• Capítulo 56 •

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Jiraiya había descubierto la ubicación de Akatsuki, solo era cuestión de informale a Tsunade para que hicieran un ataque sorpresa, pero él no pensaba de esa forma.

Su plan era infiltrarse en Amegakure para descubrir quién era el líder, además de poder verificar si toda la información que tienen actualmente era correcta para después planear una estrategia. Estaba dispuesto en dar su vida para dar tal información de podría salvar a Naruto, no, a todo el mundo ninja.

En un bar se encontraban tomando ambos amigos desde que eran niños. Jiraiya le había invitado un trago de sake a Tsunade mientras le contaba todo.

La rubia de pechos voluptuosos lo miró sonrojada debido a que el alcohol estaba haciendo efecto. No podía mandar a su único amigo a algo tan peligroso.

Pero el hombre de cabellera larga estaba decidido en hacerlo.

—El tercero siempre quiso que fueras su remplazo—. mencionó mirando la mesa donde se hallaban la botella de sake y la taza.

—Yo no nací para eso. Prefiero andar por mí cuenta—. contestó sincero. Era cierto que Jiraiya era un hombre que le gustaba viajar a todos lados, sintiéndose como un ave libre. Pero también lo hacía para rastrear los pasos de Orochimaru.

Con la intención de hacerlo regresar a la aldea, pero ahora que había muerto ya no había necesidad de hacerlo.

La rubia se sirvió un vaso de agua para poder bajar los efectos del alcohol.

Jiraiya había puesto el ambiente más tenso, tenía que cambiarlo a uno más alegre. Tal vez recordar un poco el pasado haría que su amiga sacará una sonrisa nostálgica —Recuerdo como éramos en la época cuando fuimos estudiantes del tercero—. animó haciendo recordar aquellos momentos de su niñez.

Sonrió nostálgica, tal como su amigo quería. Después de unos tragos posó el vaso de agua en la mesa para seguir recordando más momentos y personas

—Orochimaru siempre era bueno en todo, siempre nos superaba a los dos. Tu eras alguien que no podía hacer un simple jutsu, incluso un día terminaste amarrado en un tronco—. cerró ambos ojos imaginando esas escenas graciosas.

Aquellos momentos eran vergonzosos para Jiraiya, apenas era un novato en todo, pero gracias a sus duros entrenamientos logró llegar lejos —Lo recuerdo perfectamente—. respondió burlón rascando su nuca nervioso —También a los amigos de Sarutobi-sama, ¿los recuerdas?—

Aquellos amigos que tenía Hiruzen en su época de juventud. Miró al peliblanco a los ojos asintiendo —Si... eran tres—. en su mente recordó la cara de dos personas, había uno que era borrosa en su memoria.

Empezó a nombrar los nombres que se venían a sus mentes, el peliblanco fue el primero —Danzo, siempre fue muy hostil con Sarutobi-sensei. Ese hombre siempre lo observaba, aunque siempre pensaba en el bienestar de la aldea—.

Danzo siempre competía y sentía celos por Hiruzen, aunque él no lo veía de esa forma, siempre lo trataba como un amigo —Ahora su obsesión por cuidar y proteger Konoha con sus ideas triviales lo han hecho un hombre peligroso—.

Tsunade asintió mirando fijamente el vaso con agua —Uchiha Kagami...— la rubia nombró al segundo —a pesar de que era un Uchiha tenía buen corazón. Recuerdo cuando nos animaba cada que entrenabamos—.

Aquel Uchiha que era cercano a todos y amigo de Hiruzen y Danzo, su mirada y expresiones lo hacían distintos a los demás. Un chico dulce, tierno y amable.

—Oh...— Jiraiya recordó perfectamente al azabache. Lo recuerda como un chico que podía ser de confianza —cuando éramos unos niños decías estar enamorada de él—. confesó riendo a lo bajo.

El silencio de un secreto | Uchiha MadaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora