Rewriting (Swanqueen)

Capitulo 5

Regina trabajó hasta tarde ese día, sabiendo que Henry estaba fuera de casa de un amigo mientras trabajaban en un proyecto y, por lo tanto, no tenía ninguna razón para apresurarse a casa. Sintió que debía aprovecharlo para tener un día perezoso con la cocina y, en cambio, iría al restaurante a cenar. Así que empacó sus cosas, así como la pluma de tinta que ciertamente no había pasado la mayor parte del día mirando, y se dirigió a Main Street, esperando disfrutar de una cena tranquila.

Y había estado tranquilo, hasta el final. Estaba terminando su café cuando Emma entró. Pero no estaba sola. Tampoco estaba completamente sobria. Tal vez estaba un poco más sobria que Hook, ahora que miraba un poco más de cerca, pero aún un poco ebria. Fueron directamente al mostrador, tropezando un poco en el camino. Regina, que estaba sentada junto a las cabinas, continuó observando discretamente, tratando de parecer desinteresada.

"¡Aqui tienes!" Dijo Ruby, pasando para devolverle su tarjeta y darle el recibo, esbozando una sonrisa brillante hacia ella. "Gracias por venir y pasar una buena noche".

Cuando volvió a mirar, Hook decidió reclamar los labios de Emma en un beso, aunque Regina estaba feliz de notar que Emma no parecía corresponder tanto, y solo lo miró con algo parecido a la confusión cuando se separaron. .

Pero Regina probablemente solo estaba imaginando cosas. Emma estaba feliz con Hook. Lo que estaba haciendo ahora era torcer las cosas para tratar de crear este escenario en el que Emma no estaba satisfecha con Hook y lo dejaría, dándose cuenta de que Regina era para ella.

Sacudiendo la cabeza, vio que la mirada de Emma estaba más cerca de ella, por lo que decidió que este sería un momento perfecto para irse. Agarrando su abrigo, se lo puso mientras salía, decidida a no darse la vuelta. Si lo hubiera hecho, habría visto el minúsculo ceño de Emma.

Así las cosas, Regina se fue a dormir esa noche angustiada. No tenía con quién hablar sobre esto, nadie con quien desahogarse o pedir consejo. El único con quien había podido hablar le había sugerido que escribiera. Ella no era escritora. E incluso si lo fuera, ¿por dónde empezaría? ¿Cómo podía tener tanto control sobre un mundo ficticio actualmente inexistente? Quizás esto sea más fácil.

Después de dos días, Regina finalmente admitió que no iba a ser más fácil. Todavía le dolía el corazón cada vez que Emma estaba cerca, felizmente inconsciente de la agitación interna de Regina. Así que buscó un libro de cuentos vacío que había guardado desde el momento en que habían estado buscando al Autor, y bajó las escaleras. Esto podría funcionar Una vez que llegó al rellano, pasó por el espejo y se detuvo.

Volviendo a mirarla, había una mujer rota por el amor, pero todavía desesperada por que le correspondiera una vez más. Ella agarró un tomo de cuero marrón y respiró hondo; ella estaba decidida a tener este trabajo. Sin más preámbulos, continuó hacia su destino, el estudio. Se sentó en el escritorio y buscó la pluma que haría todo esto realidad. Pero cuando el bolígrafo se posó sobre la primera hoja de papel, ella vaciló.

¿Dónde empezó ella siquiera? ¿Qué cambiaría ella? Recordó el año pasado cuando Emma y Regina habían regresado de su viaje a Nueva York con Lily, Robin, Roland y Zelena a cuestas; cómo Emma había abrazado a Henry con tanta fuerza. Con él llegaron cientos de otros momentos entre Henry y Emma que Regina había presenciado. Algunos con ella a su lado, a veces miraba a través de la ventanilla del automóvil a cierta distancia, mientras que ella había sido tildada de Reina Malvada y tenía que ver a su hijo buscar consuelo de alguien más, cuando estaba celosa de Emma.

Claro que podría crear nuevos recuerdos, pero quería que los tres permanecieran como lo recordaba, sin quitarles un solo aspecto de su personalidad. Por otra parte, todo esto era ficticio, entonces, ¿por qué importaba? Ella podría escribir sus personalidades para permanecer exactamente igual. Pero ... ¿por dónde empezar?