PRÓLOGO

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LYAN


Me desperté más feliz que nunca, para todos es un día cualquiera, para mi, hoy es un día especial.

Exactamente hace siete años experimenté por primera vez el amor, jamás llegué a pensar que sería posible sentir tanto por una sola persona. Y créeme estar enamorado de alguien durante tanto tiempo no es nada fácil y menos si no eres correspondido.

Después de unos cuantos minutos -o quizás demasiados- pensando en él, me levanto dispuesta a tomar una ducha.

 Estando ya frente al armario, tomo mi usual uniforme, me decido por una sudadera roja -el color favorito de él-.
Salgo de mi habitación rumbo al comedor, entrando en este me topo con mi hermano Edmundo, haciendo un intento desayuno, pero obviamente no pienso probarlo.

-¿Cómo amaneciste, estúpido?-

-Más guapo que tú, eso es seguro-

Termino mi desayuno -previamente hecho por mi- y me despido del idiota de mi hermano para poder tomar el bus escolar.

El recorrido duró aproximadamente 15 minutos. Al bajar me encuentro con Michelle -mi mejor amiga-  caminamos dentro del instituto, mientras ella me cuenta lo genial que lo paso en la fiesta a la que fue, más sin embargo dejo de escuchar su chillona voz, de hecho ya no escucho nada, solo puedo verlo a él, el amor de mi vida.

Emilio.....

                                                                                            

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