas a medida sustituyeron a la blanca espuma para resguardar el cuerpo de su dueño.

La cocina fue invadida con gracia y tras unos cuantos cortes pedazos de nísperos fueron acomodados en un plato de porcelana con diseños de nubes. Cada porción encima de otra haciendo un círculo perfecto y como relleno de la circunferencia habían semillas de loto peladas. La estética del platillo era exquisita al igual que su sabor. Solo los mejores ingredientes habían sido seleccionados para esa persona tan especial.

Cada rebanada, cada porción colocada derrochaba una gran cantidad de amor.
La comida fue dejada debajo de una hermosa tapa transparente con acabados de conejos diseñados sobre el cristal.

El agua corrió una vez más pero esta vez fue para llenar la tina de un agradable vapor caliente. Esencias y aceites se mezclaron en esta y vieron flotar entre ellas hermosos pétalos de rosas de color carmín.

El muchacho volvió al lugar inicial y se sentó sobre la cama, su mano descansó sobre la mejilla de alguien más y llamó con ternura y amabilidad un nombre. El nombre más preciado que podría haberse aprendido en toda su vida. —Wei Ying.— Sus delicados labios dejaron un beso sobre la frente de su receptor.

La mano ajena fue aprisionada con suaves caricias de otro par mientras unos cuantos besos eran repartidos entre los blancos dedos. Esa clase de gestos hacían que el corazón le latiera con rapidez, tan rápido, como cuando descubrió que su amor era completamente correspondido. —Lan Zhan… buenos días.—

El par de ojos grisáceos se abrieron con pereza pero su dueño no podía quejarse. Se le había despertado de manera puntual en su propio horario. Soltó la mano de su pareja y aún estando medio despierto y medio dormido rodeó el cuerpo ajeno con un abrazo. De lo somnoliento que se encontraba ni se había percatado de que Lan Zhan estaba ahí fuera de horario. Lo único que quería hacer es un poco de trampa y dormir unos minutos más entre los brazos de su amado pero sintió que el mundo dio un giro de ciento ochenta grados. No porque los brazos del otro también habían rodeado su cuerpo sino por las palabras que fueron susurradas. —Feliz cumpleaños, Wei Ying.—

Ambos se aferraron aún más fuerte al otro y el cumpleañero fue elevado delicadamente y llevado hacia el baño.

Claramente, era el cumpleaños de Wei Wuxian pero no era el único siendo mimado en ese día. Durante el camino al baño varios besos fueron repartidos en el cuello y cara de su novio quien los aceptaba con gusto.

La puerta hacia la tina fue abierta y rápidamente se sintieron diferentes tipos de aromas. En especial, uno que era característico sentir en Lan Wangji: el olor a sándalos.

Wei Ying fue dejado de pie durante unos segundos y su príncipe se encargó de desvestirlo con delicadeza para volver a cargarlo y posicionarlo de manera correcta entre las aguas.

La sonrisa de Wei Wuxian reflejaba la felicidad que cubría a su corazón en esos momentos. Su cumpleaños en este año no había caído en un día de descanso para Lan Zhan así que pensó que tendría que esperarlo para pasar tiempo juntos pero este se quedó y siguió la rutina que a Wei Ying le encantaba realizar en los días libres donde despertaban al lado del otro.

—¡Lan Zhan, Lan Zhan! ¿Este día también me ayudaras a bañarme?— Habló mientras acumulaba espuma y juntaba unos cuantos pétalos de rosa para después soplarlos. Con cuidado llevó uno de los pétalos hasta la mejilla de su compañero. Ese pétalo tenía la forma de un corazón.

—Mn.— Una hermosa sonrisa se dibujó en el rostro del segundo hermano Lan logrando que Wei Wuxian bajara su rostro tratando de ocultarlo entre los mechones despeinados que caían sobre su rostro. Amaba las sonrisas de Lan Zhan, eran lo mejor que existía en este mundo.

La misma mano que había sido aprisionada hace unos minutos fue extendida hacia arriba y rápidamente el brazo del otro fue a descansar sobre esta. La mano libre del que estaba afuera de la tina tenía una esponja con jabón líquido de olor a avena. Suavemente y con paciencia el brazo del otro fue restregado y al terminar con este el proceso se repitió con las otras extremidades. Los cabellos se lavaron con delicadeza con un  champú olor a coco.

