ㅡ No lo entiendo... hemos puesto más de diez patrullas rodeando la zona y aún así logró meterse en la casa del abogado y asesinarlo. No importa que hagamos, siempre encuentra la forma de burlarse de nosotros. ㅡsonreí mirando un punto fijo en la pared, apoyé mis codos en el escritorio y relamí mis labios.ㅡ Su forma de pensar... Me esta volviendo loco.
Mi compañero se rió.ㅡ pareciera que lo admiras, hombre. Y no te culpo, yo estoy tan fascinado como tú.
Lo miré sobre mi hombro y suspiré, prendiendo un cigarro para luego llevarlo a mis labios.
ㅡ Soñé que le hacía el amor. ㅡconfesé.ㅡ cinco veces seguidas.
ㅡ Joder, si que estás jodido.
...
Empuñe mi arma con seguridad y pateé la puerta sin dejar de apuntar al frente, caminé lentamente por el oscuro pasillo enfocando mi mirada en cualquier detalle que lograse llamar la atención, sin embargo no había nada ni nadie en el lugar. Suspiré con frustración, era la quinta vez que perdía la oportunidad de atraparlo.
Guarde mi arma soltando un gruñido, para luego llevar mis manos hacia mi cabeza y apretarla como si de aquella forma el dolor y el estrés desaparecerían. Tan desconcentrado estaba que no fui capaz de notar que una figura paso frente a mis ojos hasta que oí la suave melodía de una risa a tan solo pasos de distancia.
ㅡ ¿Cómo esta, oficial? ㅡuna voz que jamás había escuchado se hizo presenté entre las paredes del pasillo, seguida de ligeras pisadas.ㅡ he oído que quería conocer a su pequeña fantasía.
Solté un jadeo al saber de quién se trataba y en un rápido movimiento volví a tomar mi arma, de forma automática apunte hacia el frente. Él volvió a reír desde la oscuridad.
Con mi corazón bombeando a un ritmo anormal comencé a caminar hacia donde creía que se encontraba, entrecerrando mis ojos para poder enfocar mi vista de mejor forma. No noté que él se deslizaba como un gato acechando a su presa hasta que sentí un cálido toqué alrededor de mi cuello. Rápidamente me volteé y lo apunté.
Ojos verdes observándome con un brillo de diversión, siendo acompañados por unos labios rojizos tirando en una sutil sonrisa. De pronto el desconocido de mis sueños tenía su rostro y no pude evitar contener un gemido cuando lo imaginé bajo mi cuerpo, mordiéndose esos jodidos labios hasta hacerlos sangrar en un intento de acallar sus gemidos al sentirme entrar tan profundo en su apretado cuerpo. Y como si leyera mis pensamientos, sus labios capturaron el caño del arma deteniendo todos mis pensamientos por unos cuantos segundos.
Joder.
No perdí el detalle de su lengua al deslizarse alrededor del fierro, sus ojos se cerraron lentamente y sus mejillas se ahuecaron cuando succionó. Una oleada de calor atacó mi cuerpo e intenté enfocar mi vista en otra parte para conservar algo de cordura, pero fue entonces cuando mis ojos se posaron sobre la lencería que cubría su delgado cuerpo, y maldita sea, pude sentir cada músculo de mi cuerpo gritando por tomarlo y joderlo como en cada uno de mis sueños.
Un rostro tan angelical siendo portado por el mismísimo diablo podría ser la creación más peligrosa.
Me mantuve congelado en mi sitio observándolo mientras él se entretenía lamiendo y succionando el caño del arma, como si no estuviese poniendo su vida en juego al hacer aquello. Sus ojos volvieron a abrirse luego de cortos minutos y conectaron con los míos provocando un escalofrío en mi cuerpo, él me sonrió alejando sus labios del arma. Colocó sus manos en mis hombros y con un sutil empujón, retrocedí hasta caer sentado en una silla algo oxidada.
ㅡ Espero que le guste lo que prepare para usted, mi señor. ㅡsusurró dejándose caer con sutileza sobre mi regazo, paseando sus manos por mis brazos sin quitar su mirada de la mía, utilizándome a su manera mientras yo me perdía en el verde de sus ojos. Volví a reaccionar en cuanto oí el sonido metálico de esposas al cerrar y cuando quise darme cuenta ya me encontraba esposado a la maldita silla, con su rostro a escasos centímetros del mío.
ㅡSuéltame. ㅡle gruñí al ser consciente del tipo de persona con el que me encontraba.ㅡ maldita sea, que me sueltes.
Él negó suavemente presionando sus labios sobre los míos en un castro beso.
ㅡ No me hable así, oficial, o me hará sentir mal por lo que estoy por hacer.
Yo fruncí mi ceño sin entender a que se refería hasta que sentí el movimiento de sus caderas sobre mi erección cubierta, un gemido escapó de sus belfos y volví a gruñir.
ㅡ ¿Sabe?... oí por ahí que usted esta algo obsesionado con arrestarme. ㅡrió y su trasero dio un pequeño brinco.ㅡ pero también quiere esposarme a su cama y follarme tan duro... mhg, es un hombre malo. ㅡcerré mis ojos cuando sus dientes capturaron mi labio inferior, para luego dirigir su boca a mi cuello y dejar tenues mordidas que acabaron por completo con la pizca de cordura que quedaba en mí.
Alcé mis caderas en respuesta a sus acciones y palabras, él volvió a gemir y tiró su cabeza hacia atrás aferrándose con sus delicadas manos a mis hombros, yo no desaproveche la oportunidad de atacar su fino cuello con mis labios.
Erick rodeó mi cuello con sus brazos y me congelé al sentir el frío tacto justo en mi nuca. Sentí su sonrisa junto a mi oreja.
ㅡ Es una lástima que seas un estorbo en mi camino, oficial.
Y disparó.