CAPÍTULO 1: EL NACIMIENTO DE SIMBA

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En una sabana africana, salía el sol y todos los animales (jirafas, elefantes, cebras, entre otros) salieron de sus hogares y fueron todos corriendo para presenciar el nacimiento del hijo del rey mufasa, un león muy fuerte al que todos respetaban. Mufasa tenía el pelaje naranja y una melena larga de color roja. Estaba en la cumbre de la roca del rey y su nuevo hijo león era un pequeño príncipe llamado Simba, que sería el futuro rey. Entonces, un viejo sabio mandril llamado rafiki se acercó y levantó al cachorro Simba al cielo para que todos pudiesen observarlo. Entonces, los animales se inclinaron haciendo una reverencia, y rafiki le dejó al cachorro una marca de nacimiento en la frente.

-me siento muy orgulloso por nuestro nuevo hijo- le dijo mufasa a su esposa, sarabi.

-yo igual- lo abrazó sarabi, tiernamente.

Pero, mientras tanto, no muy lejos, en una pequeña cueva, había otro León. Era de pelaje marrón oscuro y llevaba una melena negra más larga que la de mufasa. Llevaba una cicatriz en el ojo izquierdo y sus ojos eran verdes. Era: scar, el hermano menor del rey mufasa. Era el único que no había asistido a la ceremonia (el nacimiento de simba) por alguna razón. Entonces, estaba más concentrado en cazar que en alguna otra cosa. Luego, atrapó un pequeño ratón gris con la pata y lo agarró por la cola.

-la vida no es justa, ¿verdad?- le dijo scar al ratón- verás, yo nunca llegaré a ser rey. Y tú... nunca verás la luz de otro día. Jejeje, adiós.

Scar, con una pequeña carcajada, sonrió maliciosamente y se acercó el ratón a la boca para comérselo de una vez. Cuando estaba muy cerca de lograrlo, llegó un pájaro. Tenía el pelaje de color azul oscuro y la parte delantera de su cuerpo era blanca. Su pico era rojo y era pequeño de estatura. Se llamaba zazú y era el mayordomo del rey mufasa, quien le pidió que fuera a hablar con scar respecto a por qué faltó al nacimiento de simba.

-¿nunca te dijo tu madre que no jugaras con tu comida?- regañó zazú a scar.

-zazú, hiciste que perdiera mi comida- se quejó scar, al ver que el ratón se escapaba.

Zazú pareció no preocuparse por aquello.

-vengo a comunicarte que el rey mufasa está en camino- exclamó zazú educadamente- espero que tengas una buena excusa por haber faltado a la ceremonia de esta mañana.

-ojojo, estoy temblando de miedo- se burló scar. Luego, afilió sus colmillos y acercó mucho a zazú para devorarlo, por lo que éste se alejó completamente pavoroso.

-ya, scar, no me mires así- gritó zazú, con miedo. Luego, salió volando, pero scar lo atrapó con la boca.

-¡Scar!- exclamó otra voz. Era: mufasa. Había llegado justo a tiempo cuando scar estaba por comerse a zazú.

-suéltalo- ordenó mufasa a scar, por lo que éste obedeció rápidamente y zazú quedó todo baboseado.

-vaya, mi hermano mayor desciende de las alturas para mezclarse con los plebeyos- dijo scar, burlonamente.

-sarabi y yo no te vimos en la presentación de simba ¿algo va mal?- preguntó mufasa, con firmeza hacia scar.

-oh, ¿era hoy? Creo que se me olvidó por completo- respondió scar. Pero, en realidad, aquello no era exactamente cierto. Sucede que scar estaba que ardía de celos y envidia, porque quería ser el rey y simba sería el futuro rey, por lo que scar se quedó sin oportunidades para gobernar todo el reino.

-como hermano del rey, tú debiste estar en primera fila- gritó zazú, enojado, pero se asustó cuando scar afilió sus colmillos de nuevo y se escondió detrás de la pierna de mufasa.

-yo estuve en primera fila hasta que nació esta bola de pelos- se enfureció scar.

-la bola de pelos es mi hijo, y tu futuro rey- agregó mufasa.

-Oh, tendré que ensayar mis reverencias- se burló scar, con sarcasmo, y se dió vuelta dándole la espalda a mufasa e intentando irse.

-no me des la espalda, scar- lo amenazó mufasa, enojado.

-ay, no, mufasa. Quizá seas tú quien no me deba dar la espalda- volvió a burlarse scar.

Enojado por el desafío de su hermano, mufasa rugió furiosamente y se puso delante de scar.

-¿me estás desafiando?- vociferó mufasa.

-eso jamás, gran alteza- añadió scar- en la inteligencia, yo tengo la parte del león. Pero, en cuanto a la fuerza bruta... ¡temo que me lleve la peor parte!

Dicho esto, scar se va del lugar y se retira, mientras mufasa se queda pensando en qué hacer con su propio hermano.

-¿qué voy a hacer con él, zazú?- se preguntó mufasa.

-sería un bonito tapete- propuso zazú- piensa en que cada vez que se ensucie, puedes sacarlo y azotarlo.

Luego, los dos también se fueron de la cueva a la roca del rey. 

El Rey León: la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora