Aun con todo el entrenamiento que hizo en el día y pese a las insistencias de Phyria de que todos los héroes tomaran unas merecidas semanas de vacaciones, Mia sentía que no tenía derecho a descansar luego de todo lo sucedido en Múspell, sus habilidades no estuvieron a la altura de las circunstancias y, no pudo evitar sentirse culpable por no haber podido hacer más en los combates más peligrosos que vivieron en aquella tierra.
No era algo que estaba dispuesta a admitir frente a todos, pero de verdad se sintió hasta cierto punto inútil en la invasión de Múspell, quizás había logrado dar un gran desempeño en la tierra de Nilf... pero cuando las cosas se pusieron en extremo peligrosas en Múspell... realmente no estuvo a la altura de la situación pese a sus mejores esfuerzos...
Mia terminaba de cortar otro muñeco de entrenamiento de un corte limpio de su espada, una parte de ella no solo se sentía frustrada por no haber logrado más, sino también decepcionada por no haber podido proteger a sus amigos cuando más la necesitaban... si no quería que eso se volviera repetir, necesitaba volverse más fuerte sin importar cuanto esfuerzo y dedicación tuviera que implementar para lograrlo.
Se sentó en una banca tratando de pensar en un nuevo plan, entrenar con aquellos blancos inmóviles no la estaban ayudando mucho y sin Phyria, no podía participar en los combates del coliseo para mejorar sus habilidades con oponentes fuertes, debía encontrar otra manera de fortalecerse sin tener que depender de Phyria para conseguir rivales poderosos.
Pensó durante un largo rato hasta que su cabeza por fin fue capaz de brindarle una idea, que mejor forma de mejorar en el arte de la espada que, bajo la tutela de una gran maestra en ese arte y, tenía una idea clara de quien podría ser su maestra, alguien con una velocidad tan legendaria que hizo mella en las líneas enemigas sin importar que tan peligroso o arriesgado fuera.
Decidida se levantó y salió de la sala en busca de su maestra, solo esperaba que estuviera de humor para entrenarla o por lo menos para darle algunos consejos de como entrenar, si lograba aunque fuera aprender una minúscula fracción de las habilidades de ella, ¡Sin dudas se volvería una fuerza casi imparable en el combate!
A pesar de que no era muy adepta a este tipo de pasatiempos, Lyn decidió darse un pequeño gusto por una vez y, reposo en su cama mientras leía uno de aquellos dichosos mangas que tanto le recomendó Phyria, necesitaba hacer una actividad que le permitiera descansar su cuerpo y, considerando lo poco que llevaba leyendo en esos momentos, definitivamente tenía que agradecerle a Phyria por recomendarle tan increíble historia.
Estaba tan concentrada en la historia de Izuku Midoriya que le tomo algo de tiempo darse cuenta de que alguien estaba frenéticamente tocando la puerta de su habitación... al juzgar por la fuerza de los golpes, solo esperaba que no fuera otra vez Héctor huyendo de la furia de Serra, aunque actualmente ya era menos seguido que esos incidentes sucedieran.
Agarrando un separador de libros que le regalo Phyria, dejo su lectura a un lado antes de atender la puerta, para su sorpresa quien tocaba no era otra que Mia que, se encontraba bastante animada con una gran sonrisa.
-Hola Mia, veo que estas de buen humor-dijo Lyn en tono amable.
-Y créeme que lo estaré más si aceptas mi petición-dijo Mia sin perder su sonrisa.
-¿Necesitas ayuda con algo?-preguntó Lyn en tono curioso.
-Sí, ¡Necesito que me acojas como tu discípula!-dijo Mia en tono determinado sin dejar de sonreír.
Lyn no pudo evitar sorprenderse por la propuesta tan directa de Mia, no era que le desagradara la idea de hecho, conocer y convivir con otras chicas versadas en el arte de la espada, era algo que era de su sumo interés, aun recordaba con cariño las competencias que hacían Karla y ella para mejorar sus habilidades mientras viajaban con sus compañeras, sin dudas de no ser por todo lo que aprendió a lado de ella, estaba segura que no sería ni la mitad de la persona que era actualmente.
-Se que aun me falta mucho para ser tan buena como tu-dijo de repente Mia en tono bajo sacando a Lyn de sus pensamientos-¡P-p-pero prometo que seré la alumna más aplicada que hayas conocido! ¡Y-y-y me esforzare el triple, cuádruple y hasta el quíntuple para cumplir con el régimen de entrenamiento!-dijo Mia en tono firme a pesar de su leve tartamudeo.
Le fue imposible a Lyn no enternecerse un poco por aquella mirada de suplica que tenía Mia, de verdad se notaba que Mia quería mejorar sin importar que tan largo o difícil fuera ese camino... y Lyn se aseguraría de ayudarla a transitar con valor tan dura senda.
-Me encantaría tomarte como mi alumna, no creo que sea una gran maestra, pero hare todo lo que esté en mis manos para ayudarte y de esa forma, seas una de las mejores espadachinas que ha pisado la tierra de Askr-dijo Lyn con una sonrisa animada.
-¡Genial! ¡Lyn eres la mejor!-grito emocionada Mia antes de alzar su puño al aire, Lyn no pudo evitar sonreír por aquella alegría que desprendía Mia-¿Cuando comenzamos?-preguntó Mia con una mirada ilusionada.
-Si estas libre podemos comenzar ahora-dijo Lyn en tono seguro, quizás su lectura tendría que esperar un poco más, pero no iba a desaprovechar aquel entusiasmo de su nueva alumna.
-¿¡Qué estamos esperando!? ¡Vamos a la sala de entrenamiento!-dijo Mia en tono alegre antes de tomar a Lyn de la mano para llevarla lo más pronto posible hacia el campo de entrenamiento, ¡No podía esperar para aprender a dividirse en cinco persona para ejecutar un poderosos ataque!
Lyn no pudo evitar sonreír contagiada por el entusiasmo de su alumna, no estaba segura si podría ayudarla tan bien como lo hizo Karla con ella, pero se prometió a si misma que sin importar lo que pasara, ayudaría a Mia a sacar todo su potencial para convertirse en una gran espadachín.
Y, por unos breves instantes, se pregunto genuinamente si de esa forma se había sentido All Might cuando decidió acoger a Izuku bajo su ala protectora para ayudarlo a cumplir sus sueños... quizás si el Padre Cielo y la Madre Tierra se lo permitían, también podría ayudar a Mia a alcanzar los suyos.
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Una "aventura" en Fire Emblem Heroes
AbenteuerSigue las aventuras pero sobre todo desventuras, de una invocadora que intenta traer la paz al reino de Askr. Haciendo tratos con el diablo (Anna) para conseguir orbes y cosas, lidiar con los principes de Askr y sus invocaciones pero sobre todo, sob...