Bad Word

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Un día más en la academia comenzaba, y como siempre, Katsuki Bakugo era puntual. Mientras caminaba por los pasillos varias chicas le lanzaban besos, otras se apegaban a él, e incluso unos cuantos chicos se atrevieron a tomarlo de la mano, pero él, al igual que siempre, los alejaba.

—¡Déjeme tranquilo, con una mierda, estúpidos bastardos! —Gritaba, provocando que sus palabras se cumplieran.

Su mal carácter era algo que le impedía conseguir novia —o novio, incluso— ya que siempre que alguien se le acercaba le gritaba y gruñía diciéndole que la quería lejos de él. Muchos lo consideraron gay por no querer a ninguna chica, pero toda suposición se esfumó cuando vieron que hacía lo mismo con los chicos.

Realmente él era un desperdicio de persona, según sus compañeros.

Recalquemos los atributos de Katsuki:

1. Es atractivo.
2. Tiene dinero.
3. Tiene un buen cuerpo.
4. Tiene un buen futuro asegurado.
5. Es hermoso.

Ahora los defectos:

1. Es malcriado.
2. Se enoja con mucha facilidad.
3. No tiene paciencia.
4. Monstruo sin sentimientos.
5. Duro como una piedra.
6. Es capaz de matarte.
7. Siempre tiene el ceño fruncido.
8. Todo el tiempo se la pasa enojado.
9. No tiene muchos amigos.
10. Odia a todo el mundo...

Y así la lista podría seguir... Obviamente la lista estaba hecha según el punto de vista de sus compañeros...

Quién no pensaba así de él era su amigo de la infancia, a quien ahora no le hablaba tanto. Un pequeño peliverde con pecas llamado Izuku Midoriya que se había enamorado de él desde que eran niños. Él decía que lo amaba. Él quería besarlo. Quería ser su primer beso. Sin embargo sabía que sería casi imposible con el rubio evitándolo.

—¡Kacchan! ¡Hola! —Dijo el pecoso, sonriendo y acorralando al rubio contra la pared para "saludarlo". Algo muy especial en él. La diferencia de estaturas no le impedía al peliverde mostrarle al rubio que él tenía todo el control.

—¡Véte a la mierda, idiota! —El chico explosivo lo empujó, haciendo que Izuku retrocediera lo suficiente como para liberarse.

—¡¿Ehhhhhh?! ¡Sólo quería saludarte! —Gritaba detrás de él.

—¡Aléjate de mi, imbécil! —El dedo medio fue el acompañamiento de la respuesta por parte del rubio hacia el peliverde.

—¡No!

—¡Largo de mi vista!

—¡No! ¡Quiero estar contigo todo el día!

—¡No, estúpido nerd! ¡Me largo! —Dijo caminando un poco más rápido.

Aún estaban en la academia, así que Izuku encontró el lugar perfecto para estar con el rubio. Uno de los salones estaba vacío, así que aprovechó que todo mundo había entrado a sus respectivas clases hace un rato.

El pecoso empujó al contrario dentro del salón, y cuando entró por completo lo empujó sin importarle los insultos hacia su persona.

—¡¿Por qué me metiste aquí, imbécil?! ¡Te vas a arrepentir, estúpido bastardo! —Cuando terminó de amenazarlo, el peliverde lo empujó hacia el escritorio del profesor, colocándose encima de él. —¡¿Qué mierda estás haciendo, idiota?!

—Kacchan, eres un buen chico. Uno con una muy mala actitud...

—¡Véte a la mierda, estúpido! ¡Déjame en paz y desaparece de mi vida!

—Kacchan... —Dicho esto procedió a besar el cuello del rubio.

—¡¿Qué mierda crees que haces?! —Dijo apartándolo con brusquedad.

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