Wei Wuxian casi nunca estaba en silencio pero esta vez decidió hacerlo. Guardar silencio, cerrar los ojos y disfrutar los masajes que se hacían sobre su piel. —Lan er gege, ¿por qué no te bañaste conmigo?— Con una voz suave se emitió la queja. No le molestaba para nada pero bañarse con Lan Wangji siempre daba buenos resultados.
Hasta podría decir que la tina se rompería si no fuera de un material completamente resistente pero… por alguna razón sentía que eso no sólo era una suposición.

—Desvergonzado.— Esa palabra hizo que Wei Wuxian dejara salir pequeñas risitas.
La tarea de limpiar a su ser querido había sido cumplida con éxito y se encargó de secar y cubrir el cuerpo con la tela. Esperó pacientemente a que los dientes también fueran limpiados y cargó de nuevo a Wei Ying. —Lan Zhan, te quiero, te amo, me gustas.—

—Hm. Yo también amo a Wei Ying.— Se miraron a los ojos durante unos segundos. Parecía que para los dos nada en el mundo existía aparte del otro pero un sonido los sacó de su trance.

El recién bañado fue dejado sobre su cama y se extendió sobre ella para alcanzar su celular. Mientras atendía la llamada Wangji se encargaba de buscar ropa para vestirlo.

—¡Jiang Cheng, Yanli!— Hablaba con emoción. Prácticamente le estaba gritando a sus hermanos desde el otro lado.

—¿Quieres callarte? Estamos llamándote y no dejas de ser escandaloso.— Al otro lado de la ciudad Wei Wuxian se encontraba en altavoz así que su fuerte tono de voz fue como una bofetada para su hermano.

—A-Xian. Feliz cumpleaños.— Una voz apacible fue escuchada por fin. Su hermana lo felicitaba con una honesta sonrisa.

—Hermana… es mi cumpleaños y Jiang Cheng me está molestando.— Se expresó como un niño en busca de misericordia.

—A-Xian. Jiang Cheng estaba entusiasmado por llamarte el día de hoy.—

—Claro que no. Solo llamé porque tu querías hacerlo.—

—¡Jiang Cheng! Sabía que me extrañabas en casa.—

El nombrado bufó tratando de demostrar lo contrario pero en realidad la presencia de su hermano problemático sí hacía mucha falta. Después de este fuera adoptado por Jiang Fengmian se habían hecho muy cercanos al tener la misma edad pero desde que sus mil malentendidos con el aclamado segundo hijo de la familia Lan se resolvieron decidieron vivir juntos hace unos meses y para tener que verse se tenía que hacer un viaje de unas cuantas horas.

—Queríamos saber si podemos visitarte el día de mañana para comer un poco de sopa de raíz de loto.— Disparó el ofendido para terminar la llamada por completo.

—Claro, claro, pueden venir, ¡todo por volver a comer la deliciosa sopa de mi hermana!— Movía sus piernas de un lado a otro y le dedicó una sonrisa a Lan Zhan que se encontraba parado a su lado; esperando atentamente para vestirlo.

—A-Xian, nos despedimos entonces.—

—Feliz cumpleaños, Wei Wuxian.— Colgó.

El chico lleno de atenciones dejó el celular y se abalanzó sobre Lan Zhan haciendo que la toalla cayera. —¿Escuchaste eso, gege? Mañana vendrán por mi cumpleaños.—

—Sí. Debes estar feliz.— Lo volvió a dejar en la cama con paciencia y comenzó a vestirlo. Wei Ying se vestía de una manera completamente diferente a la suya. Wangji podía usar trajes de vestir todos los días o simplemente verse presentable pues tenía un trabajo estable dado por su familia donde tenía que mantener su imagen en alto, en cambio, Wei Ying usaba pantalones casuales, camisas normales y zapatillas cuando no tenía nada importante que hacer.

Nuevas risas pudieron ser escuchadas cuando Wei Wuxian se percató por completo en la cara del segundo jade. Aún tenía el pétalo que había sido depositado. Al estar vestido por completo se levantó, retiró el pétalo y besó la zona donde estaba. —Lan Zhan, comamos juntos.—La pareja entrelazó sus manos y caminaron hacia la cocina.

La estancia de la cocina era un lugar muy pulcro y bellamente decorado con colores suaves.

