UNICO

411 22 8
                                    


回回回回回回回回回回回回回

Los leves sollozos ahogados contra la finas paredes del lugar, algunas voces a la lejanía, un lugar tan inmaculado que el cerebro dolía de ver tanta blancura junta. Bien podía parecer una película de terror al estilo hospital, aunque tal vez no estaba lejos de ser real. Caminó despacio, para que algunas de las muchas puertas de habitaciones del pasillo siguieran en silencio, sin que sus inquilinos se pusieran inquietos o nerviosos. Revisaba cada cuarto con una sonrisa plasmada en el rostro, algunos de sus pacientes al verlo por la cortina sonrieron al igual que él; perdidos en su propio mundo.

Ya casi terminaba la jornada, estaba muy cansado. Después de unas interminables horas extras en el hospital por fin podría ir a su hogar, dormir en su cama y con su hermosa novia. Faltaban tres pacientes por ser atendidos para una última revisión. Paso por la habitación 234 y 235, estás tenían una placa especial para que ambos números estuvieran en ella; asomándose un poco por la rejilla de la puerta pudo notar dos siluetas dormir cómodamente en una de las camas individuales.

"Nunca cambian..." dijo para sus adentros. Esperaba que pronto esos dos pudieran salir de ahí. Anoto una pequeña palomita en los nombres para dar a entender que estaban en perfectas condiciones.

31 de Octubre 2018, 10:52 pm.
Paciente 234: Zabuza Momochi, 26 años
Paciente 235: Haku Hyōton, 15 años ✓

Le gustaba verlos dormir, parecían tan tranquilos. Algo muy diferente con su día a día. Zabuza sufría de transtorno explosivo intermitente, lo cual ocasionaba que se comportará violento por la menor provocación. De entre todos los pacientes esté era el más problematico, gracias a él varias personas habían terminado heridas.

Después de la llegada de Haku esto había cambiado mucho, seguía teniendo sus ataques de irá, pero cada vez menos graves. Haku sufría de Transtorno depresivo mayor, el chico había sido internado después de ver cómo su padre asesinaba y descuartizaba a su madre. Así que también sufría de estrés postraumático. De inmediato al llegar Haku él se había movilizado, decidió sacarlo al jardín porque el niño ya no parecía tener fuerzas ni para vivir. Esto atrajo la atención de Zabuza que se acercó a Haku y hablo con él. Algunas semanas después ya eran inseparables, el menor lloraba y gemia mucho en las noches, esto ocasionaba que el mayor se pusiera como loco y casi tirará la puerta solo para ir a tranquilizar al otro.

Decidió intervenir en esto y pidió que a ambos se les dieran una habitación compartida. Y sin duda fue una buena decisión porque el temperamento explosivo de Zabuza había sido reemplazado por una calma increíble, al mismo tiempo la personalidad de Haku era más viva; hasta sonreía más. El único problema que tenía, era que ambos eran demasiado dependientes del otro. Haku no hacía nada si no era para beneficiar a Zabuza y viceversa.

Un grave incidente el cual, casi hace que los separen para siempre es que Zabuza había forzado al menor a tener relaciones sexuales. Esa noche le tocaba hacer guardia a él y otros compañeros cuando escucharon gritos de dolor extremo, todos se dieron cuenta de que venía del cuarto de la pareja y decidieron intervenir.
Al entrar uno de los enfermeros con un tranquilizante para detener a Zabuza (que de seguro estaba casi matando a Haku) nunca pensó en que vería una escena de sodomía pura.

Y peor aún, al entrar todos al lugar; el mayor jamás detuvo las embestidas, Haku estaba casi inconsciente en la cama, solo murmuraba quejándose por las bestiales penetraciones que recibía su frágil cuerpo. Decidió no quedarse quieto y junto con otros enfermeros se lo quitaron de encima al menor.

"¿Por qué? Iban tan bien ambos ¿Que pudo haber pasado?" se preguntó mil veces, era la primera vez que Zabuza era tan violento con alguien. Cuando le preguntaron Zabuza solo se quedaba callado, hasta que después de mucha presión hablo.

POSESIÓN DEL CAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora