Capítulo sesenta y tres.

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Seguimos a la mujer hasta salir del edificio y luego la guiamos hacia el sitio donde habíamos estacionado el auto, Jimin caballerosamente abrió la puerta del copiloto y reclinó el asiento hacia adelante para permitirle el paso al asiento trasero a la agente inmobiliaria que no disimulaba su asombro por el lujoso auto.

Nos dirigimos al sector donde está la universidad y nos detuvimos frente a un edificio, bajamos del auto y entramos al lugar.

–Mejor vámonos –murmuré jalando el brazo de Jimin mientras seguíamos a la mujer hacia el elevador.

–No –Jimin sonrió–. Este edificio si me gusta.

–Debe costar demasiado un alquiler aquí, mejor vámonos.

Las puertas del elevador se abrieron y entramos, aunque yo deseaba irme, la mujer presionó el botón marcado con el número veinticuatro en el panel y el elevador inició su trayecto.

Rápidamente llegamos y salimos del elevador siguiendo a la mujer que canturreaba, parecía demasiado contenta, digitó los números "3333" en el panel digital y la puerta automática quitó su seguro, la mujer jaló la manija y abrió la puerta permitiéndonos pasar primero.

Era un departamento grande y precioso con buena vista, pero tan solo escuchar el costo del alquiler quería salir corriendo del lugar.

–Este lugar está bien –asintió Jimin mirando alrededor.

–Estás loco, no puedo pagarlo.

–Lo voy a pagar yo –sonrió.

–Pero yo no podré pagarte de regreso el dinero que me prestes.

–Pues no me lo pagas.

–Muy gracioso –le gruñí y regresé mi mirada hacia la mujer–. Muchas gracias por su tiempo señora –hice una leve reverencia tomando el brazo de Jimin–, pero no puedo costear un apartamento como este.

Jalé a Jimin en contra de su voluntad sacándolo del apartamento.

–De acuerdo, tengo una última opción que estará un poco más dentro de tu presupuesto jovencita –gruñó levemente la mujer.

–¿En qué sector queda? –cuestionó Jimin.

–Aquí mismo –sonrió la mujer mientras cerraba la puerta del apartamento–. Pero hay un pequeño inconveniente con ese lugar.

–¿Qué inconveniente? –cuestioné.

–Está en el sub-suelo así que no hay ventanas –explicó mientras caminaba hacia el elevador–, a pesar de que tiene un buen sistema de ventilación a las personas no les agrada porque es demasiado oscuro y para entrar hay que atravesar el parqueadero, es como un apartamento independiente del edificio y tiene una salida individual directa a la calle. Escuché que solían usar el lugar como una bodega, pero lo amoblaron para rentarlo como apartamento, sin embargo, no se ha logrado rentar durante dos años –hizo una leve mueca–. Ya ni siquiera pierdo el tiempo mostrando ese lugar, pero lo haré en esta ocasión.

Las puertas del elevador se abrieron y salimos, podía sentir el desgano en el caminar de Jimin, siendo sincera, me sentía igual, no tenía ganas de ver el lugar después de que la mujer lo desestimara tanto, pero la seguimos por el estacionamiento subterráneo hasta que llegamos a una puerta con reja corrediza, el lugar también contaba con cerradura digital, la mujer digitó la misma numeración "3333" abrió la puerta y murmuró mientras buscaba el interruptor de la luz, cuando lo encontró todo se iluminó y nos invitó a pasar.

El piso de madera falsa relucía impecable y una pequeña pero elegante lámpara de cristales colgantes de techo nos recibió en la entrada, a mano izquierda se podía ver una pequeña mesa con cuatro sillas frente a la cocina abierta y a mano derecha un sofá grande de cuero negro contra la pared, una pequeña mesita de centro definía la zona de la sala y empotrada en la pared frente al sofá había un televisor mediano de pantalla plana y curva, bajo este una repisa flotante muy elegante.

RUDEWhere stories live. Discover now