única parte.

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Un pelinegro de baja estatura se encontraba en medio de la pista de baile, moviendo sus caderas al compás de la lenta y sensual canción que sonaba de fondo. Se estaba robando las miradas y suspiros de todos y eso le encantaba. Hace mucho no se sentía tan libre y tan feliz. Había literalmente dejado toda su vida atrás por un chico que no daba ni un bledo por él.

Rídiculo.

Hoy era su noche y la iba a disfrutar, oh, si que lo iba a hacer. No podía permitir estar deprimido y derramar más lágrimas hasta deshidratarse.
Él no es así y no está en sus planes serlo.

Park JiMin es un chico muy sexy como para estar detrás de alguien. Él siempre había dicho: "O los demás están detrás de mí, o no hay trato" y así será.

Park JiMin no puede estar sufriendo por un hombre, oh, claro que no. ¿Estamos bromeando?
¡Es Park JiMin!, el chico más deseado y con el cuerpo más aclamado de la ciudad.

JiMin no sufre por chicos. JiMin no pierde su tiempo llorando por alguien más. JiMin no es controlado por nadie.

O eso creía hasta que vió como le enviaban miradas amenazantes desde el otro lado de la pista.

Le encanta sentir las miradas encima de él, pero esa mirada, esa maldita mirada la odiaba como nada en esta corta vida. El problema no es el veneno que transmiten esos ojos oscuros, es a quién le pertenecen. Le pertenecen al mismo chico que hirió su ego, a quién lo dejó plantado más de una vez e hizo que su dignidad fuera pisada miles de veces.

Park JiMin no iba a permitir eso. Park JiMin sería fuerte y haría lo que mejor sabe hacer.

Aún con la mirada del chico encima, siguió moviendo sus caderas de una forma mucho más exagerada que antes. Las personas que estaban allí presentes apreciaban ese glorioso espectáculo que estaba frente a ellos.

Si le preguntas a todos los presentes de definir al joven Park en una palabra, todos te dirán lo mismo.

Arte. Park JiMin es puro arte.

El pelinegro divisó al mejor amigo de quién le dirigía miradas amenazantes y acosadoras. Se acercó hacía el pelirrojo y lo arrastró con él a la pista de baile. Al principio el menor se negó, pero vamos, nadie se resistía a los encantos de Park.
Eso sí, tanto él como el chico que tenía en frente sabían lo que ocurriría después de toda esta escena que están creando frente a todos.

Y no eran cosas positivas.

El pelinegro acercó cada vez más su cuerpo al del joven Kim. Realizaba movimientos circulares con su trasero muy cerca del regazo de su compañero de baile. Taehyung echó la cabeza hacía atrás dándose por vencido. Posó sus grandes manos en la cintura de JiMin mientras éste aún seguía bailando. El más bajo de los dos miró hacía dónde se encontraba su ex amante, pero al no encontrarlo volvió su atención hacía el pelirrojo.

-Eres muy bueno, Kim - Gritó para que su voz se pueda escuchar por encima de la fuerte música -Me duele decírtelo, pero me tengo que ir, tengo cosas que hacer.

Dió un rápido beso en la mejilla del menor y se fue rápidamente de allí.

Quienes estaban admirando el espectáculo que el joven Park les brindó, volvieron a lo suyo, mientras que otros se acercaron hacía el pelirrojo para bailar con él.

JiMin fue hacía las barras y pidió el trago más fuerte que tenían. Luego de unos segundos la barista le trajo su bebida y otros vasos más.

-Fueron los chicos de allá - Dijo la chica al ver la mirada confundida del joven. JiMin agradeció y le sonrió.

Querido ego Kookmin OS¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora