ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

Capítulo XXIX

Draco llegó a la Mansión Malfoy sin tener el mínimo cuidado de ser escuchado, al fin y al cabo su padre lo regañaría tarde o temprano y el quería que fuera más temprano que tarde Así terminaba de una vez por todas con toda esa farza.
La mansión estaba en silencio, así que asumió que sus padres no debían estar, se fue directo a su habitación.

Todo estaba tal y como él lo había dejado, sus cosas en su sitio, así que su padre no había hurgado en sus cosas.

Necesitaba una ducha y eso hizo, se fue al baño y prendió la ducha caliente, sonrió recordado maliciosamente su pequeña estadía con Herms en la cabaña de la playa, todo había sido tan perfecto.
De ahora en adelante no se dejaría manipular por nadie y trataría de evitar todo el tiempo quedar bien con su padre.

Al salir de la ducha y cambiarse para acostarse recordó que debía informarse de como debía estar Calista Así que iría a buscar si salía algo de ella en el período.

Salió de su habitación y se dirigió al despacho, ahí dejaban el profeta del día.

Al acercarse escuchó que había alguien adentro y supo que era su padre así que entró sin hablar y cuando entró efectivamente era Lucius que se sorprende al verlo entrar así de repente.

- Padre buenas noches. Saludo Draco recibiendo como respuesta una mirada acusadora del hombre alto y rubio.

- Vaya...hasta que al joven heredero se le dio la gana aparecer.
Lucius lo escruto de arriba abajo, analizando cada movimiento y cada gesto de su rebelde hijo.

- Pues sí por mí hubiera sido, créeme que aún no estaría de regreso.

Draco no se dejó intimidar ante el comentario de su padre, sabía que él sería todo lo duro posible para hacerlo sentir culpable por alguna atrocidad.

Lucius sonrió arrogante así como hacia el mismísimo Draco cuando sabía que tenía todo controlado.

- Si lo dices por esa muchacha Hermione Granger...

- Potter. Interrumpió Draco molesto por el tono en que su padre pronunció el nombre de la chica.

- Como sea, si lo dices por esa mujer, te comprendo cualquier hombre casado caería ante tal tentación.

Los puños de Draco comenzaban a cerrarse. Sabía el punto al que su padre quería llegar.

- ¿A que te refieres con eso padre?

Lucius volvió a sonreír con suficiencia.

- Draco hijo...no voy a negar que es una joven atractiva y muy bonita, y tú eres hombre y caíste ante la tentación de tener a una mujer como ella en tu cama...

Sí, definitivamente Draco sabía a donde quería llegar su padre con todo eso. Apretó más los puños escuchando como su padre hablaba de ella.

- Por eso te digo que te entiendo que hayas querido tener una aventura con ella, pero me alegro de que todo ese teatrito haya acabado, ya te acostaste con ella y te quitaste las ganas... ahora puedes regresar a tu vida de casado con Calista a, Merlín gracias que ella está en coma y no puede ver lo bajo que has caído al meterte con una...como llamarlo, oportunista...

- ¡Basta padre, esa mujer de la que hablas no es ninguna oportunistas, es Hermione la mujer que amo! Refutó molesto Draco mirando con odio a su padre.

- ¡No me vengas con estupideces Draco! ¡Tu no puedes estar enamorado de esa mujer, es absurdo la odiaste todo el tiempo que estuvieron en Hogwarts!

- Si, un odio infundado por ti y ese loco mestizo que se hacía llamar así mismo un Lord... Un odio que no era propio, víctima de una guerra estúpida Padre, la realidad ahora es que la amo y créeme en cuanto Calista despierte me casaré con ella, y que te quedé claro... No voy a permitir que le hagas daño a ella así como lo has hecho con Calista... Porque sé padre, lo sé, tú eres el causante de que Calista esté así.
Escupió Draco sin pizca de temor.