El sonido de la lluvia golpeando contra la ventana era lo único que acompañaba la dolorosa melodía de su llanto.
Jungwoo hundió el rostro aún más en la almohada, restregando su ahora roja nariz contra la suave tela, embriagándose con el aroma a perfume que tenía.Era tan patético, ya llevaba seis noches consecutivas escabulléndose a la habitación de Doyoung antes de ir a dormir. Seis noches en las que el abrumador frío del desolado cuarto lo rodeaba, congelando su corazón mientras sollozaba alto, soltando desgarradores lamentos y confesiones amorosas, vaciando todo el dolor que su alma cargaba.
ㅡTe amo... te amo tanto...ㅡ Susurró sintiéndose morir, sus manos se estaban acalambrando de tanto apretar las sábanas. ㅡRegresa, te necesito a mi lado.... por favor.ㅡ Suplicó a la nada.
Su respiración era totalmente irregular, cortándose cada tanto como consecuencia de llevar horas llorando. Su garganta ardía, por más que intentara deshacerse de ese molesto nudo no se iba por nada en el mundo.
Estaba cansado, necesitaba dormir, pero el dolor se lo impedía.
Una enorme presión en su pecho empezó a sofocarlo. Guió ambas manos a su garganta, rascando con desespero; sentía que la remera lo asfixiaba, pero por más que la apartara de su cuerpo no lograba llenar de oxígeno sus pulmones.
Se estaba muriendo, la tristeza lo estaba matando, pero aún así su corazón seguía latiendo, ¿por qué?
Sus manos se hicieron puños. Empezó a golpear la cama con frustración e ira, desquitándose con el colchón que aún parecía tener la forma de Doyoung marcada en él, hiriéndo aún más a Jungwoo.
Un grito del más puro dolor se escapó de su garganta, seguido de otros más. Cansado de todo empezó a patalear, enredándose con las sábanas y cayendo al piso junto con la almohada.
ㅡ¿¡Por qué!?ㅡ Gritó. ㅡ¿Qué hice para merecer esto? para que me hayas abandonado...
Poco a poco las sacudidas de su cuerpo se fueron calmando, al igual que sus lágrimas. Una vez cesados los espasmos del llanto quedó mirando a la nada, sintiendo como sus ojos poco a poco empezaban a cerrarse.
ㅡBuenas noches, Doyoung.ㅡ Murmuró a la luna, esperando que el amor de su vida haya tenido una noche agradable a la vez que cerraba sus ojos dispuesto a dormir.
ㅡBuenas noches, Woonie.
Aquella voz lo hizo abrir sus decaídos orbes de repente. ¿Qué hacía él ahí? ¿acaso había vuelto? Imposible.
ㅡDoyoung...ㅡ Su cuerpo recuperó energía como por arte de magia, haciendo que se pare de golpe. ㅡEn serio eres tú...ㅡ Sus ojitos se volvieron a llenar de lágrimas, sólo que esta vez eran de felicidad.
ㅡ¿Woonie? Bebé, ¿por qué lloras?ㅡ Preguntó mientras lo abrazaba con fuerza, acariciando sus cabellos en un intento de reconfortarlo. ㅡ¡Mira como estás!ㅡ Exclamó en voz baja. ㅡBajaste mucho de peso, y ya hasta tu cabello está algo opaco.ㅡ Apenas dijo esto Jungwoo se separó de él, Doyoung aprovechó esto para tomarlo por los cachetes y limpiar todo rastro lágrimas con los pulgares. ㅡTienes unas enormes ojeras... ¿no has estado durmiendo bien, cielo?
ㅡCreí que nunca te volvería a ver.ㅡ Confesó sintiendo su pecho a punto de explotar por la enorme cantidad de emociones repentinas. ㅡMe sentí tan solo y desamparado, hyung.
ㅡ¿Qué cosas dices, Woonie? Sabes que no sería capaz... prometí nunca abandonarte.
Jungwoo le regaló una tímida sonrisa antes de abrazarlo con fuerza y hundir el rostro en su cuello, inhalando su aroma, el mismo que lo desgarraba poco a poco cada que se aferraba a la almohada, siendo esta lo único que creyó que le quedaba de él.
Doyoung lo apartó con cuidado, conectando sus miradas unos segundos antes de dejar un corto besito en sus labios; un simple roce que desestabilizó por completo al menor, haciéndolo sentir borracho pero completamente sobrio al mismo tiempo, inundándolo de sensaciones cálidas y agradables.
Un chasquido lo hizo salir de su ensoñación de bobo enamorado. En lo que él estaba parado como idiota Doyoung había arreglado la cama y puesto unas cobijas extras ya que hacía mucho frío. Con una de sus sonrisas de conejito plasmadas en el rostro se recostó sobre las sábanas, invitando a Jungwoo a acostarse junto a él con un par de palmadas en el lado vacío de la cama.
Woo aceptó aún sin creer todo lo que sucedía, acurrucándose de inmediato al pequeño y calentito cuerpo del mayor y dejando escapar un diminuto suspiro del puro y más sincero goce.
Doyoung volvió a sonreír amplio, entrelazando sus manos con las del menor y enredando sus piernas con las ajenas. Aclaró un poco su garganta, recostó su cabeza sobre la de su Woonie y, ya sabiendo que su voz relajaba a su bebé, empezó a cantar.
ㅡGirl, come through and let's do what we do in your imagination.ㅡ Cantó bajo mientras acariciaba el dorso de la mano de Jungwoo.
Por alguna razón esa canción más que relajarlo lo llenó de un sentimiento aún más doloroso que el que sintió cuando creyó haber sido abandonado por Doyoung, algo así como una sensación de vacío inexplicable.
Los mimos y besos en todo su rostro y labios no lo distraían, y la canción no paraba de resonar en su cabeza una y otra vez.
"Oh, mierda..."
ㅡGirl, come through and let's do what we do in your imagination.
La razón por la que todo dolía tanto... era porque todo era falso, sólo estaba sucediendo en su imaginación.
Doyoung estaba muerto, y nada iba a cambiar eso, nada ni nadie podía devolverle al amor de su vida.
Jungwoo se levantó del piso frío, se envolvió en las sábanas que aún olían a su novio y se encaminó a la ventana.
Una sonrisa llena de agonía se dibujó en su rostro mientras se sentaba en el marco de madera y miraba a la luna, sintiendo como esta se compadecía de él.
Tal vez la luna intentaba consolarlo. Tal vez quería hacerle saber que Doyoung ahora era una estrella más en el cielo y que ella lo estaba cuidando allí arriba.
Jungwoo también quería ser una estrella, quería brillar junto a su luz.
Por eso mismo, sintiéndose repentinamente calmado, saltó, dispuesto a reencontrarse con su amor.