Apuesto caballero

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1955

Taehyung se escabullía por las calles abarrotadas de un pequeño pueblo, las sombras que cubrían su cuerpo se fusionaba con la noche oscura y fría. Sus ojos brillaban desde lo más profundo de la penumbra, aunque incluso aquel de vista más fina no hubiera podido percatarse de ello. Borrachos soldados y prostitutas conversaban fuera de un bar de mala fama sin percatarse qué tal oscuro ser estaba acechándolos desde la oscuridad.
Por otro lado, el demonio los veía con completa claridad, juzgándolos con la más exigente de las miradas sintiéndose incluso más superior que el mismo Dios.

Taehyung miró fijamente a un hombre que estaba recostado en una banca, sosteniendo una botella de cerveza. Por lo general el demonio no le prestaba atención a personas tan insignificantes como aquellas. Pero hacía días que no se alimentaba y estaba tan hambriento que incluso se atrevería a probar a aquel hombre con una apariencia tan parecida a la basura, aun que solo fuera por un segundo. Sería tan fácil acabar con la vida de aquel hombre, lo único que tenía que hacer era cautivarlo con su extrema belleza y llevarlo a uno de los callejones de aquel oscuro pueblo, era pan comido. Incluso podría arrancar una de sus piernas y no emitiría ni un solo gemido de dolor.

Y esa era la cuestión. Mientras llevaba a cabo una de sus muchas masacres, Taehyung había descubierto algo acerca sobre su gusto y degustación: prefería....no, necesitaba que sus víctimas sintieran cada toque, cada pinchazo, cada mordida, cada pedazo de carne que arrancaba con sus garras. Un hombre estas condiciones será insatisfactorio para un caballero como el, no valía si quiera el esfuerzo de seducirlo.

Descartó al hombre y continuó andando por las oscuras calles del pueblo, pasando por la húmeda y polvorienta ventana de otro de los bares del pueblo, tenuemente iluminada por algunas velas logró divisar a una mujer devorando una pierna de cerdo de manera salvaje, el solo podría describir como asqueroso. No podría  disfrutar el torturarla, por un momento paso por su cabeza el tomarla y acogerla en sus garras para poder sumergirla en un infierno interminable de la manera más lenta posible.

Prefería causar el mismo el dolor de sus víctimas y mirar como lentamente sus ojos se apagan, eso sin contar la expiración que sentía al escuchar sus súplicas.

De igual manera descartó a la mujer y siguió su recorrido por el oscuro pueblo merodeando en busca de una presa fácil y deliciosa, se topó con algunos borrachos más, poco atractivos a su parecer. A el no le gustaban las flores marchitas, las prefería frescas y saludables; como si las cortara de su propio jardín, las flores bellas eran aquellas que eran más satisfactorias de arrancar, desde la raíz hasta el tallo.

Por un momento se sintió hostigado y sintió un tirón en el estómago, como si de un buen presentimiento se tratara, busco con su sombría mirada que es lo que había provocado esa sensación. Y en ese momento su vista divisó a un hombre alto, fuerte y varonil.
Tenía un aura poderosa y seductora que hacía que lo más profundo de él se paralizara, sin duda deseaba torturarlo, arrancar sus extremidades una por una.
Era elegante, llamativo y tarareaba una canción a son de balada para si mismo mientras caminaba por la oscura calle con un ramo de rosas bajo el brazo.
Sin duda una víctima perfecta para esta noche de lujuria.

Los dos sables con navaja de su espalda se retorcieron con emoción. Incluso a la distancia podía saborear la voracidad de aquel hombre con lujuria, no podía evitar el pensar todo lo que le haría a aquel hombre, el escucharlo gritar, rogar por su vida hasta el momento en el que sus ojos se apaguen. Se dirigió hacia aquel caballero con cautela entre las sombras con precaución de no perder el rastro de su víctima y mucho menos que este se percatara de su presencia.

El hombre camino al rededor de una hora por las oscuras calles del pueblo hasta llegar a un lugar algo vacío pero con una pequeña casa hecha de madera de un tamaño modesto, mostraba humildad, calidez y amor. Algo delicioso para destruir. Al final del camino el hombre atravesó la puerta entrando a su hogar.
Taehyung por lo mientras asechaba por fuera de la casa manteniendo la vista fija en su objetivo, deleitando sus sentidos visuales al ver semejante semental. Una mujer esbelta y de cabellos rubios se acercó a él y le dio un pequeño beso en los labios, ella venía acompañada de dos pequeños niños los cuales Taehyung supuso que eran sus hijos.
Sin duda el demonio estaba más que emocionado por aquella escena, cuanto dolor podría sacar de aquella familia con solo torturar al padre. Sin duda todo un festín.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2019 ⏰

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DULCE AGONÍA  •KookV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora