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Tom

No podía creer que había perdido a Eleanor, me sentía demasiado molesto, subí a la habitación sin decir nada, me encerré en la que estaba designada para mí y los dejé hacer su celebración.
Me acosté en la cama y sólo podía oír un poco de música y el ruido de cómo conversaban, alguien tocó a mi puerta y tenía la esperanza de que fuera ella, pero no, era Lucy acompañada de Hazz.

—Hola— saludó apenada la castaña.

—Hola— respondí sin muchos ánimos.

—Tom, por favor sal, aunque no lo admita ella quiere verte ahí— pidió Lucy, ella se sentó a mi lado en la cama.

—Ella me dejó muy en claro que jamás me dará otra oportunidad— susurré dolido, odiaba que ella pensara así pero en parte tenía razón, lo merecía.

—Hermano, todos aquí sabemos lo mucho que te ama, gánatela, ya sabes que a Eleanor le encantan las cursilerías—sugirió Hazz, Lucy le dio un zape.

—No lo digas así, idiota, suena horrible con tu maldito tono despectivo— lo reprendió, yo reí, sin duda que ella y Eleanor eran hermanas.

—Saldré, pero no la presionen para que me hable, lo ultimo que quiero es que se sienta obligada— advertí y los dos asintieron, decidí que sería un gran momento para sacar el regalo que le había comprado a Eleanor.

Tomé la caja con las cosas y un ramo de flores que tenía preparado, salí a la sala y todos me miraron sorprendidos, Eleanor tenía su mirada baja.

—Ele, comprendo qué tal vez no quieras hablarme pero te compré esto, es tuyo, no acepto un "no" por respuesta— dije dejando la cosas en la mesa de centro, ella me miró con sus brillantes ojos azules y asintió.

—Qué genial que saliste, Tom— sonrió la madre de Eleanor.

—Bien, Eleanor, nos estabas contando sobre ese chico que te besó— dijo animada mi madre, vaya, sentía la traición maternal.

—Bueno, no quiero sonar como una aprovechada, pero es mi jefe— nos miró a todos de forma apenada— desde que llegué a trabajar ahí me ha pedido que saliéramos y creo que después de unas cuantas citas somos algo.

—Eso es increíble— dijo Lucas mirándola de una forma triste, creo que ambos estamos en la misma situación, Eleanor sólo bajó la mirada.

—Oí que estás en la universidad, ¿qué estudias?— preguntó Harry mientras sonreía.

—Economía, no se compara con el ballet pero nunca tuve suerte en Nueva York— miró a mi hermano de forma sonriente, ella siempre se veía tan perfecta.

—¿Y eso a que se debe, querida?— preguntó mi padre.

—Bueno, supongo que ser despedida de una compañía de cierta forma mancha tu imagen— pude notar como su cuerpo se tensó.

—Yo creo que todas esas compañías son estúpidas si no saben apreciar tu talento— comentó el rubio sentando junto a Sam, Eleanor tuvo la mirada perdida por unos segundos.

—Bien, me encantaría saber que tiene Tom para ti—comentó Lucy cambiando de tema, Eleanor la miró por un instante y se levantó de la mesa para ir por la caja, todos la acompañamos a la sala, me senté frente a ella en un cojín, pude notar el nerviosismo con el que abría la caja.

Se veía demasiado linda.

Eleanor

Mis manos temblaban mientras abría la caja, no era tan profunda pero si era larga, quité el papel que cubría el regalo, al observarlo llevé mi mano a mi boca con sorpresa.
Sentía las lágrimas acumulándose en mis ojos, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, era una foto de buen tamaño de la función donde interpreté a Odette, hacia un attitude, se podía ver el dolor en mi cara, me hizo sentir mucha tristeza de recordar ese día pero la felicidad lo impidió porque había un cuadro donde se representaba esa misma foto, era óleo sobre tela y salía yo con un vestido más lindo, con un bosque de fondo, unas lágrimas, misma pose.
Levanté mi mirada hacia los demás y estaban igual de sorprendidos que yo, me levanté lentamente y Tom igual lo hizo, corrí a sus brazos y lo abracé, puse sentir que sus brazos no me rodearon hasta segundos después, lloraba descontrolada porque en serio extrañaba mucho a este torpe chico británico.

Clean// Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora