CAPÍTULO 8: LA ESTAMPIDA

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Al día siguiente, a Scar se le ocurrió llevar a simba a las lejanías para que se ponga en peligro con una estampida de ñus.

-espera aquí. Tu padre tiene una maravillosa sorpresa para tí- lo engañó scar.

-¿y qué es?- preguntó simba, interesado.

-si te lo digo, ya no sería sorpresa, ¿verdad?- dijo scar.

-si me lo dices, me haré el sorprendido- se rió simba.

-no, esto es algo para tí y tu padre. Es algo de... padre e hijo- añadió Scar- bueno, iré a buscarlo.

-voy contigo- le dijo simba, tratando de seguir a su tío, pero éste se dio vuelta hacia él.

-no, tú sólo quédate aquí. No querrás meterte en otro lío como el de las hienas- repuso Scar.

-¿cómo lo supiste?- preguntó simba.

-Simba, todo el mundo lo sabe- agregó scar- y qué suerte que tu padre llegó a tiempo para salvarte. Mientras tanto, tú ensaya tu pequeño rugidito.

-tío scar, ¿me va a gustar la sorpresa?- insistió simba, todavía interesado.

Scar le respondió:

-simba, te morirás al verla.

Dicho esto, scar se fue, dejando a simba sólo. Luego, simba ensayó su rugido, hasta que... ¡pegó uno muy fuerte! Así que una estampida de ñus empezó a correr muy rápido y simba se puso en peligro. ¡oh, oh! ¡Scar lo metió en graves problemas! Enseguida, simba corrió lo más rápido que pudo para huir de la estampida.

El Rey León: la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora