Capitulo XXV

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Lance abrió sus ojos debido a el rayo de sol que entraba por la ventana, eso y los gruñidos de Keith al despertar por la misma razón, nunca pudo contemplar aquél reconfortante sentimiento que era despertar, se sentía muy bien, sus ojos no se sentían desgastados ni irritados y se sentía muy relajado. 

Sus pensamientos eran difusos, tanto así que se quedó viendo con su peluche de tiburón durante un largo tiempo, se le hubiera podido ir toda la mañana discutiendo mentalmente con el peluche peluche sobre la existencia, de no ser que Keith se levantó y bostezó escandalosamente, Lance al voltear a verlo notó su cola y orejas de color negro como su cabello, Lance intentó tomarle una foto a aquel Keith desaliñado, una foto que no tenía en su colección.

Cuando finalmente tenía la cámara lista y enfocada, Keith se levantó del lugar y subió las escaleras dirigiéndose al baño, sin siquiera decir buenos días, Lance río ante eso, posiblemente Keith solo siguió su rutina diaria sin fijarse en los detalles, Lance se levantó y empezó a levantar todo el desastre llamado "pijamada"

Lance recogió todo y lo organizó en sus respectivos lugares, el peluche de hipopótamo en el cuarto de Keith, y lo demás en un cuarto abandonado que usaba como almacén, pero lo tenía bastante descuidado, telarañas por todos lados y un aspecto sombrío.

Una idea pasó por su mente, era momento de tener su propio cuarto, no quería incomodar a Keith durmiendo en la sala, solo tendría que mover unas cajas que nunca quiso mover al ático y limpiar el lugar, Lance escuchó que Keith se aclaró la garganta y al voltear a ver, encontró a Keith asomándose.

–Buenos días, lo siento si no te saludé antes, no estaba del todo despierto –Keith se disculpó claramente avergonzado–, ¿cómo dormiste? 

–No sé cómo describirlo, pero me siento bien, me siento con mucho ánimo y energía –Lance dijo optimista.

–Me alegra escuchar eso –Keith realizó un pequeño estiramiento que le hizo tronar los huesos.

–Parece que alguien no durmió bien –Lance se burló al verlo con ojeras a pesar de haber dormido mucho más que él.

–No estoy acostumbrado a dormir sobre una superficie tan plana como el suelo, definitivamente prefiero los colchones.

Keith así explicó el porqué de sus extremidades entumecidas, pero no podía decir ni por asomo el porqué de sus ojeras, despertó poco después de que Lance cayera dormido, y desde entonces casi que no pudo dormir por lo nervioso que se encontraba al ver a Lance durmiendo tan pacíficamente a su lado, era algo muy inesperado para su corazón.

–Lo siento por forzarte a dormir en la pijamada –hizo comillas–, prometo que es la última.

–No tienes porqué disculparte, la verdad es que me gustó, fue algo espontáneo –Keith se dio la vuelta no sin antes decir–, iré a desayunar.

Lance fue arreglarse y después bajó a la cocina donde Keith apenas estaba sirviendo su comida sobre la mesa, Lance se sirvió un vaso de su bebida favorita y se sentó a su lado, eso ya se había vuelto costumbre tener una charla a la hora del desayuno.

–Me quedaré a dormir en el sofá, así tu puedes dormir en tu habitación –Keith dijo en medio de la conversación.

–No tienes que –Lance se negó rotundamente.

–Necesitas un lugar donde dormir y ese no puede ser en la sala, tienes que dormir cómodamente.

–Es peor para ti, no te quiero recordar como tronaban tus huesos –Lance tomó un sorbo–, además el cuarto en cual hablamos antes, tengo la intención de volverlo mi habitación.

–Pero Lance... –Keith intentó responder pero Lance se negó.

–En lugar de contradecirme, mejor ayúdame –Lance sonrió.

Keith soltó un suspiro y asintió, el resto del día se dedicaron a arreglar aquella habitación, limpiaron por todos lados, desecharon todo lo viejo e inservible y lo reemplazaron con cosas nuevas, finalmente pintaron las paredes y en medio de eso se pusieron a jugar con la pintura, eso fue una mala idea pues muchos muebles y paredes resultaron afectados.

Duraron un día entero hasta el caer de la noche, Keith cabeceaba y bostezaba sin parar, estaba muy cansado y no durmió muy bien, Lance lo dejó descansar, notó que mientras se relajaba su cuerpo dejaba mostraba sus características de hombre lobo.

Seguramente Keith se aseguraba de hacer un esfuerzo y no mostrar ese lado suyo, eso hizo sentir a Lance culpable por hablarle sobre su negación a mostrarle al mundo su verdadero ser, Lance sintió una presión en su pecho de solo pensarlo. 

No podía permitir que Keith se escondiera así por culpa de sus propias inseguridades, pero a su vez le preocupaba, no quería que Keith viviera lo que Lance presenció años atrás con los abuelos de Coran, sabe que los tiempos han cambiado y que seguramente algo así nunca vuelva a ocurrir, pero su miedo permanece como una astilla.

Esos recuerdos que dolían a pesar de ya haber pasado tanto tiempo. Intentó no pensar en ello, pero la televisión frente a él no podía distraerlo, Keith se levantó del sofá y estiró. 

–Iré a mi cuarto, espero que también vayas al tuyo a descansar –Keith dijo adormilado.

Ambos subieron las escaleras y cada uno se dirigió a su respectiva habitación, ambos cuartos se encontraban frente al otro, así que se detuvieron bajo el marco de la puerta y se miraron uno al otro.

–Buenas noches –dijeron al unísono.

Ambos rieron, cada vez se volvía más cotidiano vivir juntos. Keith empezó a cerrar la puerta, pero Lance lo llamó. 

–Keith... tengo algo que decirte –Lance suspiró–, el hecho de que yo escondo mi verdadero ser, no significa que tu tengas que hacerlo.

Keith se confundió por sus palabras, hasta que reaccionó y tocó su cabeza encontrando sus orejas fuera.

–Puedes mostrarte sin temer, no me molesta ni nada por el estilo, lo que importa es cómo te sientas bien contigo mismo –Lance se quedó callado por un momento–, solo ten cuidado si vas a mostrarte afuera,, no sabemos que tipo de personas pueden hacer daño...

–Está bien, gracias, Lance –Keith agradeció riendo levemente ante su preocupación un poco exagerada.

Últimamente veía a personas con sus propias peculiaridades, a la hora de hacer las entregas o solo ayer, conoció a Allura. Cada uno se entró a su habitación, Keith cayó sobre su cama con una sonrisa en el rostro, se sentía bien que Lance se preocupe por él, cerró sus ojos y su cola finalmente dejó de moverse de lado a lado.

Por otra parte a Lance se le dificulta dormir, su infancia desapareció de sus recuerdos por completo, y lo mismo pasará con sus demás recuerdos, aguantar un dolor podía resultar ser más fácil que tener que abandonar todo su pasado atrás, pero no se rindió, suspiró y siguió intentando hasta que lo logró, después de todo, Keith y Coran lo dijeron, es por su bien.

Entre Garras y Colmillos - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora