Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Me encuentro aquí, rodeada de arena, mar y muchísimas estrellas en el cielo.
Parece increíble que hace sólo unos días estaba tan tranquila e incluso aburrida en casa y ahora estoy en este pequeño paraíso.
A unos metros de mi puedo observar con cariño a mi amado caballero mientras dibuja con entusiasmo algo en la arena.
Nuestras miradas se cruzan y no puedo evitar sonreír.
—¿Tienes frío?— pregunta mientras se acerca a mí.
–Estoy bien– le sonrío de nuevo.
–Por si acaso– se quita su suéter y lo coloca sobre mis hombros.
–Gracias–
–No hay de que– se sienta a mi lado.
–¿Estás feliz?– recuesto mi cabeza en su hombro.
–Lo estoy, aunque mi habilidad con la arena aún no es buena–
–Puedes intentarlo hasta que regresemos a casa–
–Seguiré tu consejo entonces, pero ahora me interesas más tú...–
Puedo sentir como soy rodeada por su brazo y atraída aún más cerca de él, no puedo evitar sonrojarme, estoy demasiado nerviosa por el repentino contacto de nuestros cuerpos.
Me mira con demasiada intensidad mientras acerca su rostro lentamente al mío.
Cierro los ojos con anticipación y mi respiración se detiene al instante en que sus labios llegan a mi...
Un beso suave que cambia a algo tan intenso que seguramente provoca que mi corazón se salte algún latido.
Poco a poco se aleja pero continúa mirándome mientras acaricia mis labios con uno de sus dedos.
–Si pones esa cara sólo acabarás con la espalda sobre la arena...–
–...¿porque supones que eso me molestaría?–
Lo siguiente que ocurre es muy confuso ya que sucede muy rápido, solo puedo sentir como soy ligeramente empujada hacia atrás.
He quedado recostada en la arena sin saber exactamente como reaccionar. Ahora Lysandro está sobre mí...demasiado cerca...
Creo que rompí la poca compostura que le quedaba...
–Escucha querida mía...– comienza a hablar mientras acaricia mi rostro –Soy un caballero, pero también soy un hombre–
–Lys...–
–Soy un hombre que te ama más allá de la razón, eres todo lo que llena mi mente día y noche–
Antes de que pudiera contestar, nuestros labios ya estaban juntos de nuevo mientras que las caricias aumentaban...
Después de unos momentos alejó su cuerpo y se levantó; lo observé confundida mientras me ayudaba a ponerme de pie.
–Continuaremos esto más tarde...–tomó mi mano y acerco sus labios hasta posar un gentil beso en ella, sin dejar de mirarme un solo segundo.
Creo que morí por un instante con ese gesto tan de príncipe... sin poder contestar sólo lo observé con timidez.
Caminamos de regreso a nuestra cabaña aún tomados de la mano...
