première partie

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las lágrimas corrían por las mejillas de aquel pecoso australiano, el hambre y frío lo mantenía despierto y consciente del dolor que apresaba su cuerpo. sus ropas estaban completamente humedecidas; a pesar de ser un psicópata y de haberlo secuestrado, christopher jamás violaría su privacidad, bañando a félix con su prendas puestas. la luz penetró sus pupilas aquel instante en que la puerta se abrió de par en par, significándose únicamente que el mayor vendría otra vez a observarlo durante largas horas en silencio. desde que su novio hwang hyunjin se había ido de viaje por su trabajo como modelo, acostumbraba a pasar absolutamente toda la tarde así, sentado frente a su menor con un rostro falto de expresión. hyunjin sabía bien el paradero de félix, pero también sabía lo violento e impulsivo que podía ponerse christopher si intentaba hacerlo entrar en razón, declinando la opción de hacerlo parar y solo no entrometiéndose. el menor de los dos se extrañó al ver que el otro australiano estaba tan bien vestido, con un pantalón oscuro algo ajustado junto con una camisa blanca y ancho saco, zapatos de gala y un peinado prolijo. en el castaño se noto la indiferencia hacia su costoso traje, ya que sin pensar se sentó frente a él, en aquél suelo sucio donde el pelirrojo se encontraba alojado. su mano rápidamente se posicionó sobre el ladrillo que apresaba el extremo del rotoso pantalón de felix, este mismo mantenía la tela contra el piso impidiendo que quien lo usaba se levantara debido a lo debilitado que su anatomía se encontraba. chris se digno a quitarlo delicadamente, dejándolo a un lado y sonriéndole a aquel chico que no despegaba la vista de ese ladrillo.

   — probablemente estés conteniendo el impulso de huir, pero sabes que las cosas salvajes solo te quitarán la dulzura, cariño.

el menor alzó su mirada, dejándole ver al contrario sus lágrimas ya casi con sangre por tanto irritar su repetitivo camino.

    planeaba llevarte a cenar a un restaurante como solíamos hacerlo antes de que te alejaras, la vez que dije cuanto te amaba ¿recuerdas? pero si estas llorando de ese modo la gente me miraría mal. lee felix, lo arruinaste de nuevo, ahora tendrás que prepararme la cena tú mismo.

la venosa y fría mano del mayor comenzó a subir por la escuálida pierna del contrario. la esperanza renació en el cuerpo de felix, quizás christopher cometería el inocente error de dejarlo solo en la cocina con la consigna de cocinar, pudiendo así acceder a un gran cuchillo y matar a quién antes solía llamar mejor amigo, con tal de poder escapar al fin. pero en vez de todo esto, lo único que felix consiguió fue a chris frente a el, con ese olor masculino y esa apariencia la cual te forzaba a mirar hacia un lado, a menos de que quieras acabar besándolo desesperadamente. sus miradas se cruzaron momentáneamente y el pulso de felix aumento a una velocidad inhumana, únicamente por terror, empeorando en el instante que el mayor tomo su muñeca obligándolo a posar la mano en la corbata que su cuello sostenía. y así como lo pensó segundos antes, sucedió, christopher había comenzado a besarlo. 

aquél beso empezó como algo sumamente lento que no quería ser correspondido, pero la presión ejercida en su articulación lo obligo a unirse, llegando a convertirse en algo mas rápido. hasta ese instante todo parecía ser bastante dulce para el pecoso, yendo hasta sentir lastima por haber pensado en atravesar el pecho que ahora acariciaba con un cuchillo de cocina mal afilado, hasta que de pronto un manto amargo cubrió todas sus sensaciones. aquel nuevo sabor metálico inundó la boca del menor, como también un insoportable dolor que opacaba todo el que ya su cuerpo sentía. suaves gotas comenzaron a rodar por su mentón hasta caer en su camiseta, dejando perfectos circulas rojos en forma de estampas. bang chan, su mejor amigo de la infancia y el cual era la persona más importante en su vida, el mismo quien ahora lo tenía secuestrado, le había arrancado un pedazo de su labio inferior, y no una pequeña fracción de piel, un gran pedazo. se lo lograba ver con la tenue luz que se escabullía por la puerta masticando con placer, disfrutando lo que acababa de hacer, y relamiendo sus propios labios en busca de algunos restantes de aquel liquido carmesí.

    lee felix, te voy a comer entero. ahora no podrás negarte a pasar el resto de tu vida a mi lado ya que serás parte de mi organismo, te comeré músculo por músculo y dedo a dedo hasta no dejar rastro de ti. por favor no te muevas, realmente te amo demasiado.

el pecoso no podía parar de llorar, no solo del dolor, si no también por las estrepitosas palabras del contrario. quiso hacerse hacia atrás pero la fría pared lo detuvo, obligándolo a recibir un nuevo beso por parte del psicópata frente a él, quien ahora posaba su diestra sobre la húmeda mejilla impropia dando caricias e interrumpiendo el sendero de aquellas saladas gotas. la victima logro ver con sus párpados algo cerrados al mayor que ahora también estaba llorando, estremeciéndose por la abrumadora confusión y nulo de fuerza para quitarlo de encima, se resigno a corresponder dolorosamente aceptando la macabra muerte que le esperaba. 

aquel beso tan anhelado por chan en esos largos años de amistad y que extrañamente felix ahora disfrutaba, ahogado en la demencia y sufrimiento, fue bruscamente acabado en cuanto hyunjin los separo tirando de los obscuros y rizados cabellos de christopher. sin una pizca de rencor ni duda, el mas alto de los tres se encargó de tomar el brazo de felix y sacarlo lo más rápido posible de allí, pateando con fuerza el torso de su novio quien intententaba forcejear por la tenencia del australiano.

   — por favor no te vayas, te voy a comer entero. en serio, no te vayas, voy a comerme todo de ti. te lo ruego, te amo demasiado.

sus ultimas palabras se escaparon en forma de suspiro antes de quedar inconsciente en el suelo. en un rápido movimiento, hwang le otorgó un certero golpe en la cabeza con el viejo ladrillo que mantenía preso al mas bajo, y que justamente ahora, lo había liberado. 

brezeeblocks ── chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora