🥀

6 2 0
                                    

Veo a alguien delante mío. Su silueta es clara y concisa. La observo bien, recorro su cuerpo de arriba a abajo con los ojos.
"No es muy agraciada" pienso.
Me inquieta, me sigue con la mirada y repite mis gestos. La oigo reír, una risa entrecortada, falsa y siniestra. ¿Por qué se ríe? ¿De qué se ríe? ¿Se ríe de mí? "Está loca" vuelvo a pensar. Sus ojos se inundan y grandes gotas recorren sus mejillas.
Oigo el canto de los pájaros de fondo, la lavadora con su singular pitido indicando que ya ha acabado su trabajo y fuertes portazos que alertan mi corazón.
Pero nada de eso ahora importa, mi atención la acapara aquella singular chica.
¡Qué te pasa? ¡Eres muy débil! ¡Normal que nadie te quiera! - Grito. - ¡Estás sola! ¡¿Qué no te ves?! ¡Eres una desgracia que no sirve para nada! ¡Fea! ¡Ni siquiera tienes amigos! ¡Normal!
Abraza su cuerpo con sus manos y lo rasguña, corta y mutila. Se tira del pelo, cae de rodillas y suplica que me calle, que deje de corroer sus pensamientos.
¡Fea! ¡Inútil! ¡Ojalá no hayas nacido! ¡Muere! ¡Suicídate! ¡Muere!
Entonces, abandona el frío suelo y con una sonrisa desfigurada en el rostro, me acerca velozmente su puño. Impacta, duele, lo riega de cristales y un líquido carmín baña sus nudillos.
Rompiendo así, el espejo.

RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora