Quinta Carta.

99 11 8
                                    

Amada chica de los ojos oscuros y bella mirada:

"«¿Ahora soy tu almohada? ¿Aquella cosa que usas para llorar y secarte las lágrimas?» Te pregunté, asqueado de tu comportamiento.

«No.» Respondiste. Sólo eso.

«¿Entonces? ¿Quién eres? ¿Qué quieres?»

«¿En serio quieres saberlo?» Preguntaste, enojada.

Sólo respondí que sí.

«¡Te quiero a ti, ¿entiendes?! Es a ti, tus miradas, tus sonrisas, tus palabras, tus pensamientos, tus escritos, tus cuadernos y tus celos. Soy la chica idiota que está enamorada del chico que jamás se fijará en ella, porque es sólo su amiga. Soy esa que está enamorada de ti, y no lo sabes. Soy la joven que tiene que competir contra tantas chicas, porque todas se fijan en el chico al que ella ponga mirada. ¿No entiendes? ¡Eres el chico más querido de la promoción entera! ¿Y qué quiero? ¡A ti, pedazo de imbécil! ¡A ti!»

«¿Que tú qué? Pero... Si yo he estado enamorado de ti desde hace años...» Abriste los ojos, como si yo hubiese dicho algo malo. Como sorprendida.

Y me besaste."

Y luego desperté.

Fue un estúpido sueño. Era el más estúpido de muchos, tomando en cuenta lo que dijiste en él. Y quise bajar. Y cuando bajé, te vi llorar. Suspiré, y fui a consolarte.

Fue él, de nuevo.

¿Cuándo te vas a dar cuenta de que cuando dices que te rompieron el corazón, me lo rompes a mí?

Verte triste es lo peor que me puede pasar. Y no me digas -Dios, jamás vas a leer esto, ¿por qué digo eso?- que exagero, porque siento esa presión en el pecho que me hace sentir dolor real. Me rompes el corazón, cariño. Pero te amaré hasta que ya no pueda hacerlo. No porque te odie ya que, después de todo, sé que jamás podré odiarte. No como un odio rotundo pero sé que siempre te amaré.

Fuiste mi primer amor, ¿sabes? Y también eres mi amor imposible. Pero no eres platónico. No eres mi amor platónico, porque sigo creyendo que hay esa remota posibilidad de estar juntos, más allá de todo. De las personas, poemas, canciones, problemas, cariños, odiosos, odiados, amados, amorosos... Más allá del bien y el mal. De aquellos que te apartan de mí, y las situaciones que te hacen querer hacerlo.

Te amo más allá de las circunstancias, y más allá del cielo. Y más allá del sol. Más allá de tu profunda mirada y de tus palabras.

Decepcionado, el chico invisible.

Cartas a la chica melancólicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora