13) El regreso

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Una linda mañana primaveral, desperté con un suspiro, mirando la naturaleza del bello jardín que se asomaba por la ventana, y a Sir Noche merodeando por ahí, cosa rara porque solía aparecerse en los atardeceres, ese era el día en el que iría a mi antigua casa a averiguar el porqué de todo esto. Anita estaba leyendo, mientras que Jorge estaba mirando la televisión. A mí se me ocurrió la idea de vislumbrar el paisaje, respirar hondo, y evitar ansiarme por este asunto, pues quería, deseaba regresar, sólo que no quería ansiarme tanto, a parte, podría aparecer la entidad malévola y asesinarnos en un instante si nos llegase a encontrar.

-Good moorning- Dije en mi tono Spanglish de buen ánimo.- ¿Qué tal gente?- Agregué. Jorge se quedó divagando, mientras Anita también se veía entusiasmada, pero eso es algo de casi todos los días, ella es muy risueña.

-Hola Fer.- Contestó Ana, y se limitó a contestarme la pregunta.-Bien, acá, preparando todo.- Se notaba algo tranquila. Momentos después terminamos saliendo de aquel lugar y adentrándonos en la autopista que se dirigía hacia "Pueblo Esperanza", donde estaba mi antigua casa. El camino era largo, así que estuvimos escuchando música y hablando de la vida, hasta que en un momento se sintió un estruendo... era aquél hombre zombificado, parecía llevar algo en su mano... era la cabeza de Sir Noche.

Un instante después de todo eso nos encontrábamos tendidos en el césped, luego de haber rodado colina abajo. Algo que todavía no me explico es el cómo sobrevivimos. En aquel lugar todo se veía igual, y no podíamos subir, así que solo quedaba seguir hasta encontrar la salida.

El camino era bastante amplio, parece que rodamos bastante hasta llegar a aquel lugar, y el vehículo quedó dañado por la caída. Decidimos adentrarnos. Dentro del bosquejo había árboles de todo tipo, lagos, ríos, aunque temíamos encontrarnos con alguna fauna salvaje de por ahí. Árbol tras árbol, caminando el camino andante que se nos presentaba ante nuestros rostros. En un momento pensé que todo estaría perdido, que moriríamos ahí, uno nunca sabe cuándo puede llegar a salir de su casa, y ser su último día, nunca más regresando a lo que considerábamos como "Vida", la vida qué el espíritu de Eros, tenía en sí.

El camino se hizo más claro, se podía llegar a vislumbrar un escenario familiar, un lugar lleno de arbustos y algunos árboles bastante cercanos rodeándoles, era un lugar qué reconocí al instante, sintiendo un dolor qué surgía desde mi pecho hasta mi ojo, haciéndome un nudo en la garganta. En un árbol estaba talladas las palabras "El reino", sinceramente era bastante hermoso volver a aquel lugar. Y como buenas noticias, si ese lugar estaba ahí, entonces mi casa andaba cerca. Tan cerca qué un pequeño recorrido más, y logramos llegar a ella.

Me acerqué a mi casa, y toqué el timbre, en ese entonces, una señora salió.

-¿Hola?, ¿Qué se les ofrece?- dijo esa señora con mucha buena voluntad.

-Bueno, ¿Conoce a la señora Sara Torres?-Dije.

-Sí, era muy buena amiga mía, cuando se fue, me vendió esta casa a mí, le hizo una rebaja.-Dijo ella.

-Ella era mi madre.-Contesté- yo era el niño.

-¿Fernando, eres tú?-Dijo ella con algo de nostalgia.-Estás muy grande, se nota qué te alimentas muy bien, ¿quieren pasar?-Agregó, y accedimos.

-Fernandito, tu madre dejó esto en la casa-Dijo la señora mostrándome un cofre- Miralo. Yo abrí el cofre y dentro contenía una nota.

"Hola, soy yo, tu madre, si es que lees esto, entonces supondré que ya te enteraste de un secreto, tienes un poder oculto, y te preguntarás de donde viene. Tu padre, tenía forma humana, sólo que no lo era, Tanatos es tu padre. Heredaste el poder de Tanatos, sí. Una vez tu padre estaba conmigo, y me contó todo, él no era de este mundo, si no qué estaba dentro del cuerpo de un humano, un humano qué poseyó para poder reproducirse. Tú eres el hijo de una deidad, una deidad creadora."

La carta no decía más que eso, y aunque el mensaje era algo corto, era bastante impactante, todo concordaría con lo que Naira dijo, la entidad me buscaba porque tenía una fuerza, la fuerza de Tanatos, y por deducción, Tanatos sabía que ocurriría eso, no podía creerlo. Ana estaba totalmente inmóvil al igual que Jorge, y todo mi entorno, pues, parecía que había algo qué se rompió dentro de mi ser, y dentro de este lugar. El mundo comenzó a desvanecerse lentamente.

Había un espacio bastante vacío, no se oía sonido alguno, ni siquiera el de mis propios órganos vitales, me sentía muerto. Una figura negra se acercó a una figura blanca, hablaron, y la figura negra le metió la mano en la boca a la blanca. El escenario cambió por completo, me encontraba en una especie de prado, pero, a diferencia de cuando estaba en la tierra, este prado parecía ser solamente un sitio flotante en el medio de la nada, algo como mi imaginación, a menos que, la imaginación haya sido mi estadía en la tierra, mi vida hasta ese entonces. Me sentía fatigado, con una sensación de irrealidad qué impedía que mi cuerpo hiciese algún movimiento. En ese momento veo a la figura negra golpeando a alguien, ese alguien es aquella entidad, la figura negra parece ser Tanatos, Tanatos golpeaba a aquella entidad con mucha furia.

-¿¡Por qué debiste haber existido!?-Dijo Tanatos- Tenebrus, deja de estorbar a Vitae.-Agregó.

Un aura blanca resplandecía en el fondo, se trataba de Eros.

Yo sentía no poder respirar.

Eros miraba fijamente

Eros miraba fijamente

Eros miraba fijamente

Eros miraba fijamente

Eros miraba fijamente

Eros miraba fijamente.


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