—Lan Zhan…— El mencionado fue jalado a través de su camisa causándole algunas arrugas pero eso no importaba. Compartieron un tierno beso. Los labios de ambos se tocaban con emoción llenando sus pechos de miles de sentimientos. —Comamos juntos todo esto que has hecho, ¿está bien?— Con dos tenedores y dando mini saltitos guio al hombre que lo hacía feliz y cuando estuvieron sentados suspiró pero de satisfacción. —Lan er gege, estos gestos que haces para mí hacen que mi corazón quiera explotar. Lan er gege, eres el mejor.—

Destapó los alimentos y le entregó uno de los cubiertos a Wangji y como si de un espejo se tratase ambos llevaron comida a la boca del otro y aceptaron las porciones con gusto. Tuvieron un desayuno bastante placentero.

El plato se encontró vacío pronto y Lan Wangji tomó la misión de limpiarlos de manera perfecta.

—Hanguang Jun… pffft.— El nombre que había usado le causó mucha gracia. Ambos habían estudiado en el mismo lugar y esa fue la causa por la que se conocieron. Los demás estudiantes miraban a la familia de los Lan como dioses así que acostumbraban a ponerles nombres de cortesía y títulos. —Lo siento, lo siento. Hanguang Jun el medio día ha pasado por completo, ¿tienes alguna otra sorpresa para Xian Xian?— Lo abrazó por detrás.

El segundo maestro Lan organizó lo que usaron, secó sus manos y Correspondió al abrazo. —Mn. Debemos salir.—

Como ya no había nada más que hacer en su hogar ambos se dirigieron hacia el auto de Lan Zhan. Este no era una persona que hiciera notar su posición económica poseyendo cosas caras pero, vaya, no muchas personas tenían esa clase de auto en su cochera.

—Lan Zhan, si alguna vez me preguntan qué eres de mi, ¿puedo responder que eres mi Sugar Daddy?— La familia Jiang también era acomodada pero no podía compararse en gran manera con la familia Lan. Que Wangji tuviera dinero solo era un plus a su ser de oro.

—Wei Ying.— Reprochó avergonzado por la palabra utilizada. Sus orejas rápidamente se pusieron rojizas.

Sus cinturones de seguridad fueron colocados y comenzaron el viaje. Mientras el adinerado manejaba Wei Wuxian había recibido llamadas de Wen Ning y Wen Qing, Nie Huaisang, Lan Xichen, Jin Guangyao, Jiang Fengmian, entre otros. El festejado no podía parar de sonreír y de sentirse amado debido a que todos habían recordado su cumpleaños.

—Llegamos.— Se le ayudó al del puesto de copiloto al bajar y este se quedó sin palabras. —Conejos.— Lo habían llevado a una tienda de mascotas.

Sin palabras Wei Ying se adentró al lugar y jugueteó un poco con los animales alrededor pero su visión estaba clara: quería conejitos. Siempre había pensando que esas pequeñas criaturas eran realmente hermosas y lindas.

A la hora de seleccionar se le hizo demasiado fácil. Habían dos conejitos que se mantenían juntos; siempre que el negro se movía el blanco no tardaba en seguirle y eso le recordó a Lan Zhan y a él en sus días de instituto. Todos decían que eran como fuego y hielo, que de alguna manera siempre se encontraban peleándose y teniendo diferentes tipos de aventuras.

Le dijo a su querido lo que quería y rápidamente todas las cosas necesarias para los conejos fueron adquiridas junto a ellos. Volvieron con alegría a su hogar. Parecía que el día de Wei Wuxian no podía ir en mejora.

—Wei Ying, ve a dejar a los conejos en el jardín.— Y como si de una orden se tratase así lo hizo. Después de todo tampoco podía negarse. Estar tiempo con esas bolitas de algodón le daba años de vida.

—Ah, pequeñas cositas, ¿cómo debería de ponerles? ¡Ujum! Ya sé. Serán nombrados detrás del motivo por el que fueron escogidos. Lan Wangji y Wei Wuxian.— Jugaba con las patitas de ambos mientras estaba sentado en el suelo. Acarició la cabeza del negro y las orejas del blanco pero se le llamó por su nombre así que los liberó y se dirigió rápidamente hacia el interior.

Por quincuagésima vez su corazón comenzó a latir con fuerza y millones de sentimientos lo embriagaron a la vez. El interior estaba completamente hermoso y el ambiente era ideal.

Wangji había colocado velas aromáticas, más pétalos de rosas y en el centro de la mesa había una maravilla y otra maravilla también se encontraba a su lado.

El hermoso cumpleaños de Wei Wuxian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora