UN SIMPLE DIA EN MI CABEZA V1

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El despertador indica las 6:00 de la mañana. Hoy es un lunes, un principio de semana, un principio de semana vacío. Me sentía vacío sin su habitual mensaje en mi contestador. Entonces me pregunto a mí mismo: ¿la extraño? la respuesta es sí. Extraño sus mensajes, ellos hacían que mis mañanas felices; eran ese café que me daba la energía y las fuerzas para continuar, eran una inyección de motivación.

Pero hoy fue diferente. Hoy no tenía energía, hoy no tenía ese preciado café, hoy no tenía motivación.

Hoy no recibí su mensaje.

Empecé mi día desanimado, sin fuerzas; sin ganas. Mientras mis pies me guían hacia mi trabajo, decido revisar mi celular, aún con la absurda esperanza de encontrar ese mensaje que tanto necesito. Ahí empezó la ansiedad, la preocupación, pero tengo que contenerme.

"Quizás se quedó dormida" pensé. Llamé a su celular. No contestó. Otra llamada más, sigue sin contestar. Resignado, no me queda de otra más que continuar con mi día.

Me senté en mi escritorio, la ansiedad y preocupación me carcome por dentro. Lo único que había en mi cabeza era ella. Sólo pensaba en ella. Cuando derrepente, como una inyección de felicidad, recibí un mensaje de ella.

Buenos días.

No pude contener mi sonrisa.

Buenos días, ¿está todo bien?

Contesté lo más rápido que pude, sin embargo, ese "en línea" que tanta alegría me brindaba, se desvaneció.

"Tendrá cosas más importantes que hacer" me dije a mí mismo, aún dispuesto a mantener la esperanza.

Mi reloj de mano sonó, diciendo que eran las 11:00. Es la hora de almuerzo. Voy a aquel local al frente de la oficina, como siempre. Al entrar, percibo su aroma, simple pero maravilloso, ese olor que sería capaz de reconocer en cualquier lugar. Pero al mirar al mi alrededor, no la veo. Fue mi imaginación. Recordé esos momentos felices.

Mientras almuerzo, me pregunto por qué esos momentos llegan a mi cabeza. Incapaz de responder, sólo vuelo a verla; siento su presencia, huelo su esencia, pero una parte de mí sabe que sólo es mi imaginación. Reviso mi celular, al entrar en WhatsApp veo que está en línea.

"Pero no para hablar conmigo" ese cruel pero real pensamiento fue como un puñal atravesándome la espalda. Es mejor no hacer nada, es mejor sólo esperar. Sí, sólo esperar...

Ya eran las 3:00, la hora de salida. "¿En serio le dí tanta bola a eso?" era el único pensamiento que podía formular mi mente mientras caminaba, estaba triste, cansado, molesto. Estaba harto de esto. Simplemente estaba harto, ya no podía más. Buscando relajarme, al llegar a mi departamento decidí dejar todo y salir a sentir el aire fresco. Salí, sentir ese aire fue una inyección de relajación por unos escasos segundos hasta que, como un balde agua fría, otra vez ese aroma que tanto me hacía pensar en ella. Sonrió, todos esos momentos llegan a mi mente. Tantos paseos, tantos momentos felices... Para continuar con mi meditación, fui a comprar algo de beber.

Sin darme cuenta, ya eran las 7:00 de la noche, me encontraba en el puerto, viendo las estrellas. Cuando derrepente, siento una mano recorriendo mi espalda, su tacto era inconfundible, volteo, ya sabiendo lo que me espera. Ella era tan hermosa, tanto como una estrella. No pregunto nada, sólo me limito a abrazarla mientras una bomba de felicidad estalla en mí.

-¿Está todo bien? -dice. Su melodiosa voz es música para mis oídos.

-Sí, sólo estoy cansado.

-¿Hay algo que yo pueda hacer?

-Sólo dejame abrazarte un rato -sonrío.

Pensamientos de un vagabundoWhere stories live. Discover now