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Su corazón palpitó acelerado al verlo. Jin se afirmaba en su bastón, con un tapado negro que llegaba hasta sus rodillas, los zapatos oscuros relucientes, y su rostro adornado con una sonrisa amable.
Estaba ahí, llegó para llevarlo a casa.

Taehyung le sonrió de vuelta antes de correr hacia él. Las suelas de sus zapatos se hundían en las miles de piedras que formaban el camino inestable entre la entrada trasera del club y el lugar donde estacionaban los vehículos.

Cerró los brazos alrededor de su espalda, sujetándolo con fuerza. Alzó la cabeza y pudo verlo en detalle, iluminado por un foco blanco de los que estaban en un poste angosto para permitir la visibilidad. El primer pensamiento que tuvo fue que lucía perfecto con la frente descubierta.

Jin dejó escapar vaho de su sonrisa. Taehyung sintió sus manos acercarlo desde su espalda baja.

Más. Quería sentirlo más. Sentir más calor.

—Amor, usa esto —con habilidad logró envolver una bufanda a su cuello—. Está haciendo frío.

Tenía su perfume. Tae se aferró a él con más fuerza. Dejó que el mayor terminara de acomodarla, y se puso en puntitas para besarlo.

—¿Cómo estás? —Jin fue cuidadoso y apenas se movió. 

—Ahora estoy bien. Muy bien.




El cuarto elegido fue el de Taehyung. Las esferas luminosas todavía estaban encendidas, el viento invernal soplaba con fuerza en el exterior. Jin tenía su pierna derecha flexionada hacia arriba, y la otra completamente extendida. Buena parte de su espalda se apoyaba en el respaldo de la cama. Tae, quien primeramente se sentó sobre sus caderas, ahora estaba cómodamente recostado con una de sus mejillas en el pecho del mayor, y sus brazos estrechándolo como si temiera que fuera a desvanecerse.

08:11 AM

No podía evitar mirar. Seokjin sabía que él sólo hacía su trabajo, pero era inevitable ver sus hematomas y no sentir que el estómago se le revolvía. ¿Quién le hizo eso?, ¿Por cuánto tiempo?, ¿Fue violento?

Tenía que tomar cartas en el asunto. Ahora estaba más cerca que nunca de lograr sacarlo de ahí. No fue como esperó, pero tener ayuda nunca era malo; y si había más beneficiados, seguramente era mejor. Entendía que su papel era importante, y que debería ser cuidadoso de ahora en más. 

Una de sus manos frotaba la espalda del menor con suavidad. Usó la otra para acariciarle el cabello.

—Te amo. Con toda mi alma —susurró, sabiendo que quizás su novio ya estaba dormido—. No importa lo que suceda, yo estaré contigo. 

«Yo estaré contigo» fue lo que resonó en la mente de Taehyung, mientras muchas imágenes se colaban en su subconsciente, adentrándose en el mundo de los sueños. Jin tenía una voz encantadora, todo él era encantador. Lo vio vistiendo un traje blanco, en la cima de lo que parecía ser una colina cubierta de césped verde y húmedo. Tae podía escuchar el mar. Podía ver la luz del sol acariciando el perfil de su novio, y creía que podía ver un altar cerca de él. ¿Una boda?, ¿Donde estaba el inmenso salón con el pastel gigante?, ¿La fila de invitados tomándoles fotografías, los aplausos de sus más allegados?... ¿Por qué nada de eso le importaba?.

Sentía la humedad en sus pies desnudos, el cosquilleo que se hacía con ellos cada que avanzaba un paso hacia arriba. La sonrisa más hermosa que alguna vez vio, en el hombre más increíble que conocía. Cuando estuvo cerca, él estiró una mano para ayudarlo a subir. Taehyung sabía que era una pendiente demasiado inclinada, y sin dudarlo tomó su derecha. La vista que tenían desde allí seguramente era digna de un cuadro, pero no se molestó en mirar. Su mundo estaba justo frente a él, con sus ojitos brillantes y el cabello castaño prolijamente peinado. «Yo estaré contigo» volvió a oír. Quizás no era una boda, el altar había desaparecido. Sólo eran ellos dos. Ellos dos en la cima del mundo, o simplemente de la colina, y al pie de un gigantesco faro. 

Love Me [◇JinTae/TaeJin◇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora