09:15 am, llueve mucho..

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Estoy asustado, hoy es uno de esos días en los que cada segundo pesa, pesa tanto que hasta puedo sentir el dolor y la fatiga en cada centímetro de mi cuerpo, pero por alguna extraña razón tomo la trágica decisión de no prestarle atención, aunque en este momento este haciendo lo contrario, y es que son esos mismos segundos los que ahora me alertan y me erizan la piel cuando observo como avanzan de manera tan calma pero a la vez dando pasos agigantados, dejando en mi un tendal de incertidumbre..
El tiempo es tan egoísta que no fue capaz de esperar a que me expresara en este trozo de papel y sin darme cuenta, se me escaparon ya varios miles de segundos en el proceso; como esa estrella fugaz que logramos ver de casualidad mientras contemplamos la belleza del cielo nocturno y que por lógica sabemos que pasó, pero no nos dimos cuenta..
Dicen que para perder un miedo hay que enfrentarlo. ¿Como puedo enfrentar al tiempo?, no conozco ser vivo que haya podido contra él, los esfuerzos son inútiles, al final de cuentas todos saboreamos la misma derrota, pero..¿Vale la pena intentarlo, o simplemente tengo que aceptar y entender que su victoria es inevitable?
Los segundos que giran en ese viejo reloj que ahora estoy observando no van a parar, no se van a dar por vencidos, me observan al igual que yo mientras avanzan como diciendo: Apresúrate, te sigo sacando ventaja.
Ahí es cuando me doy cuenta que es en vano intentar y querer detenerlos aunque por dentro muera por hacerlo.
Tiemblo, mi pulso pierde la noción del tiempo y se desorienta, mi respiración se acelera y puedo sentir el vibrar de mi piel con cada latido de mi corazón que no frena, ojalá aun no lo haga, pues estoy colmado de ilusiones y expectativas y no quiero perder, todavía no..
Heridas y cicatrices son las huellas que el tiempo solo fue dejando en mi de manera desmesurada mientras avanza, sin piedad, sin mirar atras, sin importar mi procedencia ni quien soy; y es que es tan egoísta que solo piensa en el y en su afán por llegar a la meta primero como si de una competencia se tratara a la cual yo, le llamo vida..

El tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora