Ú N I C O

331 39 25
                                    

–¿Y tú saldrías con ella?

–No lo creo. – Christopher le dió un sorbo a su malteada de fresa que antes Zabdiel se había ofrecido a comprarle en la cafetería –. Es linda, pero, no lo sé, no me llama la atención.

Los dos chicos iban caminando juntos por los pasillos como de costumbre. Las clases habían terminado y ellos siempre se quedaban hasta el final esperando a que la escuela se vaciara un poco para ir tranquilos. Había un eco a su alrededor debido a que estaba casi desértica, de no ser por el conserje que estaba trapeando, ellos dos se encontrarían solos y es que ¿Quién no querría irse de la escuela un viernes para aprovechar el fin de semana al máximo?

–Se ve que a ella le gustas. – sonrió el güero golpeando con su codo el brazo de su mejor amigo empujándolo un poco a la derecha.

–¡Lo sé, agh! – suspiró algo frustrado –. No quiero darle falsas esperanzas Zab, se ve que es buena chica.

Habían pasado las grandes puertas de metal de su escuela despidiéndose con su mano de él guardia para seguir con su camino.

Los dos chicos eran amigos desde la primaria; y sus casas en realidad no sé encontraban tan lejos, solo debían de caminar un par de cuadras para llegar a casa de el contrario. Debido a eso se volvieron inseparables el uno del otro, entrando a la misma secundaria y preparatoria.

–Tampoco es como que no lo hagas. – alzó los hombros tirando el vaso de plástico que traía en la mano en un cesto de basura que se encontraba cerca de él, Christopher copió su acción –. Eres un corazón de pollo, Chris; no sabes decirle que ya conoces sus intensiones contigo y que no te interesa.

–No es tan fácil.

–Sí lo es.

–¡Disculpa por no ser un insensible como tú! – Zabdiel rió por la exageración de su amigo –. Siento que ella está poniendo mucho esfuerzo en tratar de que me guste. Me voy a sentir mal si termina rota por mi culpa.

–Es por eso que debes de decirle las cosas claras desde ahorita, para que no se ilusione demasiado y termine peor. Tonto. – golpeó su mejilla en una cachetada sin fuerza - y sin intención de herirlo- y Christopher le respondió soltándole un manotazo en el estómago, sacándole algo de aire.

Zabdiel había dejado de caminar mientras que Christopher sonreía triunfante –. ¡Oye! – se quejó tocándose el área herida mientras se retorcía en su lugar.

Christopher, al percatarse de que el alto ya no iba a su lado, paró su caminar volteando hacia atrás viendo como éste soltaba algunos chillidos. Tomó las correas de su mochila y rodó los ojos con una sonrisa burlona por la exageración de su mejor amigo.

–Tú empezaste. – caminó cuatro pasos para acercarse a él rizado y se agachó un poco para quedar a su altura –. ¿Te dolió, bebé?

Habló despacio y lo hizo con una voz empalagosa como si estuviera hablando con un niño pequeño, molestando a su amigo.

–Mierda, sí.

En cuanto el castaño escuchó a su amigo batallar para hablar bien soltando algunos suspiros, comenzó a preocuparse.

–¿Zab?

El nombrado levantó su mirada a Christopher, su cara estaba algo roja y una vena se saltaba por su frente; y de un momento a otro la cara de dolor del rubio cambió por una sonrisa burlona.

Aprovechando que Christopher se encontraba agachado y creía que su amigo estaba mal, lo tomó por sorpresa, pasó su brazo por detrás de su cuello y lo atrajo hacia él atrapando su cabeza entre su brazo y su torso.

Corazón de Pollo - ChrisDiel [Christopher & Zabdiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora