Capítulo 3

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CAPITÁN

—Oh no —dijo Steve mientras rascaba la nuca. No podía decirle nada a nadie lo de Tony, se lo había advertido claramente Fury. Debía ser un total secreto—. Déjala pasar J.A.R.V.I.S. —Suspiró—. Tony, mírame. —Su cara se tornó seria—. No puedes salir de aquí hasta que ella se vaya, ¿entiendes? Ella no te puede ver.

—¿Por qué? —El pequeño no entendía nada— ¿Quién es ella?

—E-ella eh, pues mira, ¿recuerdas que te dije que te habían atacado? Pues nadie sabe que tú estás aquí. Y para protegerte, es mejor que la información de tu paradero siga así, oculta. ¿Me prometes no salir hasta que yo regrese?

El niño solo asintió para después recibir una sonrisa de parte del contrario.

—No tardo —prometió Steve mientras tomaba la tarjeta y le ponía seguro a la puerta.

Al caminar por el pasillo vio a Pepper sentada en el sofá. Cuando ella lo vio, se sorprendió, mucho.

—¿Steve? ¿Qué haces aquí? —preguntó al tiempo que se ponía de pie y se ajustaba el primer botón de su camisa, que hace unos momentos estaba suelto.

—Hola, Pepper. Tony me pidió que me quedase en la torre un tiempo. —La rubia frunció el ceño.

—¿Dónde está? Necesito hablar algo urgente con él.

—Creo que no podrás. Él salió a una misión muy importante y no creo que regrese pronto, está aislado y como ya dije, tardará en regresar.

—¿Por qué te pidió que te quedaras? Es más, ¿por qué te estás quedando en su piso y no en el piso de invitados?

—Bueno, me dejó encargado de la torre y me dijo que me podía quedar en el piso veinticuatro.

Potts abrió los ojos en genuina sorpresa al ver lo que tenía en la mano el Capitán.

—¿E-esa es la tarjeta dorada de Stark? —preguntó mientras la señalaba.

—¿Qué? ¿Esto? Ah, si. Me la dio para, ya sabes, entrar a donde sea en la torre y eso.

—No puedo creer que te la haya dado, a mí ni siquiera me deja tocarla. Es más, lo que no puedo creer es que te haya dejado encargado a ti de la torre y no a mí.

—Bu-bueno, tú estás encargada de la empresa. Supongo que no quería saturarte de responsabilidades.

—Tal vez —dijo muy seria viendo de pies a cabeza al rubio—. Le ruego, Capitán, que cuando Tony regrese se me informe inmediatamente.

—Por supuesto. —Le lanzó una sonrisa.

Pepper se dirigió al ascensor algo enojada y entró en él. Cuando Steve estuvo seguro que ya se había ido, se dirigió rápidamente a abrir la puerta de la habitación de Tony, donde encontró al pequeño viendo una fotografía que estaba en un marco.

—¿Quién es este hombre que está contigo?

Steve no sabía de lo que hablaba Tony, pero lo entendió cuando vio la foto:

Steve no sabía de lo que hablaba Tony, pero lo entendió cuando vio la foto:

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Criando un amor | StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora