Capítulo 1

1.9K 161 74
                                    

Shinichi era el tipo de personas que prefería los climas húmedos y fríos.

Cuando llovía le gustaba sentarse al lado de la ventana de la sala principal, para así poder disfrutar de un café bien cargado y caliente mientras que escuchaba el relajante sonido de las gotas de agua al chocar contra el vidrio o, en su defecto, el piso. Era un disfrute que no podía permitirse siempre, pero trataba de aprovecharlo siempre que la oportunidad se presentaba.

Él sabía que no todos opinaban como él, que había personas que no podían alegrarse o sentirse con fuerzas en esta clase de climas helados, gente que no podía esperar la llegada del verano para ir a la playa y devorar cosas frías a montones. Sinceramente él no podía entender completamente a esta clase de personas que preferían al sol.

No le veía lo atractivo a dormir acalorado y sudoroso a pesar de tener tres ventiladores encendidos durante la noche, o quemarse en la playa, ni siquiera era tan fan de la comida típica de esas estaciones. Un buen café siempre se disfruta cien veces más cuando hace frío, o al menos eso pensaba él.

Aunque a pesar de todo, Shinichi conocía a bastantes personas que preferían los climas calurosos a los fríos.

Como Sera-san, la cual había llegado al punto de ni siquiera salir de casa sólo por el frío que le causaba, o Heiji, cuya baja resistencia al frío lo hacía temblar a pesar de tener 3 o 5 prendas encima, o Ran, quien solía enfermarse con suma facilidad en los días de invierno. Pero, probablemente si le pidieras a Shinichi un ejemplo de una persona que prefería el calor al frío, la primera persona que llegaría a su mente sería Kaito, su actual pareja.

Discordantes, como sólo ellos dos podían serlo, no podían ni siquiera opinar igual en el tipo de clima favorito, mientras que Shinichi se sentía de un agradable y apacible buen humor durante los meses lluviosos y helados, Kaito parecía estar más silencioso y atento durante estos mismos, eran cambios de los más mínimos e insignificantes, ni siquiera él lo había notado hasta que empezó a vivir juntos a él hace un año. Pero estaban ahí.

Incluso dudo un poco que fuera cierto cuando lo noto por primera vez, se vio obligado a observarlo con mucho cuidado durante los siguientes días para confirmarlo, aunque tampoco es que haya dicho nada al respecto, simplemente lo guardó como un factor más de su nueva vida en pareja, tenía bastantes de estos en realidad. Y a pesar de que todo podría ser un dato tan insignificante como levantarse cada día, él no podía detener esa sensación en la parte trasera de su cabeza que le susurraba que no lo era todo por saber.

Shinichi se conocía lo suficiente para saber lo ansioso que los temas así podían tenerlo a veces. Era una de las desventajas de dedicar todo su conocimiento a ser detective, querer saberlo todo. Estaba consciente de que siempre hay límites que respetar, que todos tienen cosas que quieren esconder, incluso él las tenía. Pero estamos hablando de Kaito, la persona más importante para él y al cual había prometido, hace bastantes años ya, nunca guardar ningún secreto o preocupación sin importar lo pequeña que esta sea.

Y Kaito actuaba extraño cuando llovía.

Esa era la frase que, cuando cruzó por su cabeza por primera vez, había hecho que este conocimiento sobre su pareja pasará de ser sólo eso, un conocimiento, a preocuparlo de sobremanera. Porque las personas que preferían el calor al frío, sólo se cubrían mucho más en invierno y se quejaban del clima a todas horas y viceversa. Kaito no hacía esto, Kaito podía despertar un día en pleno día nevado y salir jugar con ella para construir un muñeco de nieve de Ace (su gato) sin ningún problema, pero no bajar de la biblioteca (donde suele practicar sus trucos por el espacio) durante todo el día si es que este era tormentoso y húmedo.

Gotas de LